La ubicación en el orden del día de las demandas de comparecencia de Mariano Rajoy en la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados hacían pensar que los telediarios de la noche del jueves no iban a poder contar la negativa del presidente del Gobierno a explicar la financiación del PP y los supuestos sobresueldos. Pero una maniobra de los grupos de la oposición agrupando algunas preguntas, suprimiendo otras y acortando los turnos de intervención, permitió que antes de las 20.00 horas ya existiese la confirmación –infoLibre ya lo había avanzado– de un nuevo portazo del líder del Ejecutivo a rendir cuentas.
No era, no obstante, el primer portazo del día. El rodillo de la mayoría parlamentaria ya había permitido a los conservadores por la mañana, en la Junta de Portavoces, bloquear que la semana que viene hubiese sesión del control al Gobierno. Esto implica que en el verano se seguirá hablando mucho de Luis Bárcenas, extesorero del PP encarcelado, pero no en sede parlamentaria. Las explicaciones del presidente del Gobierno tendrán que esperar, pues, como muy pronto al mes de septiembre siempre y cuando lo permita la agitada agenda internacional planeada para el otoño.
Más que explicar los motivos por los que han decidido blindar a Rajoy, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, salió a atacar a sus rivales políticos. Haciendo uso de un tono durísimo muy poco habitual en él, su línea argumental estuvo clara desde el principio: quienes apoyan que el presidente del Gobierno comparezca y dé explicaciones se ubica al lado de Luis Bárcenas. En este contexto, arrancó su intervención acusando al resto de grupos de erigirse en "nuevos abogados" del extesorero, que "vive por mandato del juez en Soto [en alusión a la prisión de Soto del Real]". En definitiva, "un delincuente" cuya palabra carece de valor.
"Nadie tiene dudas de que Mariano Rajoy es una persona honrada y todos los españoles lo saben. Les pido que retiren este punto [...] de lo contrario, ustedes se habrán convertido en rehenes de un señor que ya no tenía quien le defendiera", solemnizó el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados para cerrar su dura intervención. Para el PP, el hecho de que los abogados de Bárcenas decidieran a principios de esta semana retirarse de su defensa es una muestra más de las mentiras que le atribuyen.
Antes de concluir, Alonso se había despachado a gusto contra el resto de los intervinientes al tiempo que le jaleaban algunos de sus compañeros. Al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba le recordó que "las cuentas del PP son las únicas que se conocen porque han salido publicadas". No es un secreto que los conservadores mantienen un pulso con el PSOEPSOE para que sus dirigentes hagan públicas sus declaraciones de la renta al igual que hizo Rajoy en las primeras semanas de febrero.
Acto seguido, sacó a pasear es escándalo de lor ERE de Andalucía. "No necesitan agarrarse a mentiras para tapar las verdades de Andalucía", espetó antes de calificar este escándalo como "el más grave de la historia de la democracia española". El portavoz del PP presumió de respeto a las decisiones de la justicia para contraponer la reacción del PSOE de Andalucía a la imputación de Magdalena Álvarez, que llegó a hablar de una "causa general". A su lado, aplaudía Carlos Floriano, diputado y vicesecretario de Organización y Electoral del PP que hace dos semanas también había usado la expresión de "causa general" para referirse a las actuaciones de la justicia en lo que atañe a los papeles de Bárcenas.
Rubalcaba: "Es un delincuente. Pero es su delincuente"
Dos minutos tuvo después Rubalcaba para replicar a Alonso. Sin rodeos, el líder de los socialistas, calificó de "patética" la intervención del portavoz del PP. "Usted ha demostrado que no ha entendido nada", añadió. También cogería el guante que el conservador lanzó al calificar a Bárcenas de "delincuente": "Bárcenas es un delincuente, pero es su delincuente". Con anterioridad, y en un tono muy sereno, el socialista había advertido a Rajoy de que con su negativa a comparecer no gana tiempo y de que corre con el riesgo de que en la mente de los españoles se instale la idea de que "quien calla, otorga".
El Gobierno admite que Rajoy envió los SMS a Bárcenas
A Cayo Lara, representante de la Izquierda Plural, le echó en cara su "incoherencia": "Dice que lucha contra el fraude fiscal, pero no paga los impuestos, dice que defiende a los trabajadores, pero no ingresa el dinero a la Seguridad Social, dice que defiende a los desahuciados pero se aprovecha de sus pisos para quedarse con ellos por un precio inferior al del mercado". A Irene Lozano, de UPyD, le afeó que fuese ella y no su jefa de filas, Rosa Díez la que estuviese en la sala defendiendo la postura de su grupo. "No le gusta hablar del pasado", se aventuró a concluir el portavoz del PP.
El represente de ERC tampoco se escapó a las críticas de Alonso. Alfred Bosch había sostenido en su intervención anterior que "al menos por patriotismo español" Rajoy debería comparecer. "No es patriota ningún día, salvo el día que cobran del Congreso la retribución constitucional", atacó el portavoz del PP.
"¿Quiere que le hable de financiación criminal mediante el chantaje, la extorsión o el tiro en la nuca? Cuando me hable de aquella, yo le aceptaré alguna sugerencia", fue la pregunta que Alonso dedicó a Jon Iñarritu (Amaiur).
La ubicación en el orden del día de las demandas de comparecencia de Mariano Rajoy en la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados hacían pensar que los telediarios de la noche del jueves no iban a poder contar la negativa del presidente del Gobierno a explicar la financiación del PP y los supuestos sobresueldos. Pero una maniobra de los grupos de la oposición agrupando algunas preguntas, suprimiendo otras y acortando los turnos de intervención, permitió que antes de las 20.00 horas ya existiese la confirmación –infoLibre ya lo había avanzado– de un nuevo portazo del líder del Ejecutivo a rendir cuentas.