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Monarquía

Abucheos contra la monarquía durante los Premios Príncipe de Asturias

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Miles de personas se concentraron este viernes, sin producir incidentes, en la Plaza de la Escandalera y parte del Paseo de Los Álamos para protestar contra la gestión política de la crisis, la corrupción y la monarquía, y abuchearon a los reyes e invitados a su llegada a la ceremonia de los Premios Príncipe de Asturias. Los diferentes colectivos sindicales, sociales y políticos se agruparon bajo el lema "Somos reales".

La concentración, convocada por el sindicato Corriente Sindical de Izquierda (CSI) en Cajastur, se produjo entre un espectacular despliegue policial y con un vallado que cerraba la mitad de la plaza ovetense, e impedía que los asistentes a la protesta se acercasen a la calle que da acceso al Teatro Campoamor. Por este motivo, los convocantes presentaron una denuncia por vulneración de derecho de manifestación.

Antes de las cinco de la tarde comenzaron a llegar los primeros asistentes. Poco después entraron en manifestación por la calle Marqués de Santa Cruz los participantes en las Marchas por la Dignidad –los organizadores los cifraron en 2.500– acompañados de cientos de personas que tomaron parte de la plaza y el paseo de los Álamos. Pancartas de CSI, Podemos o Izquierda Unida se podían ver entre mensajes en asturiano y en castellano contra la monarquía, a favor de la república, y apelativos como "Fartones" o "Ladrones". En primera línea, estaban trabajadores de Cajastur, así como de Tennecco o de la Fábrica de Armas.

En la zona de la Escandalera, los numerosos agentes de la Policía Nacional, entre los que se encontraban miembros de las Unidades de Intervención Policial, solo permitieron acercarse al Teatro Campoamor a los curiosos que no participaban en la concentración. Los manifestantes tuvieron que colocarse tras el vallado, que este año estaba instalado detrás de la fuente. Además, los agentes arrebataron una bandera republicana al exconcejal de Izquierda Unida en Oviedo, Celso Miranda, cuando la exhibió a la llegada de los monarcas.

Los asistentes abuchearon fuertemente al coche de los reyes, aunque la barrera formada por los bandas de gaitas sirvió de pantalla sonora. También fueron blanco de abucheos el alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, el concejal Jaime Reinares, el exministro Josep Piqué, o el periodista Luis del Olmo.

Denuncia

La sección sindical de la CSI en Cajastur presentó este viernes una denuncia en el juzgado de guardia por vulneración del derecho a Manifestación. El sindicalista Juan Manuel Martínez Morala explicó en declaraciones a Europa Press que el permiso del acto era para toda la Plaza de la Escandalera y no para la mitad de ella. "Se lo hemos enseñado al jefe de Policía pero ha hecho lo que le ha dado la gana; esto es un estado de desecho", se quejó.

Otro exsindicalista, Cándido González Carnero, representante de la asamblea de las Marchas por la Dignidad, mostró su satisfacción por el resultado de la convocatoria y mostró su confianza en que el acto de este viernes sirva para impulsar una línea de movilización general.

En la concentración estuvo presente el secretario general del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego CañameroDiego Cañamero, acompañado por un nutrido grupo de militantes de su organización llegados de Andalucía en varios autobuses. Cañamero consideró "una vergüenza" el gasto económico que conllevan estos premios. "A quienes hay que darles un premio es a los mineros, a los estudiantes y a los miles de trabajadores que tienen que emigrar porque no hay trabajo", criticó. El secretario general del SAT mostró también su deseo de que esta y otras movilizaciones concluyan con una convergencia política en todo el Estado.

Tania González, eurodiputada asturiana de Podemos, presente en La Escandalera, destacó la numerosa asistencia a la concentración y también mostró su deseo de que este tipo de movilizaciones acaben confluyendo en una convergencia política, especialmente con vistas a las elecciones municipales.

"Sometidos por igual al mandato de la ley"

En el interior del Teatro Campoamor, la ceremonia discurrió con normalidad. El rey Felipe VI aprovechó su discurso para poner en valor el Estado de Derecho vigente en España que "no es fruto de la improvisación", sino resultado de la "voluntad decidida del pueblo español", que optó por constituir una democracia en la que "todos, ciudadanos e instituciones" estuvieran "sometidos por igual al mandato de la ley".

Frente a las ansias independentistas por parte de algunos sectores en Cataluña, el monarca aseguró que los españoles ya no son "rivales los unos de los otros". "No solo compartimos historia. Compartimos intereses y valores comunes; tenemos una misma voluntad de pertenecer a Europa, de ser Europa. Y sobre todo, compartimos sentimientos", dijo.

Felipe VI se mostró convencido de que "la comprensión, la consideración, el afecto y el respeto mutuos son sentimientos arraigados en el corazón de los españoles y compartidos de norte a sur y de este a oeste" del territorio. "Y todos esos sentimientos, ni los debemos olvidar nunca, ni mucho menos perder. Al contrario, los tenemos que preservar y alimentar", insistió.

"Queremos una España alejada de la división y de la discordia", aseguró, recordando que en su discurso de proclamación el pasado 19 de junio ya señaló "el deber y la necesidad de garantizar, y al mismo tiempo de revitalizar nuestra convivencia".

Pero para "garantizar" esta vida en común, precisó, es necesario "respetar y observar" el marco constitucional y democrático, pues es lo que permite "que todos los españoles puedan ejercer sus derechos, que las instituciones y los ciudadanos cumplan con sus deberes y asuman sus responsabilidades, y para que funcione ordenadamente nuestra vida colectiva".

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