Los dirigentes territoriales del PSOE llegan divididos al Comité Federal de este sábado. Aunque la práctica totalidad de voces del partido coinciden en el voto contra la investidura de Mariano Rajoy –tal como anunciará este sábado el propio Pedro Sánchez–, en los últimos días otro debate se ha abierto paso lentamente: ¿debe el líder socialista intentar gobernar si el líder del PP fracasa en la investidura? En torno a ese punto no hay consenso, y mientras la mayoría de barones insisten en que deben quedarse en la oposición, los más próximos a Sánchez no descartan que busque nuevamente alcanzar la Moncloa.
El secretario general, por su parte, guarda silencio desde la noche de las elecciones. Entonces compareció brevemente y sin preguntas para valorar el resultado obtenido en las urnas, y después decidió mantener un perfil bajo para trasladar al PP la presión de realizar los primeros movimientos de cara a la investidura. El líder del PSOE no ha tenido agenda pública, si bien en los últimos días ha mantenido una ronda de contactos con sus barones para preparar a reunión del Comité de este sábado. Será en esa cita cuando, casi dos semanas después, Sánchez rompa su silencio.
En ausencia de declaraciones del número uno socialista, han sido otros dirigentes de su círculo de confianza quienes han expresado el criterio de la dirección en torno a la posibilidad de buscar una mayoría alternativa a la de los conservadores, si es que Rajoy demuestra previamente su incapacidad de reunir los votos para la investidura. Este mismo viernes el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, aseguró que la suma de socialistas, Podemos y Ciudadanos "pudo ser pero hoy ya no es posible" porque "los vetos entre Podemos y Ciudadanos hacen imposible la transversalidad".
Óscar López, portavoz del PSOE en el Senado y próximo a Sánchez, se pronunció en esa misma línea. Señaló que el PP ha ganado las elecciones y que el PSOE tiene que pasar a la oposición, porque ha "aprendido" de la experiencia de los meses posteriores al 20D. "Hemos aprendido que dos fuerzas nuevas, que venían a superar la vieja política y el 'y tú más', se vetan entre ellas e imposibilitan un Gobierno alternativo". "Nada ha cambiado. No parece que Podemos y Ciudadanos dejen de vetarse", agregó López, quien añadió que el PSOE dependería incluso "de la abstención de Bildu" para gobernar.
Con el Congreso salido de las urnas el 26 de junio los socialistas tendrían complicado investir a su candidato. Salvo que Ciudadanos cambiara de opinión de forma radical y decidiera abstenerse ante un pacto de PSOE y Unidos Podemos –que además requeriría para prosperar de la complicidad en forma de abstención de algún grupo nacionalista–, Sánchez necesitaría unir a los 156 diputados de la izquierda el voto a favor de 14 parlamentarios de los grupos catalanes o vascos –los nueve de ERC y los cinco del PNV, por ejemplo– y contar con alguna abstención más para imponerse a los 169 noes de la derecha.
"Que lo intente Pedro Sánchez"
La aparente complejidad aritmética, sin embargo, no ha sido óbice para que en los últimos días se hayan multiplicado las voces en el PSOE que apuestan por un nuevo intento de Sánchez si Rajoy no alcanza la reelección. La primera dirigente en plantear esa vía –y la que con mayor insistencia la ha defendido– fue la secretaria general del partido en Baleares y presidenta autonómica, Francina Armengol quien, tras reunirse con Sánchez el pasado miércoles, se convirtió en la encargada de abrir la veda.
"Si Rajoy no consigue los votos necesarios para ser investido hay otra opción posible, que es que lo intente Pedro Sánchez. Lo lógico es que lo intente, es mi posición", señaló Armengol, quien agregó que "ni ahora, ni durante, ni después el PSOE puede facilitar un Gobierno del PP". "Hay que mantener el no a Rajoy", insistió. Poco después se sumó a esa tesis, aunque con menor énfasis, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, para quien los socialistas no pueden permanecer "de brazos cruzados" y deben "explorar otras posibilidades" si el PP no reúne los votos necesarios, entre ellas la de un "Gobierno alternativo", aunque no necesariamente esa.
Armengol insistió el jueves: si Rajoy no consigue los apoyos necesarios para la investidura, razonó, "los grupos que habrían votado no serían mayoritarios", de modo que podría abrirse un escenario de "diálogo tranquilo sobre la hoja de ruta de cambio que necesita España y que tendría que liderar el PSOE". La secretaria general balear, además, no vetó a ningún partido, en contraste con la resolución dle Comité Federal del 28 de diciembre, que impedía a Sánchez pactar con independentistas: "Todos los grupos son susceptibles de formar acuerdos", dijo, y puso como ejemplo su propio Gobierno, que apoyan Podemos y Més –nacionalistas–.
También la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia, consideró posible que Sánchez intente formar Gobierno. "Hay una mayoría de cambio en el Congreso, pero hay que ir paso a paso y ahora es el momento del PP. Si no lo consigue, será el turno del PSOE" para "otro acuerdo y un Gobierno diferente", sostuvo este jueves en una entrevista en Euskadi Irratia.
El último en sumarse a esta tesis fue otro barón muy próximo a Sánchez, el castellanoleonés Luis Tudanca, quien este viernes aseguró que "si Rajoy vuelve a fracasar Pedro [Sánchez] tiene el derecho y el deber de intentarlo por el bien de los españoles". Tudanca añadió que le parece "razonable" la "vía Armengol" de intentar un Gobierno alternativo, y se mostró tajante al afirmar que no quiere que el PSOE "muera de un ataque de responsabilidad" y se abstenga en la investidura del candidato conservador. "Mi posición es que nunca haya voto favorable ni abstención a un Gobierno del PP, desde el principio hasta el final", zanjó.
