Artur Mas busca socios. Lo lleva gritando desde hace semanas, cuando intentó cortejar a los socialistas catalanes. Pero nada había prosperado hasta ahora.
Este domingo, 7 de abril, se produjo un movimiento cuyo resultado aún se desconoce: una reunión secreta, y en Madrid, entre el presidente de la Generalitat, el secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el primer secretario del PSC, Pere Navarro, según confirmaron este lunes por la noche fuentes oficiales del PSOE.
Pocos detalles han trascendido por el momento: que el encuentro duró apenas una hora y que los tres dirigentes hablaron "de la situación económica y del déficit". A su vez, siempre según un portavoz del PSOE, Rubalcaba explicó a Mas su propuesta de reforma constitucional como vía para aliviar las tensiones entre Cataluña y Madrid. "No se habló ni de gobernabilidad ni de los Presupuestos catalanes", aseguraron las citadas fuentes.
El matiz introducido por Ferraz reviste una importancia clave, porque la situación de la Generalitat es tremendamente delicada. Las cuentas del Govern se presentarán este mes, y Mas aún no tiene los apoyos necesarios, porque ERC, con quien firmó un pacto de gobernabilidad, no está dispuesta a respaldar más recortes ni a tragar con un déficit del 1,5%. El PSC considera que el bloqueo que padece el president debe resolverlo CiU con su socio, y en todo caso una eventual entrada en el Ejecutivo debería decidirlo la militancia.
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Un Govern de coalición, posibilidad "alejadísima"
Este mismo lunes, por la mañana, y antes de que trascendiera esta reunión secreta, Elena Valenciano, la vicesecretaria general, sí subrayó que un supuesto Ejecutivo de coalición era una posibilidad "alejadísima de la realidad", pero que en cualquier caso sería su partido hermano el que debía decidir. Más aún ahora que el PSC ha determinado que sean los militantes los que se pronuncien al respecto. La número dos enfatizó que "no ha habido nada serio" en las propuestas de alianza de Mas, más allá de "declaraciones radiofónicas" y la intención del líder de CiU de hacer uso de la "política clínex", combinando, en función de sus intereses, el aval de ERC y el de los socialistas.
La reforma constitucional es el punto de conexión, por otro lado, de PSOE y PSC, que en cambio sí discrepan sobre el derecho a decidir. Navarro llevó en su programa electoral de las últimas autonómicas (y sigue defendiendo) la viabilidad de una consulta a los catalanes, opción que Ferraz no comparte porque entiende que el único sujeto de soberanía del que cabe hablar es el pueblo español. La discusión de este asunto y el replanteamiento de las relaciones orgánicas centran, de hecho, las conversaciones bilaterales entre los dos partidos. La semana pasada, Valenciano y Ramón Jáuregui, viajaron a Barcelona para poner en marcha la negociación con el PSC, como ya informó infoLibre.
Artur Mas busca socios. Lo lleva gritando desde hace semanas, cuando intentó cortejar a los socialistas catalanes. Pero nada había prosperado hasta ahora.