Armaron una forma novedosa de decir y les bastaron tres meses de existencia para dar la sorpresa y conseguir cinco escaños en el Parlamento europeo. Corría mayo de 2014 y Podemos se había inscrito en el registro el 11 de marzo previo. Rompiendo esquemas, obtuvieron casi el 8% de los votos de España, más de 1,2 millones de sufragios. Una década después, volverán a celebrarse comicios europeos el domingo 9 de junio. Los ciudadanos de los países de la Unión Europea (UE) elegirán a 720 diputados y Podemos se encomienda a esa cita con las urnas, a la que llegará tras haber quedado por detrás del Pacma en las recientes elecciones gallegas, ahora para sortear su intrascendencia.
Su apuesta para cristalizar la remontada es la exministra de Igualdad Irene Montero. Una cabeza de cartel a la que en algunos sectores se ve castigada ante la opinión pública por las polémicas que han generado normas como la del sólo sí es sí o la ley trans. Pero que para los suyos, y precisamente por esas normas, es un símbolo, también fuera del país.
Idoia Villanueva, actual eurodiputada y responsable de la Secretaría Internacional de la formación morada, es de las que defienden que Montero es “un referente internacional”. Lo explica: “Cuando entras en política o en las instituciones, puedes tener la tentación de adaptarte a un discurso mucho más sencillo, pero sabemos que todo avance de derechos es una pérdida de privilegios y siempre hay un combate en ese sentido. Las personas que en primer lugar tienen la valentía para transformar, son las que son más golpeadas y tienen que ser de alguna manera reconocidas, como así lo es Irene Montero a nivel internacional”, resume.
Afirma que “España es hoy un país reconocido por el avance de los derechos feministas, por la ley del sólo sí es sí y por la ley trans", por lo que "Irene Montero es la mejor candidata que puede representar a Podemos en Europa con valentía, fuerza y con la determinación de que vamos a hacer lo que decimos. No nos rendimos”, garantiza. Aunque matiza que detrás de la exministra hay “un gran equipo y un gran proyecto” y que “empujarán” todos para “sacar los mejores resultados en Europa” en unos meses.
Villanueva mantiene que una década “es muy poco” para un partido que “tiene un proyecto de país de mirada larga, con esa república plurinacional que reconozca las distintas realidades de los territorios, pero, sobre todo, que siempre tuvo claro que la pelea que nos impulsó a las instituciones era global e internacionalista”, abre el foco. Considera que lo alcanzado "ha sido mucho". "el primer gobierno de coalición de la historia, hacer una brecha en el bipartidismo, poner encima de la mesa debates esenciales como si es posible hacer cierta intervención en el mercado para topar los precios del gas, por ejemplo; una ley de vivienda; avanzar en derechos feministas; o plantear la necesidad de democratizar las estructuras propias del Estado”.
Pero también avisa de que en las europeas de junio se juega “mucho de la próxima década”. “Las alternativas que no están poniendo encima de la mesa son o quedarnos como estamos o la barbarie cohabitando con la ultraderecha. Sin embargo, nosotros creemos que existe otra alternativa de una construcción europea que sea democrática, que de verdad defienda los intereses de los ciudadanos europeos y que no esté sometida a los de otras potencias como Estados Unidos”, expone.
A su juicio, “ser europeos es un conjunto de obligaciones, pero además de derechos fundamentales, y las elecciones deben ser una apuesta decidida por la paz y por cómo los ciudadanos quieren estar representados. Tendrán que ser ellos los que elijan qué voz quieren tener en Europa y dónde ponen a Podemos, pero vamos a dejarnos la piel y a seguir peleando por ese proyecto transformador”, se compromete. La propia Montero anunció en redes sociales que 15 formaciones políticas europeas se han agrupado en la plataforma Ahora el Pueblo y que podrían concurrir a los comicios con un programa común.
Encuestas en el límite
En cualquier caso, para el electorado español, la referencia, a la hora de depositar el voto, serán Podemos y Montero y, en opinión de la politóloga Ana Salazar, “con los datos que tenemos hoy, no está claro” que la formación morada tenga escaño en el Parlamento europeo. “Atendiendo al nivel de participación de las pasadas elecciones de 2019, un 64,3%, el último partido, en este caso coalición, que sacó escaño fue CEUS, con algo más de 633.000 votos, un 2,83%”, anota, para engarzar: “Sin embargo, en las elecciones de 2014 la participación fue mucho menor, el 45,83%, y el último escaño le costó algo más de 300.000 votos a Primavera Europea”.
Salazar apunta que, a la luz del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de enero, “la intención directa de voto hacia Podemos es de un 2,2%” y, “cogiendo ese dato como referencia”, aunque está asociado a elecciones generales y no a europeas, “dependería del nivel de participación”, que suele ser menor en las segundas que en las nacionales, “el que Podemos supere el umbral de voto impuesto por el último escaño conseguido (el 2,2% de los votantes en las elecciones de 2019 no superaría el medio millón de votos)”. A su entender, Montero tiene a su favor “que la circunscripción única favorece a formaciones como Podemos, que tienen el voto disgregado por todo el territorio nacional”, por lo que estima que, “con una buena campaña electoral, focalizada en zonas estratégicas, podría ampliar su bolsa de votantes”.
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Pero incide en que el que la ex ministra “ocupe un escaño en el Parlamento Europeo a día de hoy no está claro”. “Va a necesitar pelear voto a voto, sin espacios institucionales que le permitan la visibilidad necesaria", asevera y tendrá que hacerlo por "un escaño simbólico y decisivo, ya que se trata de una formación impulsada en unas elecciones europeas, y diez años más tarde ese escaño es el que marcará la supervivencia de dicha formación”, concluye.
Si al final desembarca en Europa, su estancia “no será un camino de rosas”, manifiestan fuentes del Grupo de la Izquierda (Left), ya que temen que en junio las urnas muestren un viraje a la derecha en muchos países. “Los partidos populistas de la derecha radical obtendrán más votos y escaños en toda la UE”, vaticinan, lo que “les dará mucho más poder frente a unas izquierdas a las que les cuesta convivir”, presagian.
Antes hay que llegar ahí. El exvicepresidente y exlíder oficial de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró en la SER que, pese a que han intentado “enterrar a Podemos mucho tiempo”, dentro de “muy poquito”, en alusión a las elecciones europeas, quienes lo hicieron se iban a dar cuenta de que han hecho al partido morado "mucho más invulnerable". El recuento de papeletas sentenciará si hay o no un nuevo reparto de las cartas en la izquierda, o si el trance oracular de Iglesias era un vaticinio fallido y se demuestra que la nueva política ya está vieja.
Armaron una forma novedosa de decir y les bastaron tres meses de existencia para dar la sorpresa y conseguir cinco escaños en el Parlamento europeo. Corría mayo de 2014 y Podemos se había inscrito en el registro el 11 de marzo previo. Rompiendo esquemas, obtuvieron casi el 8% de los votos de España, más de 1,2 millones de sufragios. Una década después, volverán a celebrarse comicios europeos el domingo 9 de junio. Los ciudadanos de los países de la Unión Europea (UE) elegirán a 720 diputados y Podemos se encomienda a esa cita con las urnas, a la que llegará tras haber quedado por detrás del Pacma en las recientes elecciones gallegas, ahora para sortear su intrascendencia.