Contra la tradición de la época, la artista boloñesa mantenía la economía de su hogar, mientras que su marido, también pintor, cuidaba de sus once hijos. 

Contra la tradición de la época, la artista boloñesa mantenía la economía de su hogar, mientras que su marido, también pintor, cuidaba de sus once hijos. 

Contra la tradición de la época, la artista boloñesa mantenía la economía de su hogar, mientras que su marido, también pintor, cuidaba de sus once hijos. 

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