Crisis del coronavirus
El puente no desató el "cambio de tendencia", pero lo agravará: los expertos prevén un aumento sostenido de casos que complicará la Navidad
Una situación "preocupante", según ha definido el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Desde finales de la semana pasada, la incidencia del covid-19 no deja de subir, tras semanas de caída generalizada en la mayoría de las comunidades autónomas. Ante la evidencia de las cifras, dos preguntas principales se plantean: ¿Por qué hemos vuelto a la pesadilla de una curva ascendente? Y la de siempre: ¿cuánto durará? Se ha barajado en medios y tertulias la influencia del puente de la Constitución y el aumento de actividades de riesgo y de contactos estrechos que puede haber implicado, pero ni el Gobierno ni los expertos creen que todavía se esté notando. Pero se notará: la semana que viene podría "intensificarse" la notificación de contagios debido a esos días festivos, lo que alargará el "cambio de tendencia", en palabras del ministro, hasta bien entrada la Navidad. Se sumarán, prevén los epidemiólogos, los excesos prenavideños a los navideños: un escenario muy poco propicio para la llegada de la vacuna.
¿Cómo es que el puente no tiene la culpa? Porque la tendencia ya empezó a cambiar solo un día después de su finalización. Así lo explicó este jueves el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. "Ese día de cambio se observa el 9 de diciembre. Es muy pronto para observar un cambio asociado al puente de la Constitución", una hipótesis que compra su superior, el ministro Illa. En el informe diario del ministerio de aquel miércoles, ni la incidencia acumulada (casos/100.000 habitantes) a 14 días registró un aumento, ni los casos notificados en las últimas 24 horas: pero ese documento solo registra los cambios hasta las 14 horas. En el del día siguiente, el jueves 10 de diciembre, la IA/14 días siguió bajando, pero no así los casos diagnosticados el día previo, que pasaron de 2.305 a 4.595. Aunque pudiera sospecharse un "efecto fin de semana" en esta notificación, a partir del 10 la IA/14 días no dejó de subir.
El epidemiólogo y portavoz de la Asociación de Salud Pública de Madrid (Amasap), Fernando García, recuerda que, de media, son necesarios cinco días entre un evento con potencial de disparar los contagios y el reflejo en los datos. Por lo que, teniendo en cuenta que la tendencia empezó a cambiar el 9, según el Gobierno, lo sucedido en las fechas previas a los días festivos fue lo que influyó. Aunque el experto cree que ya se nota la situación del puente en la Comunidad de Madrid. "La incidencia ha empezado a aumentar desde hace cinco días, por lo que puede ser compatible con que haya sido por el puente", asegura. El exdirector de acción sanitaria en situaciones de crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Daniel López-Acuña mantiene, sin embargo, que hay que esperar algo más. "El puente se va a notar a partir de la semana que viene", afirma. Coincide con Simón, que prácticamente descarta que los días de asueto pasen desapercibidos para la famosa curva.
Entonces, ¿qué es lo que ha pasado? Tanto Simón como Illa señalan directamente a la relajación de las restricciones que pusieron en marcha algunas comunidades autónomas a finales de noviembre, viendo que la incidencia no dejaba de bajar y con la necesidad de darle algo de aire a la actividad económica. Durante la semana del 23 al 29 de noviembre, Andalucía anunció que liberaba a Granada del cierre de todo comercio no esencial. En Logroño (La Rioja), los bares y restaurantes vieron la luz tras un mes de clausura, al igual que en Galicia. También fue la primera semana del plan de desescalada ideado por el Gobierno catalán: la comunidad nunca ha llegado a recuperarse del todo del impacto de la segunda ola. Navarra volvió a abrir la hostelería con un 100% de aforo, y Castilla y León decidió lo mismo, aunque diferenciando entre provincias: empezaron Segovia y Ávila y siguieron León y Salamanca.
Sin embargo, en dos de las comunidades en las que más ha estado subiendo la incidencia, no se produjo ninguna apertura significativa: al contrario. La Comunitat Valenciana, después de semanas y semanas de aumentos tras ser la región menos golpeada por el covid a finales de septiembre, ha endurecido progresivamente aforos tras ser la región menos golpeada por el covid a finales de septiembrey horarios de establecimientos, con el último capítulo decretado este mismo viernes: no permitirán las reunificaciones familiares por Navidad. Y en la Comunidad de Madrid, que disfrutan desde octubre de una bajada tras ser epicentro del covid-19 en Europa durante septiembre, hace meses que no se toman decisiones significativas sobre movilidad y economía, más allá de la cuestionada estrategia de las Zonas Básicas de Salud y la clausura perimetral durante los puentes. También se intensifica lo que podría ser el comienzo de la tercera ola en Castilla-La Mancha y Extremadura.
López-Acuña opina que no hay una sola razón para un cambio de tendencia: siempre hay múltiples factores, y siempre están entrelazados. "Es una mezcla de todo", asegura el exdirigente de la OMS. "La relajación de la población, la reapertura y las aglomeraciones que no se venían dando en los días anteriores", destacando lo derivado del Black Friday. El experto opina que las multitudes al aire libre generadas en los últimos fines de semana sí son un peligro, aunque otros discrepan: en todo caso, el aumento de la afluencia en los establecimientos, sobre todo los de restauración, pueden perjudicar la evolución de la pandemia. En eso coinciden.
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No es un pequeño aumento puntual
Simón cree que la tendencia al alza continuará, con suerte, hasta mediados de enero, pudiéndose alargar hasta principios del mes que viene. Coinciden los expertos consultados por infoLibre. "No podemos predecir nada con certeza", advierte García, pero añade: "Desde luego, la experiencia que hemos tenido hasta ahora es que los repuntes no son ocasionales sino que duran bastante. Depende mucho del comportamiento de la gente". Cree que la vuelta al crecimiento de casos es más peligrosa si la situación de partida, de por sí, es mala. Y pese al descenso registrado desde noviembre, aún estábamos lejos de los 25 casos de incidencia que se marcó Sanidad como objetivo. "Si partimos de una situación bastante mala, a poco que haya un leve empeoramiento, esto se multiplica. Yo no sería muy optimista", afirma. Aunque apunta un motivo para la esperanza: "Me da la impresión de que la población es muy consciente y está reduciendo sus planes para navidades, lo cual está bien". López Acuña sentencia: "No es un tema puntual. El repunte se va a mantener las próximas dos semanas y puede intensificarse".
España, por lo tanto, afronta unas Navidades ya peligrosas de por sí por las reuniones familiares en espacios cerrados con una vuelta al aumento generalizado de casos, lo que complicará la situación. La realidad epidemiológica empaña la alegría moderada por las buenas noticias con la vacuna, que ha llegado mucho antes de lo previsto en marzo. Funcionan mejor con una transmisión a la baja: los que la reciban podrían contagiarse y enfermar entre la primera dosis y la segunda, en caso del producto de Pfizer, porque aún no habrán desarrollado la suficiente inmunidad. Lo que, temen los expertos, podría reducir la confianza en la solución farmacéutica. Habrá que hacer un esfuerzo de contención... y de comunicación.