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‘La noche que Logan despertó’: ¿El último resplandor de una estrella fugaz?

Fotograma de 'La noche que Logan despertó'.

Como estableció León Tolstoi en el comienzo de su novela Ana Karenina: “Todas las familias felices se parecen unas a otras pero cada familia infeliz lo es a su manera”. Nada más empezar a ver la serie canadiense La noche que Logan despertó nos atrapan las dinámicas de una familia de la segunda categoría.

Antes de saber si el argumento será redondo –lo es– y dejará a la audiencia satisfecha ya deslumbra la densidad de la filmación. Una tensa banda sonora, economía en los diálogos y en la información proporcionada en cada momento, por un lado. Por el otro, unas abarrotadas referencias y emociones visuales.

Una familia que acoge y asfixia

La tensión dramática aparece envuelta por una casa llena de estampados. Flores, rayas, cuadros, más flores, brillos y alfombras rodean a los cuatro hijos de una mujer notable. Una vida, una madre y una casa que acogen a los hermanos a la vez que les asfixian y les incitan a huir.

La serie sofoca igualmente a su público hasta llevarlo a sentir lo mismo que los personajes. La acción apenas sale de esas casas, de esos lugares en los que casi es imposible que entre aire fresco.

El cómo además del qué

La premisa no es nueva, un oscuro secreto del pasado lastra las vidas de todos los miembros de la familia. La matriarca agoniza y su muerte puede provocar la pospuesta catarsis. En estos casos importa tanto o más el cómo que el qué. Y en La noche que Logan despertó la historia está tan perfectamente contada que se hace arrolladora.

Xavier Dolan asume la dirección, la escritura del guion, la producción y la interpretación del menor de los hermanos protagonistas. En su guion adapta el libreto del dramaturgo quebequés Michel Marc Bouchard. Ambos autores ya habían colaborado juntos en el texto de la película Tom en la granja.

Primera serie de un precoz cineasta

Por primera vez Dolan ha liderado un proyecto en forma de serie. En su caso auto conclusiva, de cinco episodios y que puede verse en Filmin. Esta primera ficción para las plataformas ha venido acompañada del anuncio de que deja la industria audiovisual.

En entrevistas tanto a El país como a El mundo, el cineasta de 34 años se muestra desencantado con la repercusión de su obra y anuncia que, tras otra serie comprometida, esta próxima para HBO, abandonará la industria.

Anuncio de una retirada prematura

Si terminara haciéndolo su carrera se parecería más a la de un deportista que la de un cineasta. Tras algunos trabajos breves, con tan solo diecinueve años dirigió y protagonizó Yo maté a mi madre que, según afirmó, había escrito a los dieciséis.

Desde entonces ha dirigido, escrito y producido otras siete películas y algunos videos musicales. Entre ellos Hello, de Adele, que ha superado los tres mil millones de visualizaciones en YouTube.

Reconciliación con la crítica

En su camino artístico ha despertado admiración y algunos desencuentros. Su calidad técnica ha conseguido aplauso unánime, y cada uno de sus títulos ha brillado entre una gran parte de expertos y público. Pero la intensidad melodramática de sus historias ha sido considerada fallida en algunas ocasiones por una parte de la crítica.

No ha sido el caso de esta primera incursión en televisión, que ha convencido a la gran mayoría. Con un estilo personal libre y artístico, logra a la vez una narración clásica. Crea un ambiente insano, podrido, de agua estancada, al tiempo que la serie se muestra compasiva con todos los participantes en el drama.

Homosexualidad y problemas maternales

Busca una culpa compartida y esquiva el sufrimiento de la víctima principal para centrarse en el de los culpables y las víctimas colaterales. Esta elección estilística de no afrontar el problema en la historia como los personajes tampoco lo hacen en su realidad nos hace partícipes de la dificultad para superar lo que no se nombra.

De fondo, como un molesto ruido constante se encuentra el pecado original, la mentira y su encubrimiento. Y más al fondo una homofobia que vuelve sobre la homosexualidad, uno de los temas centrales de la obra de Dolan, junto al peso de ciertas figuras maternas.

Intérpretes perfectamente engrasados

La serie permite disfrutar de actores y actrices consolidados, poco conocidos fuera de la escena canadiense y específicamente de la francófona. Funcionan en sus personajes como una llave que gira con suavidad en su cerradura.

Convencen Julie Le Breton interpretando a la única hermana en su etapa adulta y Éric Bruneau a otro de los hermanos. Anne Dorval, actriz que ya había interpretado a la madre de Dolan en películas previas vuelve a hacerlo en esta ocasión. Impecable como actriz e impecable su caracterización como mujer mayor y luego enferma.

Mención aparte merece la interpretación de Patrick Hivon como Julien. El actor recuerda físicamente al Anthony Perkins de Psicosis, la película de Hitchcock. Su carácter reprimido y su forma de representarlo evocan aún más al personaje de la mítica cinta.

Elementos de terror e intriga

Y es que, pese al tono dominante de drama familiar, los elementos de terror se encuentran también presentes y de manera muy eficaz. La serie es rica en recursos visuales y narrativos para acentuarlos. Todos los elementos de la producción contribuyen a elevarla respecto a otros dramas con temáticas parecidas.

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Muchos planos compuestos por Xavier Dolan parecen cuadros, añaden niveles de valor cinematográfico a la serie. Lo mismo ocurre con el uso de la fotografía y el tratamiento saturado del color.

Su banda sonora es obra del alemán Hans Zimmer, autor de las músicas de Gladiator, El caballero oscuro, Piratas del Caribe o El rey león entre otras muchas. En esta ocasión, la partitura ejecuta con fuerza su parte para mantener la tensión dramática, a veces también con elementos de terror e intriga clásicas.

Con la suma de todos estos elementos, Xavier Dolan ha conseguido una serie que destaca absolutamente tanto en un panorama de las obras de autor como en uno más comercial. Una propuesta interesantísima de un creador maduro, de pulso firme que no sabemos si está empezando a despedirse o si recobrará fuerzas con esta incursión televisiva.

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