El futuro del PSOE
Las sombras que amenazan la celebración de la Conferencia Política del PSOE
Fin de la cuenta atrás. El PSOE descorre este viernes el telón de la Conferencia Política, el cónclave en el que tiene puestas todas sus esperanzas, en el que espera remozar su andamiaje ideológico "para la próxima década" y volver a "conectar" con la mayoría social progresista del país. Para ello tiene redactadas 386 páginas como documento marco, nutridas de propuestas sobre fiscalidad, regeneración democrática, crecimiento y empleo, sostenimiento del Estado del bienestar, laicidad, educación, igualdad o futuro de la Unión Europea. 386 folios que han recibido 12.617 enmiendas de participantes y ciudadanos y que son las que se discutirán durante este fin de semana en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, el lugar de concentración de la selección socialista. Habrá 1.000 delegados, más otros 1.500 observadores. Y un regimiento de periodistas: 350 informadores y técnicos, procedentes de un centenar de medios de comunicación.
Pero al discurso oficial, a lo que ocurra y se discuta en los foros abiertos y en las comisiones a puerta cerrada, se superpondrá probablemente otra Conferencia. Porque en los pasillos y en las declaraciones a la prensa se seguirá hablando de cuestiones que no entran en el programa: el debate territorial (zanjado en el Consejo Territorial de Granada, el pasado julio), las relaciones con el PSC, la fecha de las primarias abiertas, las rotundas palabras de Felipe González constatando la "crisis de liderazgo" del secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, o la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que ha asestado un último mordisco al deprimido ánimo de los socialistas. Pero tampoco pasarán desapercibidos los gestos, las imágenes, los "cortejos" de dirigentes arropados por unos dirigentes (y no otros). El postureo, que en este tipo de citas cuenta.
La dirección federal, que insiste siempre en lo "mucho y bien" que se ha trabajado en los últimos meses, cree tenerlo todo "controlado" y encara el cónclave con optimismo, aunque reconoce que esos temas satélites aflorarán, especialmente el que le persigue de continuo: las elecciones internas, y que puede haber intervenciones de dirigentes ante la prensa fuera del carril previsto. Al final, Ferraz, en un sutil giro de estrategia, acabó asumiendo el miércoles que se puede "hablar de todo", sin "cortapisas", sin "barreras", como dijo Elena Valenciano, la número dos. Lo que no cambia es el fondo de la discusión: que será el Comité Federal, y sólo el Comité Federal, el que decida el calendario.
El equipo de Rubalcaba, y él mismo, se ha afanado en pedir a sus compañeros que dejen para "otro momento", para ese Comité Federal de finales de diciembre o principios de enero (si no hay demoras), porque ahora toca el debate de las ideas. "La forma de levantar la moral de nuestros militantes es que la sociedad nos vuelva a mirar. Y tenemos nuestros problemas internos, que son menores de lo que dicen, pero mayores de lo que yo quisiera. Lo que trato de transmitir es que el PSOE tiene un camino por recorrer, es verdad, pero parte del camino ya está hecho. Quiero que la sociedad perciba que estos señores del PSOE se han tomado esto en serio, han pensado qué han hecho mal, qué tienen que hacer, hacen autocrítica, tienen propuestas, y por tanto quiero saber qué me tienen que decir", afirmó el secretario general en una entrevista en El Huffington Post publicada anoche.
Lo cierto es que él mismo entraba de lleno en el asunto de los nombres en esa entrevista. La directora del diario, Montserrat Domínguez, le pidió una palabra para definir a varios compañeros. A Susana Díaz la rotuló como "futuro", a Eduardo Madina como "sensibilidad", a Emiliano García-Page como "pragmático", a Patxi López le colgó de la espalda la palabra "responsabilidad". ¿Y Carme Chacón, su rival en el congreso de 2012? "Mmmmm... a ver, cómo podría... Inteligente. Bueno, no, es un poco excesivo. No es que sea tonta, para nada, pero mejor... tenaz. Sí, tenaz".
