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El PSOE quiere regular las obligaciones de sus afiliados en redes sociales y acotar las consultas a las bases

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Ibon Uría

La actual dirección del PSOE quiere regular el comportamiento de sus afiliados en las redes sociales, es decir, imponerles obligaciones —y reconocerles derechos— cuando tuitean o escriben en Facebook. La ponencia marco para el 39º Congreso Federal, que se aprobó este sábado en el Comité Federal, establece que "el PSOE será el primer partido que regule en su norma de máximo rango, los Estatutos Federales, las estructuras de participación y defina los derechos y las obligaciones de los afiliados en la red".

La actividad en redes ha sido objeto de polémica en los últimos tiempos en el PSOE. En septiembre de 2016, por ejemplo, el extremeño Guillermo Fernández Vara recibió múltiples ataques por defender la abstención, y los barones críticos con el entonces secretario general Pedro Sánchez salieron a defenderlo y denunciar que esos mensajes provenían de compañeros de partido. O incluso de Ferraz. Algunos apuntaron al secretario de Organización César Luena como posible instigador al hablar de un supuesto comando Luena.

Esos mensajes cruzados entre militantes socialistas han proseguido, más aún en un contexto de división interna como la suscitada por la dimisión de Sánchez, el giro del no a Rajoy a permitirle gobernar y la prolongación en el tiempo del mandato de la gestora, entre otros acontecimientos. Patxi López, aspirante a la Secretaría General, planteó hace escasas semanas aprobar un código de buenas conductas en las redes. La comisión gestora va ahora más allá y reclama directamente evitar "disputas internas" en internet.

Así, el documento de la ponencia [ver en PDF] —redactado por encargo de la dirección interina— resalta que el comportamiento en las redes debe ser "ejemplar" por parte de todos los militantes y que, al igual que están reconocidos los "derechos y deberes" de los afiliados en otros ámbitos, no hay motivos para que no lo estén en internet. "El trabajo que hagamos en las redes debe servir para que nuestros militantes trabajen como promotores de nuestras políticas (...) y en defensa de nuestros valores mejor que en disputas internas que debilitan el partido".

Poner coto a las consultas

Este texto, que se debatirá en el cónclave del 17 y 18 de junio, también pide establecer "qué materias pueden ser objeto de consulta" a las bases y qué órganos son "competentes" para convocar voataciones. Hace poco más de un año, en enero de 2016, Sánchez decidió sin previo aviso y de forma unilateral someter a consulta el pacto de Gobierno con Ciudadanos. Los barones consideraron que con aquella maniobra pretendía reforzarse al frente del partido con el aval de la militancia y esquivar al Comité Federal, órgano encargado de decidir los pactos postelectorales.

De hecho, el ex secretario general plantea en el documento político de su candidatura a recuperar el mando de Ferraz que se deben celebrar más votaciones de ese tipo y que la militancia debe ganar poder de decisión en detrimento de los órganos del partido y de los líderes de las federaciones. La ponencia oficial, en cambio, avisa de que el PSOE no puede caer en el "asamblearismo" y que deben introducirse medidas para garantizar un "adecuado sistema de equilibrios" entre el poder del secretario general, los órganos del partido y la militancia.

Aunque la gestora anunció en un principio que habría una ponencia de estatutos de cara al congreso, finalmente se ha limitado a incluir en la ponencia marco un capítulo denominado "ponencia orgánica" donde plantea las cuestiones sobre las que considera que el partido debe debatir y donde abre la puerta a que se celebre una conferencia de organización que afine las nuevas normas, ya bajo el mandato de la dirección que salga de las primarias y el Congreso Federal.

En todo caso, el texto aboga por extender las primarias a la elección de los secretarios generales de ámbito regional y provincial, regular cuestiones técnicas como la financiación de las candidaturas y precandidaturas —tras la polémica en torno al crowdfunding de Sánchez— o el censo, revisar la utilidad de las organizaciones sectoriales e incluir en los estatutos la prohibición de ocupar un mismo cargo orgánicos durante más de tres mandatos de forma consecutiva, entre otras cuestiones.

Oposición útil y sin demagogias

Pero la ponencia marco, llamada a sentar las bases para el PSOE de los próximos años, no se limita a plantear cambios orgánicos. En su parte política, coordinada por Eduardo Madina, analiza la trayectoria electoral del partido desde que en 2004 ganara las generales con Zapatero a la cabeza. El texto redactado a las órdenes del diputado vasco señala que entre las claves de aquella victoria estuvo la "oposición útil" y de "formas democráticas" del expresidente, cuya "gestión" de la crisis, sin embargo, afectó especialmente a las "bases sociales" de su electorado del partido y "erosionó" los apoyos del PSOE.

