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Entrevista

Juan Ignacio Crespo: “No creo que la futura recesión vaya a ser tan devastadora para España”

Juan Ignacio Crespo: “No creo que la futura recesión vaya a ser tan devastadora para España”

Juan Ignacio Crespo fue el único economista español que predijo la crisis de 2008. Después de dos años sin publicar un libro, vuelve a la carga con un nuevo pronóstico a través de la obra ¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión? (Deusto), un análisis de 319 páginas que salió a la venta el pasado 24 de mayo en el que, a través de gran cantidad de gráficos, su principal herramienta de trabajo a la hora de predecir el futuro económico, defiende que el próximo año el sistema económico global se verá de nuevo sacudido, "durante entre quince y dieciocho meses", por la "desaceleración de la economía china".

El economista, cuya dilatada experiencia le ha hecho pasaro por el Tesoro, Telefónica, Caja Duero o Thomson Reuters, concede una entrevista a infoLibre en la cafetería de un céntrico centro comercial madrileño. Viste de traje, y llega "con la lengua fuera". Con el desayuno ya en la mesa, habla con un tono pausado y trata de explicar al máximo posible cada una de sus respuestas. Considera que "las prediciones se pueden hacer con relativa facilidad" atendiendo a las series históricas y a los ciclos económicos. Crespo no considera que la futurible recesión vaya a ser "tan devastadora para España", al menos no a los niveles del año 2008, y recomienda al Ejecutivo que se forme tras las elecciones del 26-J que, en caso de una nueva crisis, "haga siempre lo que hagan los demás".

P: Usted fue el único economista español que predijo la crisis de 2008. Ahora saca un libro titulado '¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?'. Mientras tanto el Gobierno asegura que estamos saliendo de la crisis. ¿Qué debemos creer?

Son verdad las dos cosas, pueden ser compatibles. El Gobierno español se basa en los datos actuales, que hablan de que la economía española está creciendo [el jueves salió se dio a conocer que el PIB creció un 0,8% entre enero y abril]. Entonces, eso compatible incluso con que siga creciendo todo el año a ritmos bastante buenos porque no hay algo intrínseco en la comunidad española que augure que se vaya a entrar en una recesión. El consumo, además, está tirando muy bien.

Sin embargo, son los vientos internacionales los que pueden terminar provocando esa nueva recesión...

P: ¿Cuáles son los indicios a nivel internacional que le llevan a pronosticar ese futuro económico?

R: En primer lugar, la trayectoria de la economía americana, que es en la que me suelo fijar porque es la que está mejor documentada. Al ver los ritmos, te das cuenta de que la expansión del ciclo económico está durando mucho tiempo, por lo tanto se puede decir que ya toca, porque cuanto más tiempo pase más próxima está esta recesión.

Además de esto, hay dos elementos o indicios muy preocupantes. Uno de ellos es la desaceleración de la economía china, que empezó en el año 2007 o 2008, cuando se metió en una crisis fuerte como todo el mundo pero a la que hicieron frente inyectando un montón de dinero. Sin embargo, ya en el rebote, no alcanzaron el nivel del 15% al que venían creciendo antes y se quedaron en torno al 10%. Desde el 2011 han empezado a retroceder de nuevo y ahora las cifras oficiales del Gobierno chino dan un crecimiento del 6,7%. 

En este proceso de crisis, que fue muy malo para España, el crecimiento chino ha caído a menos de la mitad. Eso provoca una crisis enorme en los países emergentes al ser el país asiático el principal consumidor de todas las materias primas que te puedas imaginar. Por ejemplo, en materias primas metálicas consumen la mitad ellos solitos. Eso tiene un impacto muy malo en los países emergentes, que viven de exportar materias primas: Rusia, en recesión profunda; Canadá, que de vez en cuando se pone con una tasa de crecimiento negativo; Taiwán, que depende mucho de las exportaciones; Singapur, con una economía sin crecimiento; Hong Kong... Podríamos hacer un repaso de muchas economías que ya están con dificultades grandes por la caída del precio de materias primas o el desplome del comercio internacional.

