Guillermo Fernández Vara, el secretario general del PSOE extremeño, nunca ocultó que apostó el verano pasado por Eduardo Madina como líder del partido. Pero también ha insistido siempre en que después de que Pedro Sánchez fuera elegido por las bases, a partir de ese momento, ese era su jefe y punto, y todos debían apoyarlo.
Este miércoles Vara volvió a mostrar a Sánchez su respaldo explícito. Y algo más: quiere que sea el candidato, al margen de lo que ocurra con el PSOE en las urnas el 24 de mayo, y quiere que se eche una "pensada" a las primarias abiertas, porque hay que estudiar si es "compatible" que los militantes elijan por sufragio universal a su secretario general y luego ciudadanos sin carné opten por otro candidato.
Todo ello lo dijo Vara con un Madina delante que apenas podía ocultar su incomodidad. Fue en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en el hotel Ritz de Madrid, en el que fue presentado por el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona. A él acudieron pocos miembros de la ejecutiva federal –la extremeña Pilar Lucio y la valenciana Carmen Montón– porque se seguía al mismo tiempo la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Sí estaba allí el expresidente Juan Carlos Rodíguez Ibarra, su antecesor en la Junta y en el partido, y el líder de UGT, el pacense Cándido Méndez.
Vara recordó que su apuesta fue Madina, que tuvo incluso que presionarle al final en "una larga conversación en el hotel Wellington" de Madrid para que se presentara y no se echara atrás en el último momento, porque compartía su "modelo de país". Pero en el congreso federal, gracias a una decisión "valiente" de Alfredo Pérez Rubalcaba, pudieron votar todos los afiliados, y decidieron que Sánchez se convirtiera en el secretario general. Y lo apoya sin fisuras desde entonces, no "por cultura de partido" –como dijo Felipe González–, sino por la "realidad". "Cuando un partido elige a su secretario general, no elige al gerente de Ferraz, 70 [la sede federal del PSOE]. No elegimos a un gerente. Ni siquiera a un director general. Elegimos a alguien para que representara nuestras ideas. ¿Eso cómo se llama en la vida? ¿Se llama liderazgo, se llama candidato? –inquirió–. Pero esa es la realidad: elegimos a una persona como voz y cara del PSOE, no para administrar las cuentas de Ferraz".
El líder regional, y candidato a la Presidencia del Gobierno de Extremadura, subrayó que no se trata de un cambio de opinión, sino que se puso "a disposición" del nuevo secretario general. "Y me siento cómodo haciéndolo".
Sánchez está "asentando su liderazgo"
¿Defiende entonces que sea candidato? "Sí, sí", respondió taxativo. ¿Y las primarias abiertas a la Moncloa, convocadas para el 26 de julio? Vara reconoció que existe el "compromiso" de celebrarlas, pero, de cara al siguiente congreso del partido, hay que "revisar" el sistema, estudiar "si es compatible la elección del secretario general por sufragio universal de todos los militantes y que luego ciudadanos que no son del partido elijan al candidato". "Hay que echar una pensada", rubricó. Coló algunas sugerencias: que se hagan las primarias "sin avales", porque el proceso de recogida de apoyos "divide" al partido, e introducir la doble vuelta, para evitar que pueda ganarlas ganarlas una persona que tenga "apenas el respaldo del 25%" de los votantes". Justo lo contrario que el sistema actual, que exige avales (5% de los afiliados) y a una sola ronda.
Vara lanzó otra advertencia a los que piensen en competir contra Sánchez (y ahí los nombres que circulan son los de siempre, los de Susana Díaz y Carme Chacón, porque Madina prometió salir de la primera línea): el secretario general está "asentando su liderazgo en el partido y en la sociedad". "He paseado con Pedro Sánchez por la calle y sé lo que representa para nosotros". Es justo el argumento que defiende Ferraz, que el líder está consolidándose y que va ganando apoyos entre las bases y entre la ciudadanía, y que gracias a él el partido, aunque lentamente, está recuperándose.
En el desayuno emergieron muchos otros asuntos. Tanto en la intervención inicial, en la que Vara no se apoyó de ningún papel, como en el turno de preguntas. Para empezar, los pactos. El candidato extremeño incidió en que aún es "prematuro" adelantar escenarios, porque primero hay que ver el resultado de las urnas el 24-M y cómo se compone el nuevo Parlamento. Las encuestas le dan la posibilidad de recuperar el Gobierno que perdió en 2011, al quedar por debajo del PP y abstenerse IU en la investidura del conservador José Antonio Monago. Vara insistió en que lo importante es hablar sobre "dónde se quiere llegar", qué Extremadura se quiere construir, "ponerse de acuerdo en el destino". Si se quiere una "Extremadura más justa, mejor, menos desigual, con más oportunidades", podrá haber acuerdos.
