Basado en hechos reales puede ser el relato más verdadero y el más falso. La forma en la que las o los guionistas de una ficción conectan los hechos probados dice algo sobre los participantes en lo contado y aún dice mucho más sobre los propios autores.
Las series, por ejemplo, vuelcan un punto de vista editorial, psicológico y artístico sobre el material que está documentado y los personajes con los que construyen su historia.
Basado en hechos reales
Tenemos tantos ejemplos en los últimos años que hay que empezar a considerarlas como quien lee un artículo periodístico y sabe que otro periódico lo habría enfocado de otra manera, como una visión subjetiva de la historia.
Sin embargo, surgen algunos problemas con las ficciones televisivas. Uno sería que una vez producida una serie el tema suele quedar quemado y esa versión se establece como la única, no suele encontrar réplica.
Una parte de la verdad no es toda la verdad
Otro problema reside en que si están bien hechas logran una credibilidad muy alta. Hemos visto a los personajes con nuestros propios ojos, hemos sentido que llegan a hacer algo por las motivaciones que esa ficción nos ha presentado sólidamente, aunque sepamos que es una elucubración del guion.
The playlist, en Netflix, introduce una variante en este juego entre lo verdadero y lo imaginado. La serie cuenta una historia muy interesante, la de la compañía que ha revolucionado y dominado por completo la industria musical, Spotify.
Seis puntos de vista en la creación de Spotify
Lo hace en seis episodios, cada uno de ellos contado desde el punto de vista de uno de los participantes en la revolución musical. Los del visionario creador de la plataforma, su socio emprendedor y conector, un ejecutivo de una compañía musical clásica, la abogada que logró organizar el galimatías de los derechos de las canciones, el programador puro de código, y la cantautora que ve alterada por completo su profesión.
Pero si los cinco primeros episodios cuentan un relato cimentado en la abundante documentación sobre el nacimiento y pujanza de la plataforma, en el sexto se salta al futuro, a 2024, de manera puramente especulativa.
Una propuesta sueca
Verdad y reflexión imaginada se unen de forma evidente y algo desconcertante. Quizá porque la serie opta por una narrativa diferente a la más extendida, la anglosajona. Hemos visto ficciones sobre las grandes empresas tecnológicas y antes financieras, sobre Wall Street y Silicon Valley. Pero esta propuesta, como la plataforma sobre la que se basa, son suecas.
Quizá no se trate solo de un hecho nacional, sino de algo más específico, de la mirada concreta de estos autores. El caso es que La playlist tiene un carácter muy diferente al de otras series o películas como las que cuentan el nacimiento de Facebook, de Uber o de We Work.
Los años de la piratería cultural
Comienza recordando el estado de la industria musical en los años 2000, en los que la piratería se había convertido en una forma extendida y normalizada de escuchar música. No se habla de España, pero cualquiera recuerda la Ley Sinde, de 2009, a la que se bautizó por la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, que trataba de proteger la propiedad de los bienes culturales. Y cómo no recordar también la brutal oposición a la que tuvo que enfrentarse.
No se vislumbraba solución a la forma de escuchar música a un precio razonable y legalmente. Unos años antes el estocolmense Daniel Ek ya estaba dando vueltas a la idea de Spotify que se materializó en 2008 y se ha convertido en el servicio de música en red hegemónico.
Versiones contrapuestas y complementarias
El repaso a los grandes hitos que logró la compañía que cambió la manera de consumir música tiene su gracia. Cada episodio tiene algunas peculiaridades propias según el ángulo con el que se trata. Y cada uno termina con un personaje mirando a cámara y diciendo que las cosas no son como nos acaban de contar.
En el siguiente episodio se cuenta la versión de ese personaje, que a su vez es discutido por otro. Una variante del "efecto Rashomon". La película de Kurosawa de 1950 contaba una violación y asesinato según los cuatro personajes que habían tomado parte en los hechos. Su estructura dio nombre a una forma de narrar una historia controvertida.
Dos años de documentación sobre los protagonistas
Los autores de la miniserie eligieron esta fórmula porque el proyecto surgió como un encargo. Per-Olav Sørensen como creador y el coordinador del guion Christian Spurrier se documentaron durante casi dos años y descubrieron que las diferentes personas que participaron en la creación de Spotify lo contaban con diferentes narrativas.
O bien habían reinventado los hechos o los recordaban de distinta manera. “Esta estructura de afrontar la historia desde seis puntos de vista nos aportaba mucha libertad y diferentes energías” resume Sørensen en una entrevista con CNBC TV.
No es una empresa, es una industria cultural
Tampoco querían limitarse a la historia de unos visionarios tecnológicos, sino de un sector cultural e industrial que involucra a mucha gente y que cambió de forma drástica. Por ello añadieron a las discográficas y a los propios músicos.
Por la parte de los gurús, de los creadores de un nuevo régimen en lo que a la manera de producir, monetizar y escuchar música se refiere, descubrieron también la peculiaridad de que junto al visionario Daniel Ek se encontró los primeros años otro personaje. Martin Lorentzon, entusiasta primer inversor de la nueva compañía resultaba tan esencial como Ek.
Las cosas no salieron como se habían planeado
La pareja les resultaba interesante creativamente por lo que implica explicar cómo se necesitan diferentes talentos para llevar a cabo una empresa compleja. Los personajes les llevaron a lo que Spurrier dice que es el tema de La playlist. “El cambio nunca acaba donde se espera que acabase. Ni para la música ni para Ek ni para Spotify las cosas fueron hacia donde se pensaba al principio” explica.
Esa tensión, la que provoca tratar de crear algo, pero tener que afrontar lo que no se esperaba, lo que surge en el camino, era para el guionista la garantía de que tenían un buen material para trabajar.
Implicaciones de la economía digital
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El contexto de la startup sueca también era apasionante. Como señala Sørensen: “En muy pocos años nuestros cuartos de estar no se parecen en nada a los de antes. No tenemos discos, libros o mapas”. Contar una parte el nacimiento de ese nuevo mundo era un reto muy apetecible.
“La música pasó de ser un objeto físico que ibas a comprar a una tienda a algo que aparentemente aparece mágicamente en tu teléfono” añade Christian Spurrier, y eso tiene implicaciones. Hay ganadores y perdedores en el surgimiento de un régimen novedoso.
A veces tenemos una relación tan personal con la música que escuchamos que podemos olvidar que hay una industria tras ella y que las empresas de las que somos clientes la están modelando. Esta serie despierta el interés por esta nueva economía digital que se ha impuesto con fuerza y que tenemos que entender.
Basado en hechos reales puede ser el relato más verdadero y el más falso. La forma en la que las o los guionistas de una ficción conectan los hechos probados dice algo sobre los participantes en lo contado y aún dice mucho más sobre los propios autores.