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Sánchez fía su investidura a que la derecha o el independentismo asuman que es la única posible y faciliten su reelección

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El PSOE se muestra resignado a que tanto la derecha, PP y Ciudadanos, como el independentismo, mayoritariamente representado por Esquerra, no van a moverse de sus posiciones “cortoplacistas” al menos hasta después de las elecciones locales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Unos y otros, subrayó este viernes el secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, están inmersos en sendas batallas por el liderazgo de sus respectivos espacios políticos: Pablo Casado y Albert Rivera por la primacía en la derecha y Oriol Junqueras y Carles Puigdemont por el liderazgo del soberanismo.

Los socialistas, más aún después de lo ocurrido con Miquel Iceta, cuya designación como senador para presidir el Senado fue bloqueada por el independentismo en el Parlament, consideran que Esquerra no es un socio “fiable” y reconocen que no quieren tener que depender de sus votos en el Congreso. Por eso han empezado a enviar recados a PP y Ciudadanos para que, en el caso de que los independentistas no faciliten la investidura de Sánchez, sean ellos quienes lo hagan en aras de la gobernabilidad de España. Y para evitar, sobre todo, una repetición de las elecciones generales, porque la candidatura del líder socialista es la única viable para la Presidencia del Gobierno. Si la suya no sale adelante, ninguna otra lo hará.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, reunió este viernes a la Ejecutiva socialista para proponer a los diputados que formarán parte de las mesas del Congreso y del Senado —con Meritxell Batet y Manuel Cruz al frente de cada una de las cámaras— y para dirigir los grupos parlamentarios, en cuyo timón seguirán Adriana Lastra, número dos del partido, y Ander Gil, respectivamente.

Cruz será presidente del Senado con todas las consecuencias y no en una situación de interinidad a la espera de que se resuelva el recurso que Iceta planteó ante el Constitucional para exigir su designación como senador. Esta circunstancia ha hecho que en las últimas horas se hayan multiplicado las especulaciones sobre la posibilidad de que Sánchez compense al líder catalán con algún nombramiento en el Gobierno, que según algunas fuentes podría alcanzar incluso el rango de vicepresidencia e incluir en todo caso competencias en relación con la política territorial.

En la misma reunión de su ejecutiva Sánchez aprovechó para trasladar a la dirección del PSOE un mensaje de tranquilidad después del varapalo que ha supuesto el boicot a Iceta.

El presidente, según fuentes consultadas por infoLibre, se mostró confiado en que la actitud poco constructiva que han mostrado hasta ahora tanto los partidos de la derecha como los independentistas cambiará después del 26M. Pasadas las elecciones, y ya sin tener que competir por el espacio político, el presidente está convencido de que las diferentes fuerzas políticas “asumirán su responsabilidad”.

Mientras tanto, pidió a los dirigentes socialistas que dejen a PP y Ciudadanos “cocerse en su propia salsa”, en referencia a la pelea en la que se han embarcado por los votantes conservadores, y que hasta después de las elecciones del 26 de mayo eviten también las especulaciones sobre la mejor manera de colaborar con Unidas Podemos, sea una coalición como pretende la formación de Pablo Iglesias o un pacto de legislatura como prefiere el propio Sánchez.

En cualquier caso, el PSOE no tiene intención de dar ningún paso atrás y mantendrá su hoja de ruta dando por seguro que Sánchez conseguirá las votos a favor y las abstenciones que necesita para ser reelegido presidente y poner en marcha la nueva legislatura.

El mensaje del 28 de abril

Los socialistas van seguir defendiendo la idea de que la estabilidad y la gobernabilidad de España pasa por la investidura de Sánchez y de que el diálogo dentro de la ley es la única forma de solucionar el problema territorial. Dos hechos que, aseguran, derivan directamente de la voluntad expresada por los ciudadanos el 28 de abril. “Queremos un Gobierno sólido frente a quienes se plantean objetivos cortoplacistas y de pura supervivencia política”, declaro Ábalos en referencia al PP y a Cs.

No es casual que la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, y el propio Ábalos emplazasen este viernes a PP y Ciudadanos, si tanto temen que el nuevo Gobierno se vea condicionado por los independentistas, a hacer una apuesta por la gobernabilidad y abstenerse en la investidura, de manera que los votos de Esquerra ya no sean necesarios.

“Las fuerzas constitucionalistas recuerdan constantemente a la ciudadanía que no se debe contar con las fuerzas independentistas y pueden evitarlo absteniéndose en la investidura como hizo el PSOE en su momento para aportar estabilidad al país”, dejó caer Celaá en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

“Nos gustaría que aquellos que dicen apostar por la estabilidad y hacer frente al desafío independentista ayudaran”, confirmó minutos después el número tres del PSOE desde la sede de Ferraz. En vez de confiar en la posibilidad de que Esquerra se abstenga, añadió Ábalos, preferiría confiar “en la abstención de Ciudadanos, por ejemplo”. Porque “nosotros no queremos depender de los independentistas. Y los que quieren que no dependamos, deberían contribuir algo también”. “Garantizar la gobernabilidad es la obligación de los representantes políticos de todos los partidos”, añadió.

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Ábalos defendió que el parlamentarismo español “puede y debe” cambiar para que “los ciudadanos recuperen la confianza en la clase política” y “propiciar un clima de diálogo”. “Sin un clima parlamentario bueno, España tendrá mucho más difícil escapar de la espiral de legislaturas cortas y poco productivas y de la repetición de elecciones”, advirtió.

Los socialistas atribuyen la posición de Esquerra a “una reacción a la situación de bloqueo que ellos mismos han provocado” en la política catalana pero aseguran que ni así van a renunciar a su estrategia territorial. “No por empecinamiento, sino porque no hay otra posibilidad”, subrayó Ábalos. “No hay más alternativa que tratar de buscar la convivencia política dentro del marco de la legalidad”.

El Gobierno en funciones calcula que la investidura puede demorarse hasta finales de junio o comienzos de julio. Para que dé tiempo a poner en marcha el Congreso y el Senado, para que Felipe VI pueda realizar su ronda de consultas y, sobre todo, para que la votación no interfiera en las cumbres internacionales a las que tiene previsto asistir Pedro Sánchez a finales del junio: el Consejo Europeo en Bruselas los días 20 y 21 y la Cumbre del G20 en Osaka (Japón) los días 28 y 29.

El PSOE se muestra resignado a que tanto la derecha, PP y Ciudadanos, como el independentismo, mayoritariamente representado por Esquerra, no van a moverse de sus posiciones “cortoplacistas” al menos hasta después de las elecciones locales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Unos y otros, subrayó este viernes el secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, están inmersos en sendas batallas por el liderazgo de sus respectivos espacios políticos: Pablo Casado y Albert Rivera por la primacía en la derecha y Oriol Junqueras y Carles Puigdemont por el liderazgo del soberanismo.

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