Lucía Miranda, nacida en 1982 en Valladolid, es directora de escena, escritora de teatro y arte-educadora. Ha publicado varias obras como dramaturga —aunque, como señala en una cita que recoge Contexto Teatral, a ella nombrarse como tal le “da risa, o pudor, o un poco de todo”—, que después también ha dirigido, y se ha colgado al cuello varios premios, entre los que se encuentra el Premio El Ojo Crítico de RNE de Teatro en 2018. Sin embargo, cuando infoLibre le hace elegir la obra que le hubiera gustado haber escrito para incluirla en la revista Verano libre, la autora no elige una pieza teatral, sino una novela: Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite.
“Me parece un canto a la libertad, a la independencia, a la búsqueda de lo que es uno mismo, de lo que quieres ser independientemente de lo que digan alrededor. Y, aparte, es un viaje a Nueva York, que me encanta”, dice la autora sobre el título de Martín Gaite. Precisamente en la capital estadounidense es donde la dramaturga se formó como profesional del teatro y donde dirigió su primer montaje: De Fuente Ovejuna a Ciudad Juárez, adaptación de la obra de Lope de Vega que recibió los premios ACE y HOLA al mejor espectáculo clásico en Nueva York.
Sara Allen es la protagonista de la novela de Gaite publicada en 1990, una niña que “vive en Brooklym y sueña con viajar a Manhattan” para llevar a su abuela una tarta de fresa. “Y yo vivía en Valladolid y soñaba con venir a Madrid”, confiesa la autora, que admite que se sintió muy identificada con el personaje de la obra al leerlo por primera vez a los 12 años. Pero añade: “Lo sigo leyendo ahora que tengo 36 y me sigue encantando”.
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De la escritora del siglo XX, perteneciente a la generación del 50 y autora de otros títulos como Entre visillos o El cuarto de atrás —obra por la que recibió el Premio Nacional de Narrativa—, Miranda envidia su “capacidad de crear realismo mágico desde una literatura muy castellana” y se ve influenciada, a su vez, por este estilo: “Creo que mi teatro es muy realismo mágico también. Hago trabajo documental por ejemplo, pero siempre hay escenas muy mágicas”.
En 2013 la escritora de teatro dio una charla TEDx en su ciudad natal, Valladolid, en la cual mezcla un discurso que pretende concienciar sobre representaciones e imaginarios, con unas extrañas botas rojas que compara con los zapatos de Dorothy —el personaje de El mago de Oz—, que la hacen viajar de Valladolid a Nueva York y de Nueva York a Guayaquil (Ecuador). Quizás en una pequeña dosis de ese realismo mágico al que ella se refiere.
Al terminar la charla, la dramaturga se cuelga una capa negra y roja a la espalda y se va del escenario, después de añadir : “Me la mandó mi madre a Nueva York cuando estaba allí estudiando porque a mí hay una novela que me gusta mucho que se llama Caperucita en Manhattan, y me la mandó para que no sintiera miedo, ya adulta, de los lobos feroces que la atacan a una, para que fuera capaz de coger una maleta y me fuera donde quisiera, a seguir contando historias”.
Lucía Miranda, nacida en 1982 en Valladolid, es directora de escena, escritora de teatro y arte-educadora. Ha publicado varias obras como dramaturga —aunque, como señala en una cita que recoge Contexto Teatral, a ella nombrarse como tal le “da risa, o pudor, o un poco de todo”—, que después también ha dirigido, y se ha colgado al cuello varios premios, entre los que se encuentra el Premio El Ojo Crítico de RNE de Teatro en 2018. Sin embargo, cuando infoLibre le hace elegir la obra que le hubiera gustado haber escrito para incluirla en la revista Verano libre, la autora no elige una pieza teatral, sino una novela: Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite.