"Hace tres semanas se rompió la idea de que estaba todo hecho para la derecha". Así de claro se muestra el periodista de El País Carlos E. Cué con respecto al giro que se puede dar en la recta final antes de las elecciones del próximo 23 de julio. Atribuye este cambio a los pactos del PP con Vox en comunidades y ayuntamientos, ya que la formación ultra "está poniendo en primer plano a dirigentes con posiciones terribles de ultraderecha, ultramontanas". Y también destaca que en la remontada de la izquierda tiene mucho que ver la fuerza de Sumar para aumentar su espacio y la capacidad de Pedro Sánchez para atraer a votantes moderados en su nueva estrategia a la ofensiva.
En la víspera del debate que enfrentará al actual presidente del Gobierno y a Alberto Núñez Feijóo, el primero a dos desde 2015, el analista político subraya su relevancia: "Es el elemento más importante de toda la campaña".
Hay partido
"Está siendo una campaña muy sorprendente. Hace tres semanas cuando nos preguntaban cómo veíamos las cosas estaba todo muy definido, y lo que ha pasado en este tiempo es que se ha roto completamente esa idea de que estaba todo hecho y que no había partido. De repente, los pactos del PP con Vox han cambiado muchísimo la realidad política y han hecho que se active un voto seguramente de izquierdas, que estaba desactivado, y que ha hecho que las encuestas, sobre todo las del grupo Prisa, de El País y Cadena Ser, muestren que, evidentemente, la derecha está por delante, pero mucho menos de lo que se podía esperar. Además, ponen al PSOE en una posición más fuerte de la esperada, que está a alrededor de dos puntos del PP. Esto va a provocar que sean unas elecciones con mucha participación, incluso más de la esperada".
La estrategia de Pedro Sánchez
"Sánchez está reinventándose a sí mismo una vez más y haciendo lo que no ha hecho durante muchos meses, que es ir a dar la batalla en los lugares donde cree que se ha construido el antisanchismo. Durante muchísimo tiempo, en Moncloa han hecho como si el antisanchismo no existiera. Y considero que la campaña y el fracaso del PSOE en las elecciones autonómicas y municipales hacen que asuman la realidad, den un giro radical y vayan directamente a intentar desmontarlo. Y resulta que, cuando lo han empezado a hacer, eso ha cambiado el ánimo en muchos sectores de la izquierda, de votantes socialistas y de Sumar. Son sectores influyentes que han dicho: ‘bueno, por fin hay pelea, hay discusión, y se va realmente a los sitios en los que se ha ido construyendo el antisanchismo’. Gracias a ese giro absoluto y radical de estrategia se ha generando la sensación de que hay más partido del que había hace tres semanas".
El discurso del PP
"El PP durante un primer momento intentó mantener la campaña donde estaba la de las municipales, que fue muy exitosa para ellos. Lo consiguió con una cosa que no era iniciativa del PP: el tema de las listas de Bildu cuando en la asociación Covite fueron a mirar las listas y se encontraron que había terroristas con delitos de sangre. Eso le supuso al PP un acicate al voto de derechas y desactivó una parte del de izquierdas. Al PP no le pudo salir mejor. Hablaba esos días con dirigentes del PP y ellos mismos estaban sorprendidos de lo bien que les iba y les fue mejor de lo que habían dibujado en cualquier escenario. Y ahora, el PP creía que podía seguir con la misma línea del antisanchismo hasta el final de la campaña. El problema ha sido la gestión de los pactos con Vox, que incluso los conservadores reconocen que ha sido desastrosa porque la han alargado muchísimo, la han gestionado con incongruencias, porque han dicho una cosa en un sitio y otra cosa en otro, y, finalmente, han acabado pactando con los de Santiago Abascal en casi todas partes".