En otra línea, hay que destacar que en EEUU los beneficios empresariales llevan tres trimestres cayendo. Cuando se produce esto, practicamente siempre hay una recesión. Excepto en 1986, pero lo que vino después fue un crack de la bolsa y una crisis económica. En este sentido, el pasado jueves se publicaron en Estados Unidos los datos de los nuevos pedidos de bienes duraderos, que aparentemente eran muy buenos pero que estaban distorsionados por algún pedido especial de aviones o material de Defensa. Sin embargo, si quitas esos dos elementos, se aprecia una caída de la inversión empresarial, que en EEUU lleva estancada más de 15 años.

Durante años yo, y la mayoría de la gente, pensamos que la caída de beneficios empresariales está motivada por una recesión. Sin embargo, la recesión viene por el desplome previo de estos beneficios. ¿Por qué? Porque cuando caen, las empresas dejan de contratar, dejan de invertir, cierran factorías, provocan que gente se vaya al paro y cae el consumo... Ese círculo vicioso.

Esta inversión empresarial, que en suelo americano no está tirando, es un elemento clave para el aumento de la productividad, que también se encuentra estancada. Los frenazos y estancamientos en la productividad suelen ir seguidos de recesiones. Ese es, a grandes rasgos, el panorama que hace que la economía mundial tenga aspecto de ir hacia una nueva recesión. Tú puedes estar hablando de un crecimiento fuerte en el presente y que sea compatible con que yo acierte el año que viene.

P: En su libro también hace una alusión a la inversión de la curva de tipos de interés...

R: La subida de tipos de interés suele provocar recesión, lo que pasa es que aquí estamos partiendo de 0,25, que lo han subido a 0,50. Imagínate que este año lo subieran hasta 1. No son aumentos de tipos de interés que puedan provocar una recesión.

Lo que pasa es que los países emergentes tienen mucha deuda en dólares. Una subida de tipos de interés hacen que se pongan nerviosos muchos operadores que ven posible más subidas. Entonces todo el mundo empieza a tomar medidas de reducción de riesgos y eso termina produciendo caídas en las bolsas, disminución de flujo de capitales que llega a los países emergentes... Empieza el círculo vicioso.

Sobre la inversión de la curva, es imposible que se produzca ahora. Invertirse quiere decir que los tipos de interés a largo plazo se pongan más bajos que los de a corto plazo. En Estados Unidos, que es donde la experiencia de inversión de la curva es mucho más clara,todavía no se ha invertido, aunque sí se está aplanando. Hace un año la diferencia era de 1,60 y ahora es de 0,90. Todo el mundo vigila eso, porque cuando se aplana indica que se avecina recesión. ¿Por qué? Endeudarse a largo le sale más rentable a los bancos: si a corto está en dos y a largo en cinco, los bancos se quedan esa diferencia de tres. Pero cuando la curva se invierte, el banco se está endeudando a dos pero da los préstamos a uno. Como ese no es buen negocio, dejan de prestar.

P: A lo largo de la obra usa gran cantidad de gráficos a la hora de defender tu tesis. ¿Son tan previsibles las crisis y los cambios de dirección de los mercados financieros? ¿Qué elementos utilizas?

R: Las predicciones se pueden hacer con relativa facilidad, aunque las características de una recesión a otra, o de un ciclo a otro, puedan cambiar drásticamente.  ¿Tú por qué sabes que no puedes tirarte por una ventana? ¿Por qué los niños se caen por el balcón? Porque no tienen la experiencia de que eso pueda ocurrir. Todo lo que opinamos que puede suceder en el futuro, o todas las precauciones que tomamos, lo hacemos basándonos en el conocimiento del pasado. En la economía es exactamente igual.

En cuanto a mi material de trabajo, fundamentalmente utilizo gráficos. La serie histórica más larga y fiable que hay es la del Dow Jones, que te da una orientación muy clara de los ritmos históricos. Pero también presto atención a otras: la que he mencionado de los beneficios históricos empresariales, en la que se mide el ritmo desde el año 1950, que es hasta cuando tengo datos.

P: Esta nueva recesión ha sido alertada por bancos, empresas financieras, el propio George Soros... Usted señala en su libro que algunas de estas declaraciones "parecen interesadas" y añade que le sorprende que "la crisis en los mercados no se hubiera desencadenado antes". ¿Por qué podría interesar empujar a la economía global a una nueva recesión?

