Andalucía

Podemos y Ciudadanos mantienen su negativa a la investidura de Díaz

El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán, con el líder autonómico del PP y su número dos, Juanma Moreno y Loles López, este 27 de abril de 2015.

Los socialistas dicen que "poquito a poco" se va despejando la investidura de Susana Díaz, que se "sigue avanzando" en las negociaciones y que confían en que se consume su elección la próxima semana, pero lo cierto es que por el momento Podemos y Ciudadanos, además del PP e Izquierda Unida, siguen instalados en el nono. Ninguno se ha movido aún oficialmente hacia la abstención, un corrimiento que serviría para allanar el encumbramiento de la presidenta de la Junta en funciones. 

El presidente del Parlamento andaluz, el socialista Juan Pablo Durán, abrió este lunes la ronda de contactos con dos grupos parlamentarios: PSOE –47 diputados– y PP (33). Y hoy martes continuará con Podemos (15), Ciudadanos (9) e IU (5). Con ello, se da cumplimiento al Reglamento de la Cámara, que exige que los partidos informen de si van a presentar candidato a la Presidencia de la Junta. Los socialistas dieron el nombre de Díaz y los conservadores, ninguno. La semana próxima, se celebrará el debate de investidura. En la primera votación, previsiblemente el 5 de mayo, Díaz necesitaría la mayoría absoluta, 55 escaños, para la que no hay condiciones. En la segunda, que se fijaría para las 48 horas siguientes, requeriría la mayoría simple. Es decir, que si ningún grupo vota a favor, tendrían que abstenerse o el PP o bien Podemos y Ciudadanos o Podemos e IU. Si al cabo de dos meses de la primera ronda no se lograra investir a ningún candidato, el Parlamento quedaría disuelto y se convocarían nuevas elecciones. 

A su vez, PSOE y PP reanudaron este lunes sus entrevistas bilaterales con vistas a la investidura, con nulo resultado. No, dijo el líder de los conservadores, Juanma Moreno. Su partido no tiene "argumentos nuevos" para facilitar la elección de Díaz, porque no ha habido ninguna propuesta del PSOE-A que haga posible un "cambio de actitud" del PP. 

El efecto de la dimisión de Chaves y Griñán

Los negociadores del PSOE –el secretario de Organización, Juan Cornejo, y el portavoz en la Cámara, Mario Jiménez–  se mostraron, no obstante, "optimistas". Emplearon el mismo argumento que llevan blandiendo desde hace semanas: que el PP es un "partido de Gobierno" que tiene la "obligación de aportar estabilidad" a Andalucía. Ambos, junto con Díaz, han reiterado hasta la saciedad que no buscan tejer alianzas con ningún partido, porque su deseo es gobernar en minoría, sino que le dejen estar al frente de la Junta, facilitando su investidura, puesto que no cabe la posibilidad de acuerdos alternativos, ya que pasarían por un entendimiento entre PP y Podemos. Con ese mensaje en los labios, trabajan en lograr el triunfo de Díaz en segunda votación. O sea, para finales de la semana próxima. 

Los socialistas calculan que los conservadores terminarán por moverse de su enrocamiento si ven cómo Podemos y Ciudadanos van mudando de posición. Porque estos dos últimos, tal y como conciben en la Junta, sí se han movido después de la dimisión en diferido de Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Tanto Pablo Iglesias como Albert Rivera reclamaban que los dos expresidentes, que ya han declarado como imputados ante el Supremo en el caso de los ERE, dejaran sus escaños de diputado en el Congreso y senador. Una condición necesaria para poder seguir conversando. Griñán, tras pasar por el Alto Tribunal, comunicó a Díaz por escrito que se echaba a un lado y dejaba la política activa, una decisión que trascendió la semana pasada y que confirmó posteriormente él mismo. El movimiento acabó empujando a su predecesor en el Ejecutivo autonómico: Chaves acabó anunciando que no iría más en ninguna lista de su partido, aunque agotaría la legislatura, que concluye a finales de este año. 

Albert Rivera celebró que el PSOE hubiera "movido ficha", aunque exigió las renuncias de los dos exjefes del Gobierno por escrito. Teresa Rodríguez, líder andaluza de Podemos, sostuvo que las "renuncias diferidas" de los son "