Vox en el foco
"La lógica política diría que Vox debería sacar mucho partido de esos pactos, porque uno de los problemas que tienen todos los partidos pequeños es el voto útil y no hay mayor demostración de voto útil que entrar en un gobierno. Tú puedes decirles a tus electores que gracias a su voto entro en el gobierno e influyo para tirar a la derecha del PP, que es lo que quiere un votante de Vox. Pero puede que Vox sufra desgaste, porque el problema que tiene es que está poniendo en primer plano a dirigentes muy frikis como el líder de Baleares o la de Aragón o algunos presidentes de parlamentos. El riesgo que tiene la ultraderecha ahora es convertirse en un partido friki y que no acabas de creértelo, incluso para el mundo de la derecha".
Relaciones entre PP y Vox
"El problema que tiene también el PP con el tema de Vox es que Vox altera mucho la agenda natural de los conservadores que habíamos conocido durante los últimos años. Vox tira del PP a la derecha. Pero eso no quiere decir que todos los dirigentes del PP, que eran del sector duro y que podrían estar perfectamente en Vox, hayan desaparecido. Sigue habiendo dirigentes locales que están muy cercanos a Vox, como Isabel Díaz Ayuso. Vox obliga a los de Feijóo a definirse sobre temas en los que antes el PP buscaba una mayor indefinición y buscaba jugar más en la economía y en la batalla contra el PSOE. El PP y Vox tienen una relación distinta a la que tienen en otros países de Europa la derecha y la ultraderecha, porque los de Abascal no dejan de ser una escisión de los conservadores y esto altera muchísimo las cosas. Es una relación de hermanos complicada y, por eso, también Vox puede permear más en el PP, porque están siempre mirándolos de reojo".
Medidas de gobierno PP+Vox
"Vox tiene más influencia de la que se podía pensar en principio. Hay cosas como quitar la bandera arcoíris que generan un rechazo fortísimo en sectores muy importantes como también censurar una obra de Virginia Woolf o una película de Disney por un beso de dos mujeres. España es, si vamos a las encuestas, probablemente de los países más avanzados de Europa desde el punto de vista social y Vox le hace un daño al PP muy fuerte, porque mucha gente que vota a los conservadores no está de acuerdo con esto. Sabemos lo que supone en las autonomías, pero ¿qué supondría que entrara en el Gobierno nacional y tener a varios ministros todo el día hablando de estos temas? Vox ha venido a la política para meterlos en la agenda. Si llega a Moncloa y tiene una vicepresidencia y varios ministerios hay que ver cómo lo gestiona el PP. Es un papel difícil. Por eso Feijóo insiste en que quiere mayoría absoluta. Pero como es muy poco probable, tendrá que aprender a gestionar a Vox y no lo va a tener fácil".
El sitio de Sumar
"Sumar viene de un trauma muy fuerte que ha sido la elaboración de las listas, que ha dejado heridas y desgaste. Pero tiene un espacio grande para crecer y para colocarse. Ahora, tiene un problema muy importante y es que esta campaña, sobre todo con el debate del lunes, está siendo muy bipartidista y muy centrada en los dos candidatos del PP y del PSOE. Y el PSOE siempre intenta apelar al voto útil, aunque no lo digan claramente, porque intentará arañarle votos a Sumar de la misma manera que el PP intentará arañarle votos a Vox. El riesgo, especialmente para Sumar, es que se concentre el voto en el PSOE. Sumar tiene una buena candidata, ha conseguido unificar a muchos partidos, que era muy difícil, y a partir de ahí tiene que lograr construir ese voto".
Campaña en los medios
"España se está adaptando a lo que pasa en el resto del mundo. Las campañas de mítines que hemos vivido en el pasado de movilizar a los partidos en un acto tras otro no tienen ningún sentido. De hecho, los personajes que más están triunfando en muchos sitios del mundo han sido figuras tremendamente mediáticas. El caso más significativo es Trump, pero antes ya estuvo Berlusconi, un personaje puramente mediático. Creo que va a ser la tendencia: la política moderna se hace en los medios. En España, también la oposición se articula alrededor de ellos. Por ejemplo, el PP ha pasado momentos muy difíciles en esta legislatura con el cambio de líder y con crisis internas. El pulso de esa oposición lo mantenía en determinados medios y el PP lo tenía clarísimo. Y mantenía la fuerza porque había una agenda de medios que conseguían discutirle los temas fundamentales al Gobierno y generar esa imagen tan crítica del presidente".
