La retirada de lodos de garajes y sacar coches de la zona cero centran ahora los esfuerzos

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Antonio Martín (EFE)

La extracción de lodo y fango de calles y garajes y el traslado de los miles de vehículos que aún se amontonan en las campas de los pueblos de la zona cero de la dana de Valencia centran gran parte de los esfuerzos para la recuperación cuando se cumple un mes de la riada que asoló parte de la provincia.

Aquella catástrofe ha dejado hasta el momento 222 víctimas mortales tras arrasar decenas de municipios del río Magro y del área metropolitana de València, y el lodo que queda en algunas calles y en muchas zonas subterráneas de los edificios de l'Horta Sud y poblaciones como Algemesí sigue siendo uno de los retos más inmediatos.

Sin olvidar los cuatro desaparecidos y la reconstrucción de la infraestructura pública y de viviendas dañadas por la crecida, unos 170 camiones se afanan estos días en vaciar las cañerías y limpiar las instalaciones de saneamiento, muchas aún atascadas por el brutal colapso de sedimentos del 29 de octubre.

Las inspecciones del alcantarillado de las poblaciones más afectadas apuntan a que la infraestructura ha resultado dañada por la acumulación de un lodo contra el que se vierte continuamente agua para evitar que se solidifique.

Los expertos calculan que una vez retirado el sedimento habrá que emprender la rehabilitación de una red no suficientemente digitalizada, lo que dificulta conocer los puntos de fugas o atascos.

Fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio han explicado a EFE que, en muchos casos, esta tarea de limpiar las estructuras de saneamiento es indispensable y previa al achique de agua de los garajes para evitar que el nivel freático rellene los espacios vaciados.

En un plan de la Generalitat con el refuerzo de la Diputación de Valencia y los soldados de la UME, las labores se centraron la pasada semana en el referido saneamiento y a partir de este martes se ha intensificado en los centenares de garajes y bajos anegados, empezando por Picanya.

El lodo, a puntos impermeabilizados de Picassent y Manises

El lodo extraído de los garajes es depositado en dos puntos impermeabilizados en Picassent y Manises, donde quedarán hasta que se les dé un tratamiento adecuado.

Desde la Diputación se ha explicado que la limpieza de los garajes privados es una de las principales peticiones que los alcaldes repiten en las reuniones diarias telemáticas con la institución provincial y que, por ello, hay un contrato de emergencia de 7 millones de euros con siete empresas para reforzar este dispositivo que ya desarrollaban tanto los Bomberos del Consorcio Provincial como la UME.

Se calcula que el lodo ha inundado más de 2.100 garajes y sótanos en la provincia, de los cuales un millar ya han vuelto a estar operativos. Actualmente el foco está en limpiar más de 660 en Albal, Catarroja, Alfafar, Massanassa, Paiporta, Benetússer, Sedaví y Picanya en un dispositivo que arrancó este martes en esta última población y que se acaba de reforzar con una treintena de operarios más.

Además de los garajes, otro de los objetivos prioritarios es retirar el agua y fango de los huecos de los ascensores para que puedan ser reparados y, con ello, facilitar la vuelta a la vida habitual de cientos de personas con movilidad reducida aisladas en plantas altas.

En cuanto a los vehículos, muchos de ellos llenos de barro, la retirada de la ingente cantidad que siguen amontonados en unas 60 campas dentro de los pueblos es otro de los retos a los que queda un largo recorrido.

El 95% de los coches afectados, siniestro total

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Se estima que el 95 por ciento de los 120.000 vehículos dañados sea siniestro total, de los cuales una parte ya han sido retirados por las aseguradoras a desguaces pero otros muchos siguen en los descampados esperando a ser llevados a la gran superficie habilitada en el término de Picassent para que, una vez colocados ordenadamente, sean objeto de peritaje antes del desguace.

La labor es compleja a la hora del traslado debido al estado muchas veces ruinoso, lo que dificulta su manipulación y transporte, a lo que se añade que no pueden ir al desguace sin localizar antes al dueño.

La primera fase fue sacarlos de las carreteras y la vía pública para restablecer una cierta movilidad, según la Conselleria, mientras que ahora se está en una segunda que consiste en llevarlos a los desguaces para la labor de descontaminación y el proceso a chatarra o, en su defecto, depositarlos en la zona habilitada en Picassent. 

La extracción de lodo y fango de calles y garajes y el traslado de los miles de vehículos que aún se amontonan en las campas de los pueblos de la zona cero de la dana de Valencia centran gran parte de los esfuerzos para la recuperación cuando se cumple un mes de la riada que asoló parte de la provincia.

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