El año pasado, Arequipa (Perú) acogió la primera edición del Hay Festival, donde participaron 80 autores del mundo de la literatura, el cine, la música, las artes visuales, el periodismo, la ciencia… Entre ellas se encontraba la escritora española Sara Mesa, que con Cuatro por cuatro (2012) se convirtió en una de las revelaciones literarias de los últimos años al ser finalista al premio Herralde de Novela. En el festival peruano, la escritora conoció a una persona que la marcó de tal manera que se convirtió en su inspiración para contestar a la pregunta de a quién le regalaría un billete de avión.
“Difícil pregunta para contestar… Pero me acordé de una mujer que conocí el año pasado en el Hay Festival de Arequipa. Era una de las voluntarias que acompañaba a los autores por la ciudad para llevarnos a los actos”, recuerda la autora de Cicatriz (2015) y Mala letra (2016, ambas en Anagrama). La evoca como una “mujer de mediana edad, dulce y amable como casi todos los peruanos, sensible y humilde” que tuvo que pasar por uno de los acontecimientos, quizá, más duros: separarse de un ser querido.
“Por desgracia no recuerdo su nombre. Pero sí lo que me contó”, lamenta Sara. Con cierta pesadumbre, aquella desconocida mujer peruana le explicaba a la escritora el cariño que sentía por su sobrina, a la que tuvo que ver partir a Barcelona, adonde nunca consiguió viajar porque le denegaban el permiso constantemente. “Me lo contaba con tristeza pero también como con cierta resignación, asumiendo que los destinos de la gente corriente están regidos por consulados, burócratas que deniegan o conceden visados, normas y desconfianzas”.
Sin dudarlo, Sara Mesa aparta sus viajes soñados y, con una solidaridad plena, hace realidad el de aquella anónima mujer. “El regalo incluiría todos los permisos necesarios para su viaje, para que se quedara todos los días que quisiera”, afirma Sara. La escritora opta por no regalar un mero viaje de placer, sino “la tranquilidad de poder hacer un viaje familiar sin suspicacias”.
Y en la vida real…
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Sara Mesa (Madrid, 1976) es una escritora madrileña de nacimiento y sevillana por adopción. Cuenta que este verano lo dedicará a su profesión: “Trato de escribir, tengo entre manos una novela corta y también cuentos”. “También leeré para protegerme del calor”, afirma. Sus vacaciones, por lo que cuenta, tendrán que esperar hasta el mes de septiembre, cuando asista a la Feria Internacional del Libro de La Paz (Bolivia).
Desde 2007, Sara Mesa no ha dejado de publicar y de cosechar éxitos, pues ha sido galardonada en cuatro ocasiones. Su libro de relatos ilustrado por Noemí González llamado La sobriedad del Galápago (2008), le otorgó el premio de la XI Edición de Cuentos Ilustrados de la Diputación de Badajoz. Más tarde, en 2009, publicó la obra No es fácil ser verde, de la editorial Everest. Ya en 2011, fue la ganadora de la Sexta edición del Premio Málaga de Novela, gracias a Un incendio invisible (Fundación José Manuel Lara). Y un año después, en 2012, la novela Cuatro por cuatro (Anagrama) le convirtió en finalista del Premio Herralde de Novela.
Además, ha escrito tres novelas más: El trepanador de cerebros (2010, Tropo Editores), Cicatriz (2015, Anagrama) y Mala letra (2016, Anagrama), así como el libro de poemas Este jilguero agenda (2007), ganador del premio nacional de poesía Fundación Miguel Hernández.
El año pasado, Arequipa (Perú) acogió la primera edición del Hay Festival, donde participaron 80 autores del mundo de la literatura, el cine, la música, las artes visuales, el periodismo, la ciencia… Entre ellas se encontraba la escritora española Sara Mesa, que con Cuatro por cuatro (2012) se convirtió en una de las revelaciones literarias de los últimos años al ser finalista al premio Herralde de Novela. En el festival peruano, la escritora conoció a una persona que la marcó de tal manera que se convirtió en su inspiración para contestar a la pregunta de a quién le regalaría un billete de avión.