Muere Juan Carlos Rodríguez, maestro de la poesía de la experiencia

El profesor, ensayista e historiador de la literatura Juan Carlos Rodríguez ha fallecido este lunes a los 72 años. El pensador granadino ha sido uno de los teóricos de la literatura española más relevantes de las últimas décadas, y el principal exponente de la interpretación marxista. A lo largo de su carrera en la Universidad de Granada, por la que era catedrático emérito, ha sido, además, maestro de poetas como Luis García Montero, Javier Egea o Álvaro Salvador.

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Su frenética actividad crítica le ha llevado a publicar una treintena de libros sobre el teatro de Moratín y Brecht, sobre Mallarmé y Wittgenstein, sobre Lorca, sobre Heidegger, sobre Althusser —su maestro en París a finales de los años sesenta— y, en los últimos años, sobre Borges (Formas de leer a Borges), Cervantes (El escritor que compró su propio libro) o la teoría marxista (De qué hablamos cuando hablamos de marxismo). "Juan Carlos Rodríguez nos enseñó con un soneto de Garcilaso o con unas liras de San Juan de la Cruz que la literatura es histórica desde su misma raíz", recordaba García Montero en un artículo publicado en este periódico.

Sus ideas sobre la utilidad social de la creación literaria inspiraron a tres de sus alumnos, García Montero, Egea y Salvador, para redactar y publicar el manifiesto de La otra sentimentalidad, en el que defendían "una sentimentalidad distinta, libre de prejuicios, exterior a la disciplina burguesa de la vida". Esas primeras líneas aparecidas en el periódico El País serían el primer ladrillo para la fundación de la poesía de la experiencia, que se convertiría en la corriente más relevante de la poesía española de las últimas décadas. Su trabajo ha orbitado también cerca del de poetas como Aurora Luque o Ángeles Mora, su pareja. 

Juan Carlos Rodríguez ha permanecido activo hasta sus últimos meses, y no era poco habitual encontrar su nombre en ponencias, mesas redondas, jornadas y festivales literarios junto a los de poetas mucho más jóvenes, y en alguna de sus últimas entrevistas apuntaba que estaba trabajando sobre las Soledades de Góngora.