INVESTIGACIÓN | 'FOOTBALL LEAKS'
El Real Madrid investigó el papel de Butragueño en el fraude de Omán pero decidió tapar el escándalo
Los confusos tratos y contratos del Real Madrid en Omán y Tanzania no sólo implicaron a un directivo de su fundación, Manuel Parreño, y al exjugador Rubén de la Red, ambos despedidos de forma disciplinaria en 2015 por su implicación en dichas operaciones fraudulentas, tal y como desveló este lunes infoLibre. También comprometieron a uno de los símbolos más conocidos del club, Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club. En septiembre de 2013, Butragueño voló hasta la capital del sultanato, Mascate, y allí se entrevistó con el empresario omaní Said Al Shabibi para apoyar el partido de fútbol de veteranos y la apertura de una escuela de fútbol. Los proyectos fueron un fiasco y el asunto terminó en los tribunales omaníes.
La actuación de Butragueño, y del resto de implicados, fue investigada por la Comisión Ética del club. El secretario de dicho órgano, Carlos Martínez de Albornoz, propuso eximirle de responsabilidad, pero “poner bajo supervisión y control” la actividad de Butragueño. “No hagas nada. Hablaremos”, le ordenó Pedro López Jiménez, vicepresidente del Real Madrid y persona de máxima confianza de Florentino Pérez.
Así consta en documentos de Football Leaks, logrados por el semanario alemán Der Spiegel y compartidos con la red de medios European Investigative Collaborations (EIC), de la que forma parte infoLibre.
OPERACIONES FRAUDULENTAS
Florentino Pérez nombró a Emilio Butragueño director de Relaciones Institucionales del Real Madrid en 2010. Licenciado en Económicas, tiene también un máster en gestión de entidades deportivas por la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), además de haber cursado un programa de Dirección General del IESE, según consta en su currículo oficial.
En 2014 y 2015, se vio envuelto en un capítulo poco edificante que le obligó a pasar por una investigación interna del club. Su presencia en Mascate sirvió para apoyar la negociación de un contrato con un empresario local cuyo objeto era abrir en el sultanato una academia de fútbol con la marca del Real Madrid. La operación iba a promocionarse con un partido entre antiguas estrellas merengues y del Barça. Hasta aquí, una más de sus tareas habituales como relaciones públicas del equipo de Florentino Pérez.
Esas negociaciones las comandaba un agente deportivo canario llamado Rayco García Cabrera, que carecía de relación contractual con el Real Madrid. El agente sostiene que negoció en representación de la Asociación de Exjugadores del Real Madrid, una entidad jurídicamente independiente pero controlada por el club. Además, la organización del partido promocional, vendido en Omán como una Legends Cup con las imágenes de Roberto Carlos, Figo o Cannavaro, resultó un fiasco para la empresa local, Zan for Events and Conferences, que perdió “millones” en derechos televisivos, entradas y acuerdos de patrocinio, según relató su director general, Said Al Shabibi, al Times of Oman. Tantos que demandó al Real Madrid por fraude: las estrellas mundiales habían encogido el día del partido, jugado el 14 de marzo de 2014, hasta alcanzar el tamaño de jugadores nacionales desconocidos en el sultanato.
De izquierda a derecha: Said Al Shabibi, Rayco García, Emilio Butragueño, un omaní no identificado y Rubén de la Red.
El pinchazo terminó en manos de la Justicia y, en febrero de 2019, un tribunal de Omán dio la razón a Zan for Events and Conferences y condenó al Real Madrid a pagar a la empresa una indemnización de 1,07 millones de euros. Pero el omaní quiere más y ha apelado en los tribunales de su país para conseguir una compensación adicional por la pérdida del contrato para abrir la academia de fútbol.
Tras recibir el aviso de demanda del empresario omaní, el Real Madrid despidió al director de los Campus y Clinics de su Fundación, Manuel Parreño, que había acudido a Omán también para apoyar la iniciativa promocional, junto con Emilio Butragueño, y a Rubén de la Red, exjugador del primer equipo y entrenador de juveniles. Además, Parreño se había dejado invitar por Al Shabibi, que corrió con todos sus gastos y los de su esposa en un hotel de cinco estrellas de Mascate. Por si fuera poco, la operación volvió a repetirse poco después, en octubre de 2014, en Tanzania, con los mismos implicados: Manuel Parreño, Rubén de la Red y Rayco García. En esta ocasión, la parte contratante engañada era el Fondo Nacional de la Seguridad Social (NSSF) del país africano, una entidad pública.
LA DECLARACIÓN DE BUTRAGUEÑO ANTE LA COMISIÓN ETICA
El club, que intentó inmediatamente desvincularse de Rayco García, tardó en abrir una investigación interna para aclarar lo sucedido. Cuando lo hizo, en abril de 2015, el encargado de realizarla fue Carlos Martínez de Albornoz, responsable de Control y Auditoría Interna y secretario de la Comisión Ética, quien entrevistó a todos los implicados. Incluido Emilio Butragueño. En la carta que Al Shabibi envió en junio de 2014 al Real Madrid advirtiéndole de las acciones legales que estaba dispuesto a emprender si no se le compensaba por lo que consideraba un fraude, le adjuntó un puñado de fotos donde se veía a Butragueño con el empresario omaní, Rubén de la Red, Manuel Parreño y Rayco García posando y comiendo en septiembre de 2013 en el restaurante Mumtaz Mahal de Mascate. A la comida también se unieron el secretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores del sultanato, Said Abdulá Al Busaidi, y la número dos de la Embajada española en Mascate, Blanca Londaiz Laborde.
