¿Por qué Feijóo no quiere que se sepa el sobresueldo que le paga el PP como presidente del partido además del que ya recibe como senador en representación de Galicia? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero el interés de Génova en ocultarlo hasta después de las elecciones, incumpliendo así la vigente Ley de Transparencia que obliga a todos los partidos a publicar esos emolumentos, alimenta la idea de que se trataría de una suma cuantiosa.
Si está en línea con lo que cobraban José María Aznar o Mariano Rajoy cuando eran líderes de la oposición, serían unos 260.000 euros brutos al año al cambio de 2023. Distribuidos en 14 pagas estaríamos hablando de una nómina de 18.500 euros al mes. Una cifra abultada que habría que sumar a los 5.200 euros que le paga el Senado hasta completar nada menos que 23.700 euros mensuales, unos ingresos al alcance de muy pocas personas en España (330.000 euros al año).
¿Es un cálculo exagerado? Imposible saberlo mientras el PP no cumpla la ley y Feijóo acepte hacer públicos esos datos, algo que ya hacen otros dirigentes del partido como Esteban González Pons o Javier Maroto, que también tienen abultados sueldos públicos, el primero como eurodiputado en Estrasburgo y el segundo como portavoz del PP en el Senado.
IRPF
El empeño de Feijóo en ocultar lo que le paga el PP, a pesar de que está obligado a publicarlo, ha acabado despertando la curiosidad del PSOE, sobre todo después de que el líder del PP mintiese sobre lo que cobran los dirigentes socialistas.
Ferraz, como adelantó este viernes El País, estudia ahora cómo obligar a Feijóo a revelar el dinero que cobra del PP, recurriendo incluso a la Junta Electoral y apelando a la Ley de Transparencia, según fuentes socialistas del Senado consultadas por infoLibre. La otra posibilidad sería recurrir al reglamento de la Cámara Alta, porque una vez que Feijóo presente su declaración de la renta correspondiente al año 2022 (la fecha límite es el próximo viernes 30 de junio) estaría obligado a actualizar esos datos en el registro del Senado y ahí sí deberían constar los ingresos que obtiene del partido y que él mismo reconoció el lunes en una entrevista en la Cadena SER en la que, sin embargo, se negó repetidamente a precisar la cuantía.
El PSOE lo tiene difícil para forzar a Feijóo a publicar su sobresueldo, aunque el jefe de la oposición tendrá que hacerlo antes o después. La ley le obliga a hacerlo antes del 17 de septiembre, 30 días después de que abandone su escaño en el Senado (es miembro de la Diputación Permanente de la Cámara Alta, por lo que conservará el puesto hasta la fecha de constitución del Senado y el Congreso, el 17 de agosto), o algunas semanas después de recibir su acta como diputado en la Carrera de San Jerónimo. La clave está en que, si no lo hace antes del 23 de julio, los españoles votarán en las elecciones generales sin saber cuánto gana en realidad quien, según todas las encuestas, es el principal aspirante a la Presidencia del Gobierno.
No gana lo suficiente
Los abultados ingresos de Feijóo contrastan con la manera en la que él mismo se presenta ante los electores, como una persona sin demasiados recursos. En un acto de campaña celebrado el pasado mes de mayo, y en su afán por mostrarse como el campeón de la austeridad, el líder del PP aseguró que, aunque le gustan mucho los coches, nunca ha podido comprarse un vehículo de alta gama porque no ha ganado lo suficiente después de 32 años ocupando cargos públicos, la mayoría en puestos ejecutivos. Y eso que en los últimos años ha multiplicado su patrimonio.
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“Si a uno le interesa mucho el dinero, no le recomiendo que se dedique a esto”, aseguró en referencia al servicio público. “La política y el atesorar un patrimonio no es posible”. Feijóo confesó que le gustan los coches y que cuando estaba en Galicia se preguntaba cómo era posible que directores de obras que él inauguraba como presidente de la Xunta tuviesen “un coche fantástico”. Y se hacía, a continuación, la siguiente reflexión: “Coño, con lo que gano, y soy el número uno, no me lo puedo comprar”.
La conclusión, explicó Feijóo, es que hay que poner bajo sospecha a cualquier funcionario o político cuyo dinero no proceda de su familia o de su pareja. “Lo debemos decir de manera clara: La política y el enriquecimiento son incompatibles”.
Pero aunque Feijóo sostiene que no puede adquirir un coche de alta gama, de acuerdo con la declaración patrimonial que él mismo depositó en el Senado el año pasado lo cierto es que además de dos viviendas (una en Madrid y otra en Vigo), un garaje en Vigo y una finca rústica cerca de Santiago de Compostela, posee casi un millón de euros entre cuentas corrientes, depósitos, acciones y fondos de pensiones.
¿Por qué Feijóo no quiere que se sepa el sobresueldo que le paga el PP como presidente del partido además del que ya recibe como senador en representación de Galicia? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero el interés de Génova en ocultarlo hasta después de las elecciones, incumpliendo así la vigente Ley de Transparencia que obliga a todos los partidos a publicar esos emolumentos, alimenta la idea de que se trataría de una suma cuantiosa.