El libro que le hubiese gustado escribir a la novelista y periodista Paloma Bravo es Apegos feroces de Vivian Gornick (Sexto Piso). “Retrata algo universal: la solidez y la fiereza del amor entre madres e hijas; todo lo que aprendemos de ellas, sus logros sus deudas y sus miedos. Y ese dificilísimo intercambio de roles cuando nuestras nos necesitan y nosotras todavía necesitamos tantas cosas y tantas gentes”, cuenta. En esta sección de la revista Verano libre, a lo largo del mes de agosto, preguntamos a escritores por el libro que les habría gustado firmar.
Con seguridad, la escritora y colaboradora en infoLibre Paloma Bravo cuenta qué es lo que le parece más envidiable de la autora de Apegos feroces: “Su honestidad al analizar algo tan cercano y su capacidad para que ella y su madre paseando por Manhattan nos representen a tantas madres e hijas de cualquier época y cualquier lugar”. Esta novela autobiográfica fue publicada en inglés en 1987 y editada en castellano por Sexto Piso en 2017: ya va por su sexta edición. El año pasado, la autora fue galardonada con el Premio Euskadi de Plata y explicó que esa obra simbolizaba el “final de su aprendizaje”.
Paloma Beavo recuerda que leyó este libro hace dos veranos —“Me llegó porque habla de cómo ser mujer, y en eso estamos todas”, dice—, y siente que le ha influido más como persona que como lectora: “Me parecen importantísimas la reflexión y la autocrítica en este mundo que va tan rápido. Por otras razones, yo hace tiempo que decidí dedicarme a la ficción pura”.
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Precisamente la reflexión y la autocrítica han servido a Bravo para escribir su último libro, Las incorrectas, una novela que ahonda en las personas que por inercia acaban uniéndose para compartir una misma crisis vital. Con este último volumen es, de hecho, con el que la escritora se más identificada. “Es una novela divertida, peleona y realista sobre un puñado de mujeres que me gustaría que fueran mis amigas. Y, además, tiene una energía luminosa y positiva”. Eva, Cristina, Candela e Inma son las protagonistas de este libro, unas mujeres rebeldes y valientes que enseñan una gran lección de amistad al lector. “Me gusta buscar en la ficción las respuestas que no encontramos en el día a día”, cuenta Bravo.
“Antes de ser luz, tienes que arder”: esta frase de Lord Bryron es con la que más se identifica Bravo porque, como dice, “es tentador el victimismo, culpar al mundo de nuestros errores y de las cosas que nos pasan, pero es mucho mejor utilizar el dolor para crecer”.
El libro que le hubiese gustado escribir a la novelista y periodista Paloma Bravo es Apegos feroces de Vivian Gornick (Sexto Piso). “Retrata algo universal: la solidez y la fiereza del amor entre madres e hijas; todo lo que aprendemos de ellas, sus logros sus deudas y sus miedos. Y ese dificilísimo intercambio de roles cuando nuestras nos necesitan y nosotras todavía necesitamos tantas cosas y tantas gentes”, cuenta. En esta sección de la revista Verano libre, a lo largo del mes de agosto, preguntamos a escritores por el libro que les habría gustado firmar.