Aprender de la derrota
Al hilo del asunto de los pactos, se le preguntó por la retirada de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, cuestionada por dirigentes como Felipe Gonzálezcuestionada por actuar como moneda de cambio de apoyo a la investidura de Susana Díaz. Vara subrayó que conoce a ambos expresidentes bien y no concibe que pudieran ser "conscientes de lo que estaba pasando" en la Junta. Si la Justicia demostrara lo contrario sería una "decepción" para él.
No está claro que IU renueve su presencia en la Asamblea de Mérida. Pero de mantenerse, al PSOE le podría hacer falta su ayuda. Por eso Vara intentó ser lo más correcto posible. Reconoció que no es "razonable" que haya Parlamentos de izquierdas y Gobiernos de derechas, que no está "encantado" con la "decisión legítima" que tomó IU –contra la orden expresa de la dirección federal, que nada pudo hacer para impedir la abstención en la investidura a Monago–, porque además juntos podían haber "ahorrado mucho sufrimiento". "Nunca hemos dejado de tender la mano a IU" y a su coordinador, Pedro Escobar. El secretario general recalcó que la situación de hoy no es la misma que la de hace cuatro años, porque entonces había "rencores personales" entre las dos fuerzas tras 28 años de Gobiernos socialistas. "Probablemente nos olvidamos de ellos", asumió.
Vara, no obstante, dice haber "aprendido" de aquella derrota de 2011. El PSOE no perdió "por casualidad", sino porque dejó de "explicar a la gente" por qué hacía las cosas.
Ese espíritu de cierta contrición explica, a su vez, buena parte de las medidas que ahora proponen los socialistas para recuperar la confianza de los extremeños. También cómo han cambiado los tiempos y qué opinan los ciudadanos.
Por ejemplo, es momento de que se hagan "menos cosas", pero se hagan "mejor", que se centre la atención en "ocho o diez prioridades" y se vaya a por ellas. O mostrar que se ha entendido el mensaje de la gente. El PP, a su juicio, se equivocó al pensar que había ganado las europeas, cuando la perdieron los dos grandes. El PSOE reaccionó y Rubalcaba tomó la decisión "valiente" de irse. Pero hay que hacer más cosas, como hacer que sea "imposible" que un condenado por corrupción pueda pedir el indulto o que existan los aforamientos.
Contrato firmado, contrato publicado
Asimismo, hace falta, dijo, un "registro" para los programas electorales, obligar a que estos sea "palabra dada" y se exija su cumplimento. La fórmula podría ser, señaló, crear en los parlamentos un "observatorio de los programas electorales". También apostó por implantar la comparecencia de los cargos públicos en los parlamentos "antes de ser elegidos", porque se ahorrarían "muchos problemas". Lo planteaba al hilo de los cobros por asesoría que recibieron en la pasada legislatura los diputados del PP Vicente Martínez-Pujalte (que aún sigue en su escaño) y Federico Trillo (hoy embajador en Londres).
Vara abogó por una mayor transparencia en la Administración. Quiere que se publique cada contrato firmado y que se suministre a los medios la información que requieran en 24 horas. Si gobierna, renunciará a que su Ejecutivo reparta la publicidad institucional (lo haría un comité de expertos) y a controlar la radio y televisión autonómicas, pues su director general sería nombrado por concurso público.
El candidato extremeño también apostó por "desandar" parte del camino en la descentralización de competencias. Así, pidió un acuerdo entre el Gobierno central y las autonomías en materia de infraestructuras, o que el PSOE, cuando llegue a la Moncloa, imponga la unidad de mercado, para que no haya 17 leyes "que no aportan nada a la identidad" de cada territorio. Cree igualmente que hay que devolver las competencias en salud pública (vacunaciones, epidemias, control sanitario...). "Hay que reconocer que en algunas cosas nos hemos equivocado".
En cuanto a los retos de futuro, Vara planteó varios, como la lucha contra la pobreza energética o contra los desalojos –no se puede "permitir" que a los ciudadanos se les "desahucie de sus vidas"–, la inversión en educación o el estímulo a la economía para generar empleo. Como él mismo hizo ver, no dio cifras, porque "no es momento de números, sino de mirar a la gente de cara y a los problemas que atraviesa".
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"Los políticos hemos hecho mucho daño a mucha gente"
"Los políticos hemos hecho muchísimo daño a mucha gente", admitió, a modo de confesión. Por eso hace falta, reiteró, más transparencia, más "confianza".
"Y la única manera de recuperarla no es con grandes discursos. No es un tiempo de grandes discursos, sino de grandes hechos, de grandes decisiones", remató.
Guillermo Fernández Vara, el secretario general del PSOE extremeño, nunca ocultó que apostó el verano pasado por Eduardo Madina como líder del partido. Pero también ha insistido siempre en que después de que Pedro Sánchez fuera elegido por las bases, a partir de ese momento, ese era su jefe y punto, y todos debían apoyarlo.