R: Cuando hablo de interesadas se puede interpretar de dos formas. Imagínate que George Soros adopta posiciones vendedoras con el mercado de futuros contra el precio del petróleo y a continuación dices que el precio del crudo se va a derrumbar. Te conviene que caiga porque ya has tomado una posición. Pero yo no me refiero a eso, que puede ocurrir, porque no me atravería a acusar a nadie sin tener pruebas.

Yo más bien creo que hay como una psicosis, provocada por el inicio de la crisis en 2008, en la que es necesario alertar para que nadie me diga que no la he visto venir. Sin embargo, en esto también hay elementos muy precupantes, como que cada banquero ponga el acento donde más le gusta. Unos lo ponen en la falta de liquidez, echando la culpa a una normativa nueva que se ha creado la administración Obama y que se conoce como Ley Volcker... Es como decir que la próxima crisis va a venir por el exceso de normativa, una opinión interesada porque se supone que a la banca lo que le interesaba es que hubiera mucha menos normativa, es decir, que pudiera seguir autorregulándose. A finales de los 90 se decía que lo mejor que podía ocurrir es que la banca se autorregulase. Lo hizo y terminamos desembocando en el desastre de 2008, tanto en España como en EEUU. A partir de ahí hay mucha normativa nueva.

Sin embargo, la acusación que yo hago es que quieren ponerse la venda antes de la herida, pudiendo decir que si hay una nueva crisis esta es fruto del exceso de normativa, alegando que le atan mucho las manos y que cuando haya gente que quiera vender los bancos, que antes estaban dispuestos a comprar, ya no saldrán a hacerlo, provocando que los precios se hundan mucho más. 

Pero también cuando Soros dice que en China hay una gran burbuja crediticia, está diciendo la verdad. ¿Sabes cuántas unidades de deuda hacen falta en el país asiático ahora para producir una unidad de PIB? Seis y media. En España serían cuatro. En general, en el mundo en 1980 sólo necesitabas una unidad de deuda para poder producir una unidad de PIB... En estos 35 o 36 años se ha pasado de necesitar una unidad de deuda para producir una de PIB a necesitar tres en el conjunto del mundo, cuatro en países como España y seis y medio en China...

P: ¿Y eso es bueno? ¿Qué consecuencias puede tener?

R: Es una burbuja crediticia bestial. Esto hace que los bancos chinos no puedan reconocer que tienen una tasa de morosidad altísima, algo que les va a provocar unas pérdidas tan grandes que en algún momento sea necesario recapitalizarlos... Mientras no haya un tropezón de algún tipo que fuerce eso... Para ningún Gobierno es plato de buen gusto aceptar esa situación, e intentan prolongarla. ¿Qué ocurre? Puede suceder que la banca china acabe por tener un problema con su banca en la sombra, como ocurrió con la americana. En EEUU cobró la banca en la sombra y acabó por arrastrar al conjunto de la banca.

P: En el libro recoge como uno de los indicios de la nueva recesión el tema de la banca en la sombra. ¿Qué es y por qué es importante prestarle atención?

R: Es toda aquella actividad bancaria o parabancaria que no exige provisionar. Por ejemplo, cuando un banco da un crédito, el Banco de España le obliga a provisionar gran parte por si el producto resulta fallido. Sin embargo, si tú montas un fondo de inversión en activos de capital riesgo, nadie te obliga a provisionar nada: si tú quiebras, quiebras, desaparece ese capital y se acabó. Si eso se lo has vendido en participaciones a clientes ricos, pierden su dinero. Si además se lo has vendido a gente de mucho menos poder adquisitivo pero con unos ahorros, ellos también lo pierden. Ese es el problema de la banca en la sombra. Que crece con mucha mayor facilidad porque no hay normativa que la regule tan estrictamente. Sobre todo porque no le obliga a provisionar y esto hace que el negocio sea mucho más rentable. Eso cuando estalla lo hace de una manera completamente sorpresiva para todo el mundo.

En el caso de la banca americana y cierta banca europea, te daban unos vehículos especiales de inversión, que aquí el Banco de España no los autorizó. Una de las cosas buenas que hizo, que se le reconoció al principio de la crisis pero que luego con la quiebra de las cajas de ahorro ya se le han negado. Cuando la banca española quiso crear esos vehículos especiales de inversión, el Banco de España les dijo que lo tenían que provisionar. Al obligarles a provisionarlo ya no era rentable y no lo hicieron. De haberse permitido, podría haber sido todo muchísimo peor incluso.

