No sólo fue el PSOE y no sólo fue Izquierda Plural. Toda la oposición clamó este miércoles en el Congreso por un cambio de políticas del Gobierno. Le pidió al presidente que sea receptivo, que escuche, que no se encierre en su torre de cristal. A todos ellos Mariano Rajoy les dijo alto y claro, y no una sino en varias ocasiones, que no habrá un cambio de rumbo.
Josep Antoni Duran i Lleida, el portavoz de CiU, instó al jefe del Ejecutivo a buscar un pacto de Estado o al menos un gran pacto "que acoja a la centralidad de la Cámara", que es lo que demanda la sociedad en estos momentos: "No se peleen más, la gente no quiere ver eso, quiere ver un pacto de Estado que sabe que es posible". El líder de los convergentes en el Congreso subrayó que tiene "autoridad moral" para exigirlo porque ya lo hizo cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero: "Quien ha estado siempre con unos y otros porque convenía al país ha sido CiU".
Que busque "un mínimo suelo de entendimiento común" entre todos los partidos, apeló desde el PNV Aitor Esteban. El portavoz le reclamó asimismo que "incentive la economía ya" y hasta promueva un "complot" contra la política de austeridad que patrocina Angela Merkel. "Si hace falta, póngase con una pancarta y una tienda de campaña en Bruselas y no se vaya de allí hasta que entren en razón", dijo Esteban, para quien si se mantienen las políticas actuales el "navío" de España se quedará "sin arboladura y a la deriva" y sin posibilidad de recuperarse "en muchísimos años".
"Insumisión" y crítica por la "falta de ideas"
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El "cambio de actitud" también figuraba entre las peticiones de Rosa Díez, que criticó al presidente por haberse presentado ante la Cámara como "un contable ciertamente tramposillo" que selecciona las cifras que mejor le interesan para rendir cuentas de sus "fracasadas decisiones". La líder de UPyD exigió, más que un pacto de Estado, un "pacto por el Estado"por. "Les pido que empiecen a romper ese viejo pacto con el establishment para que no cambie nada. Le pido que actúe con patriotismo del de verdad, con ambición de país". Díez estaba volviendo a reclamar lo de siempre en UPyD: una reforma del modelo territorial.
Por último, la gran mayoría de portavoces del Grupo Mixto coincidieron en solicitar ese "cambio de rumbo" de una política económica hasta ahora "errática". Así, Uxue Barkos (Geroa Bai) demandó "actividad, valentía" e incluso "insumisión" ante Europa; Olaia Fernández Davila (BNG) cargó contra la "falta de ideas" del Gobierno y su "agotamiento"; Rafael Larreina (Amaiur) pidió que Rajoy "se plante ante la señora Merkel" y se centre en dar "respuestas a las necesidades de la ciudadanía"; Alfred Bosch (ERC) criticó las diferencias "injustas" que provoca el Ejecutivo y que están saliendo muy caras a Cataluña; Joan Baldoví (Compromís-Equo) encontró un "sarcasmo" que el jefe del Ejecutivo dé las gracias a los españoles por tragar con los sacrificios cuando debería "pedir perdón"; Enrique Álvarez Sostres (Foro Asturias) exigió "humildad" al presidente y que busque el diálogo en el Parlamento.
Carlos Salvador (UPN), el más benevolente de todos los portavoces y el que reconoció ciertos logros del Ejecutivo, suplicó no obstante que se supere "la etapa de confrontación".
No sólo fue el PSOE y no sólo fue Izquierda Plural. Toda la oposición clamó este miércoles en el Congreso por un cambio de políticas del Gobierno. Le pidió al presidente que sea receptivo, que escuche, que no se encierre en su torre de cristal. A todos ellos Mariano Rajoy les dijo alto y claro, y no una sino en varias ocasiones, que no habrá un cambio de rumbo.