Ciencia
La Marca España se olvida de la Ciencia
Minusvalorados, ninguneados y engañados. Así se sienten algunos de los científicos e investigadores que trabajan en España. La convocatoria para la adjudicación de contratos postdoctorales Juan de la Cierva está bloqueada. Se convocó hace diez meses y todavía no hay resolución. Los programas de investigación Ramón y Cajal se han reducido un 30% y la inversión en I+D+i ha sufrido desde 2009 un recorte acumulado del 40%. Los investigadores entrevistados sostienen que el talento que está regalando España a otros países, después de haber formado a toda una generación, le saldrá “muy caro” a nuestro país.
Alertan de que la fuga de cerebros también será de patentes. Esto supone que los países donde investiguen se las queden, por lo que España tendrá que pagar grandes sumas de dinero si quiere acceder a nuevos fármacos, vacunas y tratamientos.
José Manuel Fernández trabaja en un laboratorio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y es uno de los portavoces de Jóvenes Investigadores Precarios. Destaca que los puestos no se reponen y que la única salida para algunos es el exilio. “Estamos perdiendo una generación entera, que está muy preparada y que ven emigrar como la única opción. Si estamos dispuestos a regalar esta inversión y que los formados aquí se conviertan en pilares de la investigación en otros países, luego no volverán. Pero el gran problema es que nos estamos cargando un relevo generacional”.
El presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, pidió 75 millones de euros para solventar el "cataclismo" que atraviesa la institución. José Manuel Fernández explica que el futuro del CSIC es incierto: "La secretaria de Estado de +D+i, Carmen Vela, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dicen que no se le va a dejar caer, pero no sabemos lo que va a pasar en los próximos meses. Hay continuos recortes en los Presupuestos Generales del Estado y la palabra ciencia ha sido borrada de cualquier Ministerio".
"La secretaria de Estado le pasa el muerto a Montoro"
Raúl Alelú está trabajando gratis en su laboratorio a esperas de que salga el programa postdoctoral Juan de la Cierva, que fue convocado el 22 de octubre de 2012 y diez meses después no se sabe la resolución. Recuerda cuando se reunieron con la secretaria de Estado de Ciencia, Carmen Vela, hace apenas unas semanas para “denunciar la precariedad” que viven los científicos e investigadores. “Ella nos dijo en que está muy indignada, pero que esto es responsabilidad de Hacienda y que empecemos a apretarle a Montoro. Le pasó el muerto”, revela Alelú, quien cree que el escenario para la ciencia es "desolador". Lamenta que la persona encargada de resolver esta encrucijada le remita a otro. También denuncia la serie de amenazas que han sufrido con respecto a la ejecución económica de las becas durante los últimos meses.
“Primero nos amenazaron con que si eras investigador en una comunidad que incumpliese el déficit no se ejecutaría el importe de la beca. La segunda fue más graciosa, ofrecían 18.000 euros al año y les dijimos que un postdoctoral debe cobrar 22.000 brutos. Nos dijeron que no nos preocupásemos, que la Universidad nos cubriría la diferencia. Llamas a la Universidad y te explican que no pueden asumirlo porque les han recortado. Esto es kafkiano”, comenta Alelú, que cuenta cómo un entrevistador de un laboratorio inglés se sorprendió por el dinero invertido de España en su formación y la imposibilidad de ofrecerle un puesto en nuestro país. El laboratorio le ofreció incorporarse el día 1 de septiembre, pero no pudo aceptar: "Si acepto el contrato y luego resulta que me dan una Juan de la Cierva, tendría que rechazar y eso significa que ya no puedo retornar a España ni tengo posibilidad de pedirla otra vez" . Este investigador denuncia que es “inútil” en algunas ocasiones que den un contrato Juan de la Cierva porque si no hay dinero para financiar proyectos muchos investigadores "se quedan en casa o delante de un ordenador" en el laboratorio.
“Han barrido candidatos”, comenta Alelú, achacando que debido al retraso de una convocatoria muchos investigadores no podrán presentarse a la siguiente. Las becas Torres Quevedo para investigadores que se incorporan a empresas también siguen bloqueadas.
“Carmen Vela nos dijo que ella en nuestra situación también se manifestaría y que trabaja todos los días para que nos vayamos fuera, justo lo contrario de lo que queremos, y que cuando viera a la vicepresidenta le diría que somos muy majetes. Esto es ridículo”, se lamenta este investigador, que experimenta para poder curar la esquizofrenia. Tras su paso por Nueva York, explica que en EEUU no se deja a un lado la I+D+i. "Allí por cada dolar que invierten en investigación ganan 100 y los científicos son muy valorados".
"Volveré a España... De vacaciones"
Ester Artells decidió marcharse a Francia para crecer como científica ante la imposibilidad de hacerlo en España. Desde 2001 estuvo de ida y vuelta, pero cuando volvía al país galo siempre encontraba trabajo. Ester, que en septiembre firmará su renovación, colabora en varios laboratorios en Marsella descubriendo nanopartículas con uso en cremas solares, cosmética o pintura. “Llevo aquí dos años y mi futuro no está en España. Si buscas trabajo en mi especialidad en cualquier parte del mundo encuentras menos en España”.
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“En nuestro país queda muy bien hablar del I+D+i pero desde la base no se valora a la persona que piensa”, afirma. Considera que en Francia se tiene muy en cuenta a la ciencia. Cuenta como anécdota que en los telediarios franceses siempre hay noticias científicas y que algunos días después de los informativos se emiten programas de reportajes de divulgación científica.
A su juicio, uno de los obstáculos más importantes que encuentra la Ciencia es que no da votos. “Los resultados son a largo plazo, cada década o cada veinte años. Aquí ha habido recortes pero siguen saliendo plazas, siguen financiando proyectos y no se invierte en función de calendarios electorales. Aquí un estudiante acaba su tesis en junio y a más tardar en octubre ya sabe su plaza y cobra su primer sueldo. En España acabas en junio y salen las convocatorias en enero y te incorporas en diciembre. Al año y medio”.
Para ejemplificar lo que se pierde España sin ciencia cita las vacunas y la cura de enfermedades: “El cáncer su curará en otros países y veremos a la gente cómo paga por ir a otros países a tratarse porque son los que tendrán las patentes”.