Lo "relevante" es la crítica de González a Chacón
La última semana se ha vivido como una montaña rusa. Desfile de presuntos candidatos en la Ser (Patxi López el martes; Eduardo Madina el miércoles; Carme Chacón ayer jueves), pronunciamientos reiterados de los barones sobre las primarias, un CIS vestido de malos presagios (ampliación de la ventaja del PP, hasta 7,2 puntos, peor resultado para el PSOE desde las elecciones, un 26,8%, desconfianza de los ciudadanos en Rubalcaba) y... como remate, la multitudinaria rueda de prensa de González. El expresidente, a la primera pregunta de los periodistas, afirmó que sí, que probablemente Rubalcaba es la "mejor cabeza política" que tiene España, pero también que "tiene una crisis de liderazgo que reflejan las encuestas". Cosa que "nunca" le ha pasado a Mariano Rajoy porque "nunca" tuvo liderazgo. González luego lo adobó enmarcándolo en un contexto de "crisis de credibilidad de la política".
"Nos estamos llevando golpes toda la semana. Así que del último casi no te das ni cuenta", bromeaba una persona de la confianza del líder. Esta dirigente sí reconocía que la intervención de González había sido poco "oportuna", como poco "oportuno" el carrusel de declaraciones sobre las primarias de los últimos días. Pero no quiere ir a más, como tampoco quieren hacerlo varios miembros de la ejecutiva consultados. "Cuando Felipe da hostias, las da como panes. Yo no lo interpreto así. No le veía con esa intención de darnos una bofetada", añadía esta fuente.
"Felipe ha hablado de crisis de liderazgo en general. Alfredo sufre esa crisis como todos. La crisis es de la política y los políticos. Y ha dicho que es mucho peor lo de Rajoy, que no gobierna. No nos ha sentado mal", remachaba una responsable del aparato. "Felipe tiene cierta bula y sus verdades no hacen daño –terció otro cargo de la ejecutiva–. No dice las cosas para hacer daño, sino para ayudar. Sabemos que hay problemas, pero también que los liderazgos no son espontáneos ni surgen de un día para otro". Ferraz sí vio mucho más "relevante" lo que el expresidente dijo "sobre Carme Chacón".
González no citó explícitamente a la exministra de Defensa. Pero sí le envió un recado inequívoco: las primarias son un "peligro" si se convierten "en una segunda vuelta de los congresos". "Y esto es un error de los políticos. Sí hace un congreso y no lo ganas, al día siguiente no puedes pedir primarias como segunda vuelta de lo que has perdido".
"Han hablado los previsibles"
En otros círculos del partido, sin embargo, no tenían tan claro que las declaraciones de González se encajasen bien en lo alto del aparato. Porque llegaron a un día de la apertura de la Conferencia, porque es el patriarca del PSOE, porque es el mismísimo Felipe González, cuyo ascendente pesa, y mucho. Y porque él contribuyó decisivamente a que Rubalcaba ganara la secretaría general el año pasado. Algunos especulaban con que al expresidente no le hubiera gustado "nada" la carta abierta publicada el pasado domingo y firmada por, entre otros, exdirigentes de IU y encabezada por el juez Baltasar Garzón, que no es una figura del todo pacífica para algunos cuadros. "Si interpretan a Felipe es la prueba evidente de que les molesta", concluían en el entorno del madrileño Tomás Gómez, quien apoyó a Chacón en el congreso de 2012 y con la que quiso aparecer en un desayuno informativo el pasado 25 de octubre. Un alto cargo del partido en Valencia, se movía con más prudencia: "En el fondo, lo que está diciendo es que no cree en Alfredo como candidato. Felipe tiene claro que tras una derrota viene la transición, que puede ser larga o no. Y ahora estamos en eso".
Otro tropiezo ha sido el CIS. El barómetro indicó que el PSOE no remonta y el PP sube. Rubalcaba y su equipo han denunciado la "cocina de cuartel" que se ha empleado en la encuesta, y no cree que si los socialistas sacan dos puntos en voto directo eso se traduzca posteriormente en una ventaja de 7,2 puntos a favor del partido en el Gobierno. Los partidarios de adelantar las primarias tomaron el sondeo como una prueba de cargo más para requerir el relevo de liderazgo con urgencia.
