Mariano Rajoy Brey, 63 años, 36 de ellos en cargos públicos, seis y medio al frente del Gobierno de España, afronta entre hoy y mañana el trance más difícil de su vida política.
El líder del PP, el partido al que la Audiencia Nacional acaba de situar en el centro de la trama de corrupción política e institucional que desde hace nueve años conocemos como el caso Gürtel, caso Gürtel,se asoma al abismo de convertirse en el primer presidente de la democracia española derribado por una moción de censura. Aislado políticamente, su futuro está en manos del PNV, el partido que hace apenas unos días, antes de que se conociese la condena judicial, le había ayudado a salvar los Presupuestos de este año y que le hizo acariciar el sueño de continuar en el poder al menos hasta 2020.
Y el PNV ha decidido esperar hasta el último momento. El Euskadi Buru Batzar (EBB), su máximo órgano de dirección, se reunirá este jueves de manera extraordinaria para decidir “el sentido de su voto” después de escuchar a Pedro Sánchez, lo que significa que no conoceremos el desenlace previsiblemente hasta última hora de la mañana.
A través de un mensaje en las redes sociales, los nacionalistas vascos explicaron que están a la espera de “escuchar las motivaciones del PSOE para presentar la moción” y “los compromisos que adquiere el candidato Pedro Sánchez”.
En la agenda del PNV hay varias cosas importantes: garantizar el mantenimiento de los compromisos presupuestarios pactados con el PP —empiezan a debatirse en los próximos días en el Senado— y la actitud en relación con Cataluña. En la decisión también pesará la posibilidad de perjudicar los intereses de Ciudadanos, su máximo antagonista en estos momentos. Y nada complicaría más los planes de Albert Rivera que la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa.
Así que Rajoy entrará este jueves en el hemiciclo sin saber si sobrevivirá políticamente a la sesión. Y eso que sólo necesita que la mitad de los diputados (175 de 350) voten en contra o se abstengan en la votación final. No precisa reunir una mayoría a su favor que, en todo caso, no está a su alcance porque sólo tiene garantizados los votos del PP (134), UPN (2) y FAC (1) —Ciudadanos (32) y Coalición Canaria (1), aunque no apoyarán a Sánchez, tampoco parecen estar dispuestos a salir en la foto como soporte de Rajoy—.
El PSOE dedicó las horas previas al pleno a tratar de apuntalar la complicada suma de apoyos que necesita para echar a Rajoy, pero a la hora de redactar esta información seguía sin confirmar una mayoría suficiente. Tiene sus 84 diputados (85 si se suma el único parlamentario de Nueva Canarias, que obtuvo su escaño en coalición con los socialistas en las elecciones de 2016) y los de Unidos Podemos (67) y Compromís (4): en total 156 escaños.
El más que probable respaldo de Esquerra Republicana (9 escaños) y del PdeCAT (8) aumenta los votos a favor de Pedro Sánchez a 173 —no obstante, las dos formaciones independentistas catalanas no tomarán una decisión definitiva hasta este jueves, después de escuchar al candidato—. De votar a favor, el resultado final quedaría en manos del PNV (5 diputados) —EH Bildu tiene dos escaños, insuficientes para sacar adelante la moción, aunque la formación abertzale ha anunciado su intención de votar lo mismo que los independentistas catalanes—.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, dedicó la tarde del miércoles a preparar el debate en compañía de sus círculo de colaboradores más estrecho, incluidos el secretario de Organización, José Luis Ábalos, quien abrirá el debate presentando la moción ante el Pleno del Congreso, y la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, que intervendrá en el turno reservado a los grupos.
Las propuestas de Sánchez
Fuentes consultadas por Europa Press aseguran que Sánchez tratará de hacer una intervención “honesta” y “directa” en la que se brindará a pactar un horizonte para anticipar las elecciones generales.
El PSOE es consciente de que todo el mundo estará pendiente de las referencias a Cataluña después de la dureza mostrada en las últimas semanas por Sánchez contra el president de la Generalitat, Quim Torra, al que siempre se refiere como “racista”, “supremacista” y el “Le Pen español”.
No se espera ninguna rectificación, y sí una ratificación de las posiciones que viene manteniendo en la crisis catalana: defensa de la Constitución y una salida política al conflicto.
Los socialistas creen que, prospere o no la moción, Sánchez ya la ha ganado, pues la iniciativa le habrá brindado la oportunidad de proyectarse como alternativa de Gobierno desde un altavoz como el que representa el Congreso, donde se hace y se escenifica la política. Un escenario del que Sánchez está ausente desde que renunció a su escaño en octubre de 2016 para no tener que votar la investidura de Rajoy.
En el PSOE están especialmente satisfechos de que la iniciativa haya desbaratado la estrategia de Ciudadanos que, aupado en los últimos meses por las encuestas y por una radicalización de su discurso nacionalista español, había diseñado una estrategia destinada a ir desmarcándose del PP que ahora se ha vuelto en su contra porque la votación de la moción de censura volverá a situarles como lo que han sido durante toda la legislatura: el principal aliado de Rajoy.
Durante toda la jornada del miércoles, y al mismo tiempo que que se multiplicaban las informaciones que apuntaban la posibilidad de que el PNV se sumase a los demás partidos para sacar adelante la moción, aumentaron las especulaciones acerca de una hipotética renuncia de Rajoy destinada a impedir que la censura se consume y cortar el paso a Pedro Sánchez para alcanzar la Presidencia.
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En teoría, Rajoy tiene margen para dimitir hasta el viernes. Su retirada obligaría a suspender la votación de la moción, convertiría a Soraya Sáenz de Santamaría en presidenta en funciones y pondría en marcha el mismo procedimiento previsto para las investiduras: Felipe de Borbón abriría una ronda de consultas en busca del candidato con más apoyo.
La sesión comenzará a las nueve de la mañana. José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE, expondrá la moción antes de dar paso al candidato, Pedro Sánchez. Mariano Rajoy podrá tomar la palabra siempre que lo considere oportuno, igual que el líder socialista, lo que añade incertidumbre a la duración de la sesión. Después será el turno de los grupos, que tomarán la palabra de menor a mayor: primero el Mixto y después el PNV.
Nunca antes en España una sesión de tanta trascendencia llegó a celebrarse con semejante incertidumbre.
Mariano Rajoy Brey, 63 años, 36 de ellos en cargos públicos, seis y medio al frente del Gobierno de España, afronta entre hoy y mañana el trance más difícil de su vida política.