Fue entonces, "en un contexto de crisis económica" y de "dificultad" de los "partidos tradicionales" para dar respuesta a demandas ciudadanas como una mayor participación y "receptividad a sus reclamaciones", cuando aparecieron Podemos y Ciudadanos, que suponen "un reto de actualización" para el PSOE. La ponencia admite que la principal fuga de apoyos se ha dado hacia el partido morado, del que los votantes socialistas están "más cerca" en términos ideológicos. En el "eje territorial", en cambio, el documento sostiene que quienes votan al PSOE están más cerca de la formación de Albert Rivera.

De cara al futuro la apuesta pasa por "reconquistar el espacio de centralidad" y tejer un "bloque social de progreso" capaz de "sintetizar" las demandas de sectores tan dispares como los sindicatos, los movimientos sociales, los trabajadores manuales e intelecturales, los profesionales y los emprendedores. La primera prueba de fuego, se añade, serán las elecciones locales de 2019, cuando los socialistas deberían "recuperar el liderazgo de la política local superando el caos de la gestión de la derecha y de las nuevas coaliciones políticas".

Además, se advierte de que el PSOE "no está inmune al virus de la demagogia, al alarde de las soluciones fáciles pero imposibles ni al maniqueísmo, ingredientes que envenenan siempre el clima político". "De seguir tal deriva —se insiste—, el PSOE lo pagaría con la irrelevancia política, privando a los ciudadanos españoles de una referencia política insustituible para disponer de una democracia sólida, estable y con capacidad para progresar, reformarse y remediar la injusticia".

Revertir recortes y reformar la Constitución

Finalmente, la ponencia recupera buena parte de los contenidos de la conferencia política de 2013 y de los últimos programas electorales para marcar la hoja de ruta política del partido. Así, reivindica la declaración de Granada [ver en PDF] y la reforma constitucional en clave federal para solucionar el problema de encaje territorial y "hacer de Cataluña un país donde todo el mundo pueda vivir mejor". Ese objetivo, agrega, "no podría lograrse mediante un referéndum" de independencia, que además "no tiene cabida ni en el orden constitucional ni en el derecho internacional".

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Los cambios en la Constitución deberían extenderse, además, a otras materias: los socialistas quieren reformar nuevamente el artículo 135 de la Carta Magna para añadirle un "principio de estabilidad social complementario del principio de estabilidad presupuestaria" que garantice el sostenimiento de los servicios públicos incluso en época de crisis, incluir en la norma fundamental los principios de la financiación autonómica o modificar el procedimiento de investidura del presidente del Gobierno para evitar situaciones de "bloqueo", aunque no se precisa la fórmula.

Con más contundencia se manifiesta el texto sobre la necesidad de instaurar un ingreso mínimo vital destinado a las familias sin ingresos, elevar el salario mínimo interprofesional y garantizar el poder adquisitivo de las pensiones. Recalca, igualmente, que deben revertirse los recortes en Sanidad —además de recuperar el carácter universal del sistema público y revisar los copagos a la baja—, Educación —área en el que también se apuesta por derogar la LOMCE y sacar la religión del horario escolar— y Dependencia —donde se reclama un incremento del 13% en el nivel de financiación mínimo del sistema—.

Finalmente, hay dos debates que se plantean con cautela y sobre los que la posición del PSOE, al menos en esta ponencia, no queda completamente cerrada: la eutanasia y la gestación subrogada. Sobre el primero de ellos se afirma que "la sociedad españoles empieza a estar ya preparada" para abordarlo y que el PSOE "plantea legislar" en la materia, pero el partido se limita a calificar la cuestión de "difícil" y a apuntar que quiere "participar" en ese "debate". En cuando a los vientres de alquiler, los socialistas recalcan que rechazan "socavar los derechos de las mujeres" y advierten de que afrontarán ese debate desde sus "principios" y "valores".

La actual dirección del PSOE quiere regular el comportamiento de sus afiliados en las redes sociales, es decir, imponerles obligaciones —y reconocerles derechos— cuando tuitean o escriben en Facebook. La ponencia marco para el 39º Congreso Federal, que se aprobó este sábado en el Comité Federal, establece que "el PSOE será el primer partido que regule en su norma de máximo rango, los Estatutos Federales, las estructuras de participación y defina los derechos y las obligaciones de los afiliados en la red".

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