De primarias se hablará, como una "fortaleza competitiva del PSOE". "Vamos a hablar muchísimo de primarias porque está en la ponencia. Miedo ninguno. Hablar de primarias me parece estupendo porque vamos a cambiar la cultura de la participación política", alegaba el miércoles Valenciano. La Conferencia, desde luego, tiene por decidir los "principios" generales por los que discurrirán: orientación del número de avales, requisitos de los candidatos, procedimiento a una o dos vueltas, pago de una pequeña aportación para poder votar... Pero el runrún se lo llevará la discusión sobre la fecha –debate fuera del discurso oficial– y el baile de candidatos. Los tres que estaban en las quinielas (López, Madina y Chacón) siguen en ellas, como han dejado ver en la Ser. La dirección no se ha sorprendido: "Han hablado los previsibles". No se vislumbra que a priori cualquiera de los aspirantes dé el paso al frente, menos sin estar clara la red de seguridad del calendario, de modo que sí cobrarán fuerza, según todos los dirigentes consultados, los gestos, las imágenes, las entradas, con quién se deja ver cada uno.
El debate territorial y las relaciones con el PSC se ha atenuado tras el pico de la pasada semana, cuando los socialistas catalanes votaron por segunda vez de forma diferente al PSOE por el derecho a decidir. No hay clamor por la ruptura, salvo voces conocidas como las de Alfonso Guerra, José Bono o Guillermo Fernández Vara. Ayer mismo, González aconsejó mantener la alianza PSOE-PSC.
De la Conferencia saldrá "otro partido"
¿Y qué puede pasar en este fin de semana? En Ferraz nadie espera grandes contratiempos y apuntala que la Conferencia "está encarrilada". Rubalcaba lo decía a cara descubierta en El Huffington Post, desea que el debate de primarias "no dinamite" el cónclave.
Sí se da por descontado que habrá "pasarela Cibeles" –expresión feliz de Gaspar Zarrías, secretario de Política Municipal–, o sea desfile de candidatos, de exhibición de barones y de invitados estrella. "Cada uno intentará buscar un titular. Y se consigue diciendo alguna burrada y hablando de primarias. Pero salvo eso, esperamos que salga bien", aseguraba una responsable del núcleo de confianza del líder. Un miembro del aparato hacía esta prevención: no es un congreso, no hay que movilizar a la gente a última hora para no perder una enmienda en un aspecto delicado; es un cónclave político, y no hay cuestiones programáticas que dividan. Desde el sector crítico, tampoco se esperaban sorpresas y se daban por satisfechos por haber logrado "que entre el debate de primarias".
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"De la Conferencia saldrá otro partido. Se aprobarán cuestiones muy importantes, como una renovada apuesta fiscal, un pacto de rentas, una profundización democrática en el partido, como lo son las primarias. De allí saldremos como otro partido, más abierto, más participativo, más abierto a la sociedad de hoy", glosaba anoche un barón regional. La ponencia, desde luego, es ambiciosa, y toca todos los palos: reformas constitucionales (blindaje de derechos sociales), regeneración democrática (reforma electoral, cambios en el sistema parlamentario, participación ciudadana, transparencia y Gobierno abierto), fiscalidad (reforma fiscal justa y progresiva, creación de un único impuesto que grave la riqueza y la renta), bienestar (fortalecimiento de la sanidad y la educación públicas, garantía de pensiones, dependencia y servicios sociales) y crecimiento y empleo (pacto de rentas, nuevo modelo productivo, recuperación de la competitividad).
El aterrizaje de este viernes es suave: seminario internacional sobre los retos de la izquierda, recorrido informativo y un acto con jóvenes por la tarde. El día grande será el sábado, con la apertura de Susana Díaz, Javier Fernández y Elena Valenciano, los seis foros abiertos (uno sobre globalización dirigido por Felipe González y el otro sobre igualdad, pilotado por José Luis Rodríguez Zapatero) y las comisiones que desgranarán la ponencia marco. Y el domingo, la clausura a cargo de Rubalcaba. Menos de 48 horas para dotar de proyecto al PSOE. Buscar al líder... llevará más tiempo.