La primera reunión entre PSOE y Podemos concluyó este viernes sin acuerdo. Es más, los líderes de estas formaciones, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias respectivamente, ni siquiera pudieron dar por abiertas las negociaciones para explorar la posibilidad de que el partido morado apoye la investidura del candidato socialista. Iglesias reiteró su oferta de Gobierno de coalición de izquierdas PSOE-Podemos-IU que expuso ya tras la primera ronda de contactos con el rey y, además, anunció que no negociará con el PSOE hasta que este partido descarte la opción de un pacto con Ciudadanos. Sánchez, por su parte, se negó a dialogar "en exclusiva" con Iglesias y volvió a insistir en la necesidad de mirar "a izquierda y derecha" y de dejar atrás "los vetos y líneas rojas".
Tras el encuentro, que tuvo lugar en el Congreso de los Diputados y que se prolongó prácticamente por espacio de hora y media, Iglesias fue el primero en comparecer ante los medios. Lo hizo para declarar públicamente su "voluntad de hacer un Gobierno de progreso" que es, a su juicio, "incompatible con llegar a acuerdos con las derechas". Y en ese terreno entraría un pacto con los de Albert Rivera porque, para Podemos, un entendimiento de esas características sería un "acuerdo con el PP en diferido". La renuncia al partido naranja no fue la única condición que expuso Iglesias, quien también señaló que la fórmula de Gobierno pasa necesariamente por un Ejecutivo de coalición presidido por Sánchez pero con él mismo de vicepresidente.
"Nuestra apuesta es una coalición de progreso, y otras fórmulas no las vamos a apoyar ni por activa ni por pasiva", dijo el líder de la formación morada quien descartó la abstención ante un pacto PSOE-Ciudadanos y que, a lo largo de la rueda de prensa, recalcó en múltiples ocasiones que "sólo hay dos posibilidades" para evitar una repetición de las elecciones generales: un acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos o, alternativamente, otro entre PSOE, Podemos e IU-Unidad Popular que, además, necesitaría "dialogar" con las "formaciones políticas catalanas y vascas". Con los partidos nacionalistas Iglesias dijo tener "enormes diferencias", pero consideró que existe coincidencia en que "no querrían que gobernara el PP en ningún caso".
Sánchez rechaza negociar sólo con Podemos
Minutos después de que Iglesias pusiera la pelota en su tejado, Sánchez compareció para dar cuenta de la misma reunión. Y lo hizo para destacar que, cuando el rey le encargó la formación de Gobierno, decidió dar "un paso al frente" porque "las fuerzas del cambio" tienen "una oportunidad de hacer las cosas mejor". El líder socialista, sin embargo, asumió la imposibilidad de gobernar con 90 escaños y afirmó que ese paso no lo puede "dar solo", sino que la situación "exige también el concurso del resto de fuerzas". "Solo no lo puedo hacer, solo no lo puedo hacer. Por eso dije que tenemos que ser generosos y mirar a izquierda y derecha, y emprender un camino de humildad, generosidad, responsabilidad, cargado de principios y convicciones", agregó.
El candidato del PSOE dijo que su partido "quiere un diálogo plural" y que hay una cosa que "une" en el actual contexto: "Tenemos que poner fin al Gobierno de Rajoy y del PP –proclamó–. Y creo que hay algunas formaciones que se tildan de nuevas que no han entendido ese tiempo". Sánchez agregó que "la puerta va a seguir estando abierta para Pablo Iglesias y para Podemos", pero que no acepta una negociación "exclusiva y excluyente" como la planteada por el líder del partido morado. Precisamente a él le advirtió de que "millones de votantes de Podemos tienen la esperanza" de poner fin al tiempo del PP. Y subrayó que la noticia de que Podemos sólo hablará con el PSOE si este renuncia a un posible acuerdo con Ciudadanos "alegra a un señor que se llama Mariano y se apellida Rajoy". "El dicho de querer es poder es la clave. Y, en algunas ocasiones, da la sensación de que Podemos no quiere", concluyó.
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Sánchez reiteró su "mano tendida" a Podemos preguntado nuevamente por si tiene esperanzas de que Iglesias rectifique, pero dijo que, a la espera de que el secretario general de Podemos "reconsidere" su posición de este viernes, va a negociar con Ciudadanos, Izquierda Unida, Compromís y, si este sábado así se acuerda, también con PNV. "Nosotros tenemos un programa socialdemócrata que daremos a conocer el próximo lunes. Podemos encontrar un enorme y extenso campo de unión y entendimiento. Esa es la vocación del PSOE y esa puerta seguirá abierta, pero nosotros vamos a trabajar desde ya", apuntó. "Yo lo que digo –concluyó Sánchez– es que empecemos a negociar. Yo ya elegí hace tres días que no haya un Gobierno del PP en nuestro país".
El candidato del PSOE apuntó que el próximo lunes hará pública una oferta de Gobierno. Antes, en la tarde de este mismo viernes, se reunirán por primera vez los equipos negociadores de Ciudadanos y los socialistas. Aún no ha terminado la primera ronda de contactos del PSOE con el resto de partidos, pero tras el encuentro de Sánchez y Rivera este jueves, ambas fuerzas acordaron negociar inmediatamente. La dirección socialista, de hecho, tiene en el partido naranja su socio preferente y descarta por ahora, como publicó este viernes infoLibre, un acuerdo de coalición con Podemos, única opción que contempla Iglesias. Ferraz quiere, en cambio, pactar primero con Rivera y los suyos, y forzar la abstención de Podemos o el PP después.
La primera reunión entre PSOE y Podemos concluyó este viernes sin acuerdo. Es más, los líderes de estas formaciones, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias respectivamente, ni siquiera pudieron dar por abiertas las negociaciones para explorar la posibilidad de que el partido morado apoye la investidura del candidato socialista. Iglesias reiteró su oferta de Gobierno de coalición de izquierdas PSOE-Podemos-IU que expuso ya tras la primera ronda de contactos con el rey y, además, anunció que no negociará con el PSOE hasta que este partido descarte la opción de un pacto con Ciudadanos. Sánchez, por su parte, se negó a dialogar "en exclusiva" con Iglesias y volvió a insistir en la necesidad de mirar "a izquierda y derecha" y de dejar atrás "los vetos y líneas rojas".