"¿Ha pasado la noche?", pregunta el solista en la Sinfonía número 2 de Félix Mendelssohn. Una cuestión que probablemente también se planteaban, el 25 de junio de 2021, los asistentes al concierto que cerró la temporada 2020-21 de la Orquesta y Coro Nacional de España donde se interpretaba la obra del gran compositor alemán. Sobre el podio, David Afkham (Friburgo, 1983), que dirigía la sinfonía sin batuta y con su particular mezcla de elegancia, sobriedad y fuerza. El concierto culminaba un ciclo marcado por la pandemia, el distanciamiento y las restricciones de aforo en el Auditorio Nacional, el tradicional hogar de la Orquesta Nacional, que sin embargo, no detuvo a la música clásica en Madrid. El esfuerzo de los músicos y el público permitieron que no se cancelaran ninguno de los más de 70 conciertos de su repertorio sinfónico.
David Afkham es uno de los directores jóvenes más importantes del mundo y lleva a sus espaldas una amplia trayectoria. Ha dirigido a orquestas tan importantes como la Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Los Ángeles, la de Chicago o la Simón Bolívar. Con tan solo 32 años, se convirtió en director titular de la Orquesta Nacional de España, y desde ese momento, el músico alemán ha vivido un idilio constante con la formación, llegando también a ser su director artístico. Afkham es el máximo responsable de los conciertos y de los programas de una orquesta que ya considera una “familia” y con la que ha establecido una relación de complicidad poco habitual.
La música es para el director el mayor refugio con el que cuenta frente a los malos tiempos. Que la Orquesta Nacional mantuviera su programación durante la pandemia fue clave para dar esperanza a muchos melómanos y proporcionar algo de luz en medio de la oscuridad. Afkham afirma que esos conciertos “mantuvieron viva la llama de la música” y ayudaron a que músicos y director no perdieran su relación con el público. “Ahora, visto en perspectiva, me doy cuenta que fue la música y el servicio al público el que nos ha mantenido vivos y con esperanza”, comenta a infoLibre. Y ahora, ya recuperada la normalidad, nos invita a aplicar esa propiedad sanadora de la música a nuestra vida para encontrar así “razones de sobra y recursos para salir adelante con optimismo”.
Quienes tienen la posibilidad de tomar decisiones al más alto nivel en todo el mundo se deben poner como primer objetivo la educación, la igualdad y la convivencia
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Afkham es optimista porque cree en la “capacidad del ser humano de salir adelante” y está seguro de que gracias a ella “tenemos posibilidades de sobra para vencer esta y todas las crisis”. Añade a la resiliencia un complemento ineludible: el arte y la naturaleza. El director titular y artístico de la Orquesta Nacional de España nos invita a recrearnos en ellas, pero sobre todo, a ser “honestos y respetuosos con el medio ambiente y con la convivencia”. Además del arte y la naturaleza, Afkham destaca especialmente a su entorno personal como refugio ante todo lo negativo que sucede en el mundo: “Tengo una familia feliz y unida y tengo la suerte de ser músico y trabajar con colegas y con mi orquesta”. En su opinión ambas cosas le sirven para “vencer cualquier dificultad”.
Dejando a un lado la música, el director de la Orquesta Nacional de España también nos deja su opinión sobre cómo ve el periodismo en la actualidad. Afkham opina que el exceso de información que tenemos no es un problema sino una virtud. Lo realmente nocivo para él es la desinformación y considera que la “única forma de vencerla es con educación y con cultura”. Por ese motivo, cree fundamental que “quienes tienen la posibilidad de tomar decisiones al más alto nivel en todo el mundo se pongan como primer objetivo la educación, la igualdad y la convivencia”.
Por cierto, ¿recuerdan que al principio de esta información el tenor se preguntaba si había pasado ya la noche?. Pues bien, la primera respuesta de la orquesta son unas notas disonantes, haciendo entender que la oscuridad, la soledad y la noche seguían allí. Sin embargo, el tenor vuelve a preguntar y de repente, aparece la soprano cantando alabanzas, acompañada del coro y la orquesta, que explota y suena más potente y alegre que nunca. La luz, como siempre, acaba llegando, en la música y en la vida.
"¿Ha pasado la noche?", pregunta el solista en la Sinfonía número 2 de Félix Mendelssohn. Una cuestión que probablemente también se planteaban, el 25 de junio de 2021, los asistentes al concierto que cerró la temporada 2020-21 de la Orquesta y Coro Nacional de España donde se interpretaba la obra del gran compositor alemán. Sobre el podio, David Afkham (Friburgo, 1983), que dirigía la sinfonía sin batuta y con su particular mezcla de elegancia, sobriedad y fuerza. El concierto culminaba un ciclo marcado por la pandemia, el distanciamiento y las restricciones de aforo en el Auditorio Nacional, el tradicional hogar de la Orquesta Nacional, que sin embargo, no detuvo a la música clásica en Madrid. El esfuerzo de los músicos y el público permitieron que no se cancelaran ninguno de los más de 70 conciertos de su repertorio sinfónico.