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LA MUERTE DE SUÁREZ

“¿Suárez? ¿Qué Suárez?”

¿Olvido? ¿Ignorancia? ¿Lagunas en los planes de estudio? ¿Desinterés? Los jóvenes españoles a duras penas pueden hacer un esbozo del que fuera el primer presidente de la democracia de España después de la dictadura. Las respuestas de un grupo de universitarios consultados por infoLibre, todos ellos nacidos cuando Súarez ya había abandonado la política activa, dan idea de la distancia que separa a las nuevas generaciones de la figura del presidente de la transición.

¿Perteneció Suárez al franquismo? ¿Por qué dimitió en 1981? ¿Intentó volver al Gobierno? ¿Cuántas mayorías absolutas consiguió durante su vida política? ¿Qué presidente le sucedió en la Presidencia del Ejecutivo? ¿Cómo se llamaba su formación política? Son algunas de las cuestiones planteadas a estudiantes de Derecho, Ingeniería de Caminos, Administración y Dirección de Empresas, Arquitectura o Periodismo.

La mayoría de los jóvenes encuestados no conocían las respuestas a estas preguntas de la Historia más reciente de España. Y aquellos que, de manera excepcional, acertaron en sus respuestas señalaron que su conocimiento se basa sobre trodo en los que estos días han visto, leído o escuchado en los medios de comunicación.

“¿Suárez y el franquismo? Nada que ver”, “El sucesor de Suárez… ¡Felipe González!”, “Pero ¿de verdad dimitió? “, “Ganó una vez por mayoría absoluta…, no, no, ¡fueron dos!”, "¿Suárez? ¿Qué Suárez?” Estas son algunas de las respuestas, que evidencian la falta de información, conocimiento y olvido de toda una generación de jóvenes con acceso a la educación y a los medios de comunicación.

¿De dónde surge este vacío? Los planes de estudio de las principales licenciaturas y grados de ciencias sociales cuentan con asignaturas relacionadas con la Historia Contemporánea, sin embargo, los universitarios admiten que en la mayoría de los casos, por la falta de tiempo y la extensión del temario, la transición española pasa a un segundo plano y no se estudia. Los alumnos de ciencias e ingenierías señalan que durante su formación universitaria no hay cabida para la Historia Contemporánea, y menos para la estrictamente española.

La Universidad, concebida para la especialización y profesionalización de los estudiantes, no es la única responsable de este vacío histórico. La Ley Orgánica de Educación (LOE) del año 2006 establece la Historia de España como una de las materias comunes a las tres modalidades del bachillerato: artes, ciencias y tecnología, así como humanidades y ciencias sociales. Por lo tanto, la transición española y sus principales protagonistas forman parte de las enseñanzas mínimas establecidas por ley en la educación secundaria postobligatoria.

El Real Decreto del 2 de noviembre de 2007 explica que “la selección de contenidos –referentes a la Historia de España– trata de compaginar la necesidad de proporcionar a los estudiantes la comprensión de los rasgos esenciales de la trayectoria histórica de su país, los procesos, estructuras y acontecimientos más relevantes en las diferentes etapas históricas, con un estudio más detallado de las más próximas”. En los contenidos de la materia figuran “el proceso de transición a la democracia” y “los gobiernos democráticos”, se trata del último punto del temario, igual que sucede con los programas universitarios.

En el plano teórico la transición democrática es objeto de estudio para todos los futuros universitarios. Sin embargo, de las respuestas que ofrecen los jòvenes españoles se deduce la existencia de un gran vacío de información en torno a la figura de Adolfo Suárez. La Historia de la democracia española es una gran desconocida para la generación que nació después de su abandono de la política. Mientras las televisiones ocupan sus principales espacios informativos con la figura del primer Presidente de la transición y las cabeceras de la prensa de papel se hacen eco de su adiós, los jóvenes lo ignoran casi todo sobre Suárez.

La mayoría de los alumnos españoles acaban bachillerato sin saber quién fue Adolfo Suárez y el papel que éste jugó en la transición española, ya que los contenidos sobre esta etapa en el sistema educativo español se sitúan al final del temario de las asignaturas de Historia y suelen abordarse con prisa y por encima, si es que da tiempo.

Pero no sólo ocurre con los estudiantes del modelo de enseñanza actual, organizado bajo el paraguas de la Ley Orgánica de Educación (LOE), sino con los que han cursado sus estudios en anteriores sistemas educativos. La mayoría, terminan el colegio o el instituto sin estudiar la transición democrática. "Es un mal endémico", señala a Europa Press el presidente del sindicato docente ANPE, Nicolás Fernández.

El currículo de la asignatura Historia de España en bachillerato establece el estudio del proceso de transición a la democracia, la Constitución de 1978, los principios constitucionales y el desarrollo institucional y autonómico. Sin embargo, la realidad es que el profesorado solo puede dar "cuatro pinceladas" por falta de tiempo, tal y como confirma a Europa Press Paco Rodríguez, docente de Historia de un instituto madrileño.

"El curso termina prácticamente en abril y no podemos pararnos en determinados contenidos", asegura este profesor, que explica que la transición "se imparte muy de pasada" por la cercanía de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU).

Aunque admite que sus alumnos "tienen poco interés por la política", también reconoce que con motivo de la muerte de Adolfo Suárez, si alguno muestra interés por su figura estos días, explicará la Transición, aunque para ello tenga que alterar el orden cronológico de la asignatura.

La muerte de Adolfo Suárez y el desconocimiento por los jóvenes de esta figura "pone en evidencia que no se profundiza en la historia reciente de España", advierte el presidente de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA), Luis Carbonel, para quien sería "conveniente" aprovechar este acontecimiento no sólo para que los alumnos estudien la construcción del sistema democrático español, sino para incorporar en la escuela los "valores", que, a su juicio, encarnó Suárez: "diálogo, entendimiento y no ver al adversario como un enemigo".

Carbonel ha destacado que la transición fue una etapa "positiva" para España y que posiblemente ésta tenga que tener "mayor protagonismo" en el temario de Historia frente a otros asuntos más pretéritos. Los mismo opina el presidente del sindicato ANPE, para quien es "fundamental" conocer la construcción del sistema democrático español y dedicar "mayor extensión y profundidad" en el currículo educativo a la figura de Adolfo Suárez.

El Ministerio de Educación establece en el borrador de los currículos de secundaria el tema 'La transición política en España: de la dictadura a la democracia (1975-1982)' en la asignatura de Geografía e Historia de 4º de la ESO. Sin embargo, como en las leyes anteriores, este contenido aparece al final del temario, como advierten los docentes.

En bachillerato la asignatura de Historia de España es troncal. Aquí, a diferencia del currículo de la LOE, se hace una descripción más detallada de los contenidos y estándares de aprendizaje, entre los que destaca la descripción de las actuaciones impulsadas por el presidente de Gobierno Adolfo Suárez para la reforma política del régimen franquista.

--------------------------Esta noticia ha sido modificada para precisar que Adolfo Suárez fue el primer presidente de la democracia después del régimen franquista, y no el primer presidente de la democracia como figuraba en el texto original.

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