Festival de Málaga
‘Zoe’, la crisis sin artificios
Ander Duque, director vasco afincado en Cataluña, ha presentado en la sección oficial del Festival de Málaga su opera prima, Zoe, uno de los filmes de menor presupuesto entre los competidores por la Biznaga de Oro en el evento reservado al cine español. Esta película rodada con un casting casi exclusivamente no profesional —excepto por la protagonista— en un tono de drama amargo se desarrolla en un lugar indeterminado del sur de España. Allí tiene lugar la aventura de supervivencia de una joven madre y su hija Zoe, dos de las miles de víctimas de la crisis económica que se ha cebado en los eslabones más desatendidos de la cadena social. Noticine.com habló en exclusiva con el cineasta debutante.
Pregunta. ¿Cuál es la historia tras Zoe?Zoe
Respuesta. Es una película muy pequeña que rodé yo solo con mi cámara, y simplemente queríamos contar una historia. Me encontré con Rosalinda Galán, que es la actriz profesional de la película, y me explicó de donde venía ella: de un pueblo del sur de España, muy pobre, que ha sido azotado por la crisis en España durante estos años, con un índice de paro muy alto. Queríamos contar una historia que tuviera este contexto coyuntural muy relacionado con la época social y económica que vivimos. Y queríamos hacerlo de una manera muy especial, porque yo vengo del cine documental.
Sabíamos que teníamos una historia pero la queríamos enlazar con algo más importante, y de repente aparece en escena su sobrina Zoe, una niña de cinco años muy despierta, con una inquietud por todo espectacular, muy aguda, muy lista, que contrastaba con ese entorno social tan azotado por la crisis. Ahí empezamos a fabular sobre la posibilidad de que Zoe, en esta trama de ficción documental, fuera su hija y que contáramos una historia de madre e hija que son desahuciadas de su casa y se encuentran en la calle buscándose la vida. Básicamente ésta es la trama de la película.
P. Siendo en buena medida una historia real, ¿participó la actriz en la escritura del guión?
R. Sí, desde el principio. Yo tenía la idea de dirigir de igual forma que se rueda un documental. Mi máxima era pasar desapercibido, componer las escenas de cada secuencia, colocar los micrófonos, todo luz natural... Sólo soy yo con mi cámara, y a partir de ahí que lo que ocurre, ocurre de verdad. Todos los personajes de la película son personas que se interpretan a sí mismas: el tabernero es el tabernero, el librero es el librero… y Rosalinda es la única actriz que sigue mis directrices. No es que esté improvisado, sino que hay unas claves de argumento en cada escena. Pero la mayoría de los diálogos sí lo son son y casi todo son primeras tomas. Lo importante era no perder la frescura y que eso personajes, esas personas reales, no se sintieran incómodas frente a un equipo de producción más grande, sino que tuvieran la confianza de estar rodando algo muy sencillo.
P. Al ser un rodaje realizado de manera íntima… ¿Cómo se consiguió la producción y la forma de rodar?
R. Cuando ruedas una película así, tienes que tener muy claro de dónde vienes y hacia dónde quieres llegar. Tienes que conocer el esquema, el bloque de las secuencias —el armazón de la película— debe estar muy claro. Lo que ocurre dentro de esas secuencias está fundamentado un poco en el azar: a mí como realizador es lo que me gusta,estar ahí con la cámara, pendiente, cazando en ese momento. Si seguíamos ese argumento, el diálogo daba igual, porque sabíamos de dónde veníamos y a dónde íbamos, y a partir de ahí lo que pasaba era fruto de la libertad y de lo que esas personas querían contar.
P. Después de ver el resultado final… ¿Es lo que esperaba?
R. Sí, ha quedado como yo exactamente quería. Llevo dirigidos casi una treintena de documentales con el mismo método: con personas reales, las expongo a una situación real. No hago ficción, sino ficción documental. Pongo a las personas en un contexto y a partir de ahí la hago actuar, pero dentro de sus propias experiencias, dentro de su propia vida.
R. También es usted músico ¿Ha intervenido en la banda sonora de la película?
P. Sí, la he compuesto yo toda también, menos la canción clave de la película, que sale en tráiler y fue compuesta con Rosalinda. Ella escribió el texto y canta también, y yo hago la música y la ejecuto. Esa es la canción más importante… Se llama "Nana", porque es la nana que tranquiliza a Zoe en esas noches de inquietud y del temor al futuro que tienen ambas.
P. ¿Cómo cree que será recibida por el espectador?
R. Es una película difícil que va a exigir mucho del espectador. Quiero decir que aquí no estamos trampeando. No estoy planteando un final inesperado ni nada... Tú sabes perfectamente lo que estás viendo. La película es un viaje, no es un destino. Si el espectador entra y está con ellas, siente esta intimidad, esta cercanía, esta relación entre las dos tan especial… va a disfrutar de la película. Creo que se ha reaccionado bien en Málaga, por la proximidad y familiaridad con la historia, porque es una película rodada en Sevilla, en el sur y creo que hay muchos puntos de conexión.
P. ¿Qué cree que el espectador se puede llevar de esta película?
R. Lo que quiero es generar una reflexión. Es una película que no cae en la sensiblería fácil, está muy contenida. El trabajo de Rosalinda es muy importante, no haber caído en los tópicos, en narrar una película tremendista. Intentamos que al espectador, cuando salga, le genere una reflexión, que piense lo que ha visto, que se fije mucho en los detalles. Queremos que a la mañana siguiente el público piense que lo que vió la víspera les emocionó de verdad.
P. ¿Tienen ya propuestas para presentar el largometraje en otros festivales aparte del de Málaga?
R. En principio era una película casi privada. Quería hacer un ejercicio: ¿Me da el mismo método de rodaje de hacer documentales para rodar un largo de ficción? Sí, da, y además funciona, y aquí tenemos la prueba. Para mí fue una sorpresa estar en Málaga y además en sección oficial. Es una película tan pequeña que no tenemos ni distribución, no la hemos vendido a ninguna televisión, la he producido con mi propia productora, que es muy pequeña y es con la que hago los documentales… Trabajo yo solo, no llevo equipo, uso mi cámara y busco historias para luego venderlas. A partir de aquí es ineludible llevarla a más festivales, y el estreno dependerá de si hay un distribuidor atrevido que quiera lanzar la película.