De hecho, tras quejarse el empresario omaní del supuesto fraude a Londaiz, la funcionaria de la embajada pidió por correo electrónico en octubre de 2014 a Emilio Butragueño que resolviera “de la mejor manera posible” el “desagradable asunto” porque el director de Zan for Events and Conferences estaba involucrando a la legación diplomática en la estafa: en una de sus salas se había firmado el contrato, ante la mirada del propio embajador, Juan José Urtasun Erro. En su declaración por escrito ante Martínez de Albornoz, fechada el 29 de abril de 2015, Butragueño dijo desconocer el contrato firmado con Al Shabibi y explicó que su intervención en el asunto se había limitado a “visitar a las autoridades oficiales para presentar la escuela de tecnificación de la Fundación Real Madrid”, lo que él califica de “funciones normales de ayuda” propias de su cargo. “Hago decenas de viajes como éste cada año”, aseguró.
Si voló hasta Omán, añadía, fue porque así se lo pidieron Rubén de la Red primero y Manuel Parreño después. Pero hasta ese momento no conocía a Rayco García, que se le presentó como asistente de Rubén de la Red en la escuela que se iba a abrir en Omán. Del viaje, asegura que no sabe quién lo sufragó: “Desconozco si fue pagado directamente por la Fundación del Real Madrid o por su socio local de la escuela de Omán”. Cuando Martínez de Albornoz le pregunta si entregó un informe de seguimiento de ese viaje “a posteriori como es preceptivo” se limita a contestar: “No lo hago nunca”. Lo que no dudo en admitir es que, “a la vista de lo ocurrido, se entiende que la otra parte creyera que el Real Madrid y la Fundación Real Madrid respaldaban el convenio”.
Martínez de Albornoz también preguntó a Butragueño por la operación de Tanzania, pese a que no hizo ningún viaje a ese país. Pero fue a él a quien se dirigió el embajador español en Dar Es Salaam, Luis Manuel Cuesta Civís, para pedirle una solución tras recibir la queja del Gobierno tanzano por los problemas surgidos respecto a la competencia legal de los negociadores españoles. “Es una cuestión delicada que puede acabar afectando a la buena imagen de las dos entidades”, le explica en un correo electrónico el 25 de mayo de 2015.
“Como te comenté por teléfono”, responde Butragueño al embajador el 3 de junio, “me temo que el National Social Security Fund de Tanzania ha sido víctima de un fraude al haber firmado un contrato con unas personas que, actuando en nombre del Real Madrid, no lo representan ni han sido autorizados para ello. Es evidente que el NSSF ha actuado de una forma negligente, por no utilizar otro término, al no haber exigido los correspondientes poderes a los supuestos representantes del Real Madrid”. A continuación, le pide al embajador que haga llegar a los tanzanos una carta donde les solicitan la nulidad del contrato firmado al tiempo que les ofrecen negociar otro “pero por los canales oficiales del Real Madrid”.
“Su presencia compromete al Real Madrid, lo que exige control y supervisión”
En su informe, Martínez de Albornoz exime de toda responsabilidad a Butragueño. “No se le puede imputar ninguna violación del Código Ético”, concluye, puesto que se limitó a participar en un viaje organizado por la Fundación Real Madrid y “su actuación se ajustó al procedimiento”. Sin embargo, el secretario de la Comisión Ética considera que se ha producido “un abuso de la buena fe” de Emilio Butragueño, que ha permitido utilizarlo “como símbolo y representante del club, para dar visos de veracidad a unas actividades fraudulentas, aprovechando que actúa con amplio margen de iniciativa propia y sin consultar con los altos responsables”.
Por tanto, propone al presidente de la comisión y vicepresidente del club, Pedro López Jiménez –también vicepresidente del Real Madrid y persona ligada desde hace décadas a Florentino Pérez–, que se modifique la “actuación profesional” del exjugador: a partir de ahora, plantea, cuando se le requiera para cualquier viaje o evento, deberá consultar previamente con los altos responsables del club, para “poner bajo supervisión y control” de éstos su participación como director de Relaciones Institucionales en todo tipo de actos. “Su presencia en ellos compromete al Real Madrid, lo que exige control y supervisión por parte de la línea ejecutiva del club o de la fundación”, resume.
Las operaciones fraudulentas del Real Madrid comprometieron a las embajadas de España en Omán y Tanzania
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Martínez de Albornoz envió su propuesta por correo electrónico, a las 17:07 horas del 23 de junio de 2015, a López Jiménez. Éste frenó las intenciones de su subordinado en seco. Esa misma tarde le responde con una orden clara y escueta: “No hagas nada. Hablaremos”.
Ni el Real Madrid ni Emilio Butragueño han contestado a las preguntas que infoLibre les ha enviado sobre el viaje a Omán y sobre sus consecuencias. No han querido explicar si, finalmente, el director de Relaciones Institucionales fue sometido a algún tipo de supervisión adicional como recomendó el secretario de la Comisión Ética. Pero el mensaje de López Jiménez era contundente.