Enfado entre los críticos
Entre los presidentes y secretarios generales autonómicos más distanciados de Ferraz, las palabras de Armengol, Iceta, Mendia y Tudanca no fueron bien acogidas. Cargos consultados por infoLibre manifestaron este viernes su enfado y advirtieron de que ese "Gobierno de izquierdas" que propugnan los fieles a Sánchez es imposible, pues necesitaría del concurso de fuerzas nacionalistas conservadoras. Su interpretación, en clave interna, es que el secretario general busca "ganar tiempo", pues mientras no haya Gobierno seguirá sin convocarse el Congreso Federal del partido, donde Sánchez se juega su liderazgo orgánico.
En público, quien con mayor dureza criticó la posibilidad de que el candidato del PSOE se presente de nuevo a la investidura fue el aragonés Javier Lambán, que descalificó la propuesta de Armengol: "Es un producto de la tramontana, que en determinadas épocas del año altera las mentes", reprochó este jueves, cuando reclamó que los socialistas se empleen a fondo en la reconstrucción de su proyecto "como oposición" y que, "desde una actitud responsable" y con "sentido de Estado", negocien "grandes pactos" con el PP si es necesario, si bien remarcó que es partidario de votar contra la investidura de Rajoy.
También el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, consideró este viernes que los socialistas no pueden "buscar el poder a cualquier precio ni esperar a que Rajoy se estrelle" para intentar otra vez formar Gobierno con Podemos y Ciudadanos. "Si las cuentas fueron difíciles en diciembre, ahora lo son más" advirtió el barón, que además hizo hincapié en que esos tres partidos han "perdido votos" desde entonces y aconsejó a Sánchez que conduzca al PSOE "a la oposición" en lugar de "estirar el chicle" e intentar gobernar con los independentistas.
Lambán y Page no son los únicos. Desde el 26J la mayoría de secretarios generales han reclamado que el PSOE asuma su papel en la oposición. Entre ellos la andaluza Susana Díaz, que ha defendido que los socialistas deben "reconstruir" su proyecto "desde la oposición" porque, si no pudo formar Gobierno con 90 diputados, "menos con 85". Este viernes la presidenta de la Junta fue la encargada de cerrar la ronda de contactos con Pedro Sánchez, y a su llegada a la sede socialista de Ferraz defendió que ahora toca "escuchar la valoración del secretario general y la hoja de ruta que tiene prevista", por lo que declinó hacer más "declaraciones".
En la misma línea que Díaz se han pronunciado el valenciano Ximo Puig, para quien el PSOE tiene que "actuar de una manera clara y siendo oposición"; la presidenta de la gestora del PSdeG, Pilar Cancela, quien dijo este viernes que los ciudadanos "han querido colocar al PSOE en la oposición", y el murciano Rafael González Tovar, que apuntó que el PSOE debe actuar "como una oposición responsable y útil". El extremeño Guillermo Fernández Vara, por su parte, recalcó que el partido "se tiene que ir a la oposición" para "desde allí" ser útil "y construir una alternativa", convencido de que "tener al PSOE en la oposición es una garantía".
La posible abstención queda aparcada
El asunto del posible Gobierno liderado por Sánchez se colará a buen seguro en el debate del Comité Federal de este sábado, que comenzará a las 9.30 horas en la sede de la calle Ferraz de Madrid. Según indicaron fuentes socialistas en la tarde de este viernes, el secretario general anunciará en su discurso de forma "clara y sin ambages" la negativa del PSOE a investir a Rajoy, después de que "todos los secretarios generales sin excepción" le hayan trasladado estos días, en la ronda de contactos previa, "la necesidad de votar no a la investidura de Rajoy en caso de que finalmente decida presentarse".
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Así las cosas, el PSOE rechazará, al menos por ahora, la abstención para dejar gobernar al PP, una posibilidad a favor de la que se han pronunciado el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara –que la semana pasada abrió la puerta a una "mínima abstención a última hora" de los socialistas pero que este viernes afirmó que el PSOE sólo ayudará al PP a "resolver problemas" cuando Rajoy "sea activo y no dilatante"–, el exministro Josep Borrell –que defendió en un artículo en El Periódico de Catalunya una abstención con condiciones del PSOE– y el expresidente Felipe González, este jueves, en una carta en El País.
Sánchez, según trasladaron desde su equipo más próximo, también criticará "duramente" la "parálisis de Mariano Rajoy, que tras casi dos semanas continúa esperando a que otros les solucionen los problemas", y trazará nuevamente un paralelismo entre la "pinza" de Aznar y Anguita en los años 90 y "las estrategias de Rajoy e Iglesias para mermar las opciones electorales del PSOE".
Antes del Comité Federal, a las nueve de la mañana, se reunirá la Ejecutiva federal del partido para ratificar la elección de Xoaquín Fernández Leiceaga como candidato de los socialistas gallegos a la Presidencia de la Xunta de Galicia –después de ganar en primarias a finales de mayo– y para aprobar el calendario para la elaboración de las candidaturas a las elecciones gallegas y vascas, que se celebrarán en otoño.
Los dirigentes territoriales del PSOE llegan divididos al Comité Federal de este sábado. Aunque la práctica totalidad de voces del partido coinciden en el voto contra la investidura de Mariano Rajoy –tal como anunciará este sábado el propio Pedro Sánchez–, en los últimos días otro debate se ha abierto paso lentamente: ¿debe el líder socialista intentar gobernar si el líder del PP fracasa en la investidura? En torno a ese punto no hay consenso, y mientras la mayoría de barones insisten en que deben quedarse en la oposición, los más próximos a Sánchez no descartan que busque nuevamente alcanzar la Moncloa.