El debate a dos
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"Es el elemento más importante de toda la campaña. Llegados a este punto, no hay nada que vaya a poder competir con la fuerza que tiene un debate. Vamos a ver qué audiencia tiene, pero pueden ser siete u ocho millones de personas. Es muchísima gente viendo la televisión sin intermediarios, una competencia de igual a igual y sin distorsiones. Además, va a ser un debate muy fluido, no especialmente encorsetado, y creo que es decisivo. Evidentemente se juega mucho más Sánchez que Feijóo. El líder del PP en este momento es el favorito. Sánchez, aunque está en la presidencia del Gobierno, es el aspirante y el que tiene que dar la vuelta a las encuestas e intentar que el votante moderado no se vaya al PP y que vuelva al PSOE. Solo hay una gran ventaja para el que no le vaya bien: se ha colocado el debate muy lejos del final de la campaña y se podrá intentar diluir el efecto al que le vaya mal".
Preparación de los líderes
"Estoy hablando con muchos dirigentes del PSOE y PP estos días sobre cómo se engancha este debate. Lo que va a intentar Sánchez en todo momento es arrastrar a Feijóo hacia esa realidad del pacto con Abascal, será uno de los elementos centrales. Después es un debate muy económico y Sánchez tiene una oportunidad de llevar el tema a la economía, donde creo que se mueve más cómodo y tiene datos más fuertes. Pero claro, Feijóo tampoco se va a quedar quieto. Sánchez necesita instalar la idea a los españoles de que la opción es entre dos coaliciones, el PSOE con Sumar y el PP con Vox. Feijóo va a intentar instalar el debate de ‘yo vengo a gobernar en solitario, soy un hombre tranquilo y calmado, vengo a hacer un cambio tranquilo y me puede votar cualquiera’. En el PSOE no menosprecian a Feijóo, ni en el PP a Sánchez. Los dos lo van a preparar muchísimo porque creo que tras el debate va a quedar poca campaña".
Objetivos de los candidatos
"Feijóo necesita desactivar a la izquierda, intentar que sienta la idea de que no es una persona que dé miedo, que es un hombre tranquilo y que no va a hacer un giro radical. Por eso Sánchez va a tratar de colocar a Feijóo con Vox y va a recordar un hecho objetivo: que ya gobiernan en tres autonomías y 140 ayuntamientos, cuatro de ellos capitales de provincia. Feijóo, a pesar de que lleva muchísimos años en política, hay muchísima gente que no le ha escuchado mucho. Y también que hace mucho tiempo que con Sánchez se ha prefigurado una realidad sobre un personaje, pero que no le escucha. Hay muchísima gente que escucha un debate que no tenía una visión tan preconfigurada de los candidatos. Y, en este caso, como son dos personajes que nunca se han cruzado en un debate, puede haber grandes novedades en ese encuentro, puede cambiar bastantes cosas".
"Hace tres semanas se rompió la idea de que estaba todo hecho para la derecha". Así de claro se muestra el periodista de El País Carlos E. Cué con respecto al giro que se puede dar en la recta final antes de las elecciones del próximo 23 de julio. Atribuye este cambio a los pactos del PP con Vox en comunidades y ayuntamientos, ya que la formación ultra "está poniendo en primer plano a dirigentes con posiciones terribles de ultraderecha, ultramontanas". Y también destaca que en la remontada de la izquierda tiene mucho que ver la fuerza de Sumar para aumentar su espacio y la capacidad de Pedro Sánchez para atraer a votantes moderados en su nueva estrategia a la ofensiva.