En cambio, en la banca americana sí que lo hicieron. Esos vehículos de inversión, al ser rentables, se financiaban a corto plazo e invertían a largo plazo, ganando el diferencial. Pero cuando empieza a haber desconfianza de que algún banco pueda estar en apuros y desaparece la liquidez del mercado, ¿qué ocurre? Que cuando esos instrumentos de corto plazo que han utilizado para financiarse vencen, hay que renovar la financiación. Y eso se vuelve imposible por la desconfianza generalizada. Cuando se ven forzados para que sus clientes no tengan unas pérdidas enormes, cuando ponen en el balance esos vehículos especiales de inversión, las pérdidas son tan grandes que los que quiebran son ellos mismos, los bancos.

P: Según el análisis de los datos que hace en su libro, ¿cómo sería la nueva recesión económica?

R: Yo no creo que la futura recesión vaya a ser tan devastadora para España. Principalmente porque ya no tenemos ninguna burbuja que pinchar, ya no hay ese crédito promotor que ha quebrado a la banca española. Sin embargo, la parte mala es que no nos va a pillar con el 8% de paro como entonces, sino con el 20-21%. Por ello, mi idea es que en el peor de los casos se alcancen los máximos de tasa de desempleo a los que llegamos aquí en el año 2012-2013, con el 27%.

P: ¿Cuánto podría prolongarse este nuevo ciclo?

Quince meses. De quince a dieciocho meses

P: ¿Y cómo podría afectar a Europa?

R: Europa tendría muchos más problemas de los que ya tiene para mantenerse unida, porque donde no hay harina todo es mohína, y se generarían intereses egoístas. Pero creo que finalmente a Europa le servirá para avanzar en su proceso de integración, porque cuando las cosas se ponen muy feas no puedes retroceder. Creo que con esta nueva crisis puede llegar el Tesoro Único Europeo.

P: ¿Existe algún factor que pueda agravar esta recesión?

R: Sí, China. El factor más importante es que el país asiático entre en un descontrol económico. Están haciendo una transición muy complicada, tratando de pasar de una economía en la que el crecimiento se basa en la inversión, además en la industria pesada. Tienen que hacer una reconversión como la que se hizo en España en los años 80. Eso manda al paro a mucha gente, algo que desestabiliza China. Sin embargo, los dirigentes parece que no acaban de coger el toro por los cuernos.

Como decía, el problema está en que se produzca un tropezón de la banca en la sombra y que se transmita a la convencional, mucha de la cual es pública. Además, todo el mundo espera una devaluación del yuan muy fuerte, que lo que hará será exportar deflación al resto del mundo.

P: Pone mucho el foco en China y en Estados Unidos. Pero también hace mucho hincapié en la situación económica de Singapur. ¿Por qué es importante este país en el análisis?

R: Singapur es el canario en la mina, el indicador adelantado. El país es un polo comercial, cuya actividad es de comercio internacional fundamentalmente, todo se va a la exportación. Por lo tanto, ver cómo va el comercio exterior de Singapur te da una idea de cómo va el comercio mundial, cuyos datos salen con dos meses de retraso [esta semana ha salido el dato de marzo].

P: En los últimos años, el precio del petróleo se ha ido reduciendo progresivamente. ¿Esta caída constante, qué consecuencias puede tener?

R: Es una de las cosas que te he dicho al principio. La caída del precio de las materias primas hace que todos los países que las exportan no tengan los ingresos con los que contaban para su presupuesto, algo que les obliga a gastar divisas acumuladas y comprar menos al exterior. Cuando tú te has metido en esa espiral bajista la situación va empeorando para todos. En el caso del petróleo, Arabia Saudí, que es una potencia con divisas acumuladas y con posibilidad de generar más divisas con los ingresos del crudo, acaba de sacar una emisión de bonos al mercado por primera vez en su historia. Por primera vez han hecho algo que no hacían: captar divisas en el exterior a través de una emisión de deuda.

P: Pero, ¿ve posible que el precio continúe desplomándose?

R: El precio tendría que haber rebotado un poco antes de cuando lo hizo. En algún momento de este año, o del que viene, puede llegar a 60 o 65 dólares. Pero para volver a caer. Ya no creo que recupere aquellos niveles de hace tres años. Sin embargo, tampoco hay que descartar que continúe desplomándose. De los últimos 150 años de historia, desde que empieza a tener un papel fundamental, esta caída de precios del petróleo no existe. Sólo ha habido una de la misma magnitud en el siglo XX. Si el petróleo cayera más, imagínate que se va a 17 dólares en lugar de a 27, ya habría que ir al siglo XIX, a justo después de la guerra civil americana, para encontrarte una caída parecida.

P: "En los momentos de escribir este libro, casi ocho años después de la quiebra de Lehman Brothers, nadie tiene la seguridad de si la normativa desarrollada en EEUU y Europa desde entonces servirá de dique de contención capaz de salvaguardar la estabilidad financiera". ¿Se atreve a pronosticar si funcionará a nivel europeo?

R: Yo creo que servirá para algo, pero no totalmente. A la vez creo que se conocerá un poco mejor qué es lo que tienen los bancos, si eso será útil, los pillará mejor capitalizados... Pero si se producen los eventos que hemos comentado, que China implosione porque su banca en la sombra falla, eso es un huracán, no hay quien lo contenga.

P: El sistema bancario europeo está débil en estos momentos...

R: Necesita una ronda de recapitalización. No hay más que pensar que la banca americana, que tenía un balance que era como un tercio de la europea, le metió un chute de 750 millones de dólares. Y la europea, que tenía un balance cercano al triple, no se ha capitalizado en esa proporción. Por eso hay dudas sobre el Deutsche Bank, sobre banca italiana... Y es por eso por lo que la gente se pone histérica por lo del jueves del Banco Popular. Si viene ese huracán de China, en cualquiera de sus dos variantes –devaluación muy fuerte del yuan o quiebra de su banca–, es imposible de contener.

P: ¿España, y sobre todo su sistema bancario, son capaces de hacer frente a un nuevo periodo de recesión?

R: Sí, pero con una recapitalización. Una recesión aumentaría la tasa de morosidad, que anda cercana al 10%, y la situaría en el 13-14%, con lo cual ya tienes pérdidas tan importantes como para necesitar una inyección de capital. Pero ya no sería esa cosa de barrer a la mitad del sistema, a prácticamente todas las cajas de ahorros. Principalmente porque la asunción de riesgos ya ha sido muy inferior, y porque muchos de esos riesgos ya están en el balance de la Sareb.

P: Estamos de nuevo en periodo electoral, con unos nuevos comicios el próximo 26-J de los que, si no hay imprevistos, tendría que salir un nuevo Gobierno. Este próximo Ejecutivo sería el que tendría que encargarse de una futurible recesión económica. ¿Qué consejos le darías para estar preparado y hacer frente a un nuevo periodo de crisis?

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R: Ten en cuenta que España es un país que no es determinante. Con lo cual mi consejo es que haga siempre lo que hagan los demás. Lo que no puede hacer uno es ponerse a aplicar políticas distintas a las que hacen los grandes, principalmente porque quedas barrido.

Por ejemplo, en el año 1980 ganó las elecciones Ronald Reagan y el gobernador de la Reserva Federal, que era Paul Volcker, subió los tipos de interés hasta el 20 y 22%, provocando una recesión que arrastró a buena parte del mundo. Seis meses después, en Francia, ganó las elecciones Miterrand y formó Gobierno en alianza con el Partido Comunista francés. Llegaron al Ejecutivo con un programa de gasto público, nacionalizaron la banca francesa y consiguieron que cuando todo el mundo estaba de frenazo, ellos estaban en expansión. Cuando ocurre eso, nadie te compra pero tú les compras a todos, porque en un proceso de expansión siempre se importa mucho. En un año tenían desestabilizadas las cuentas públicas, la balanza de pagos.

En esas circunstancias, entonces, hay que hacer lo que están haciendo los demás. ¿Gasto público? Gasto público en todos. ¿Recortes? Recortes en todos. Lo que toque, porque si no te desestabilizas por completo. Ni siquiera un país como Francia, que es mucho más rico y potente que España, se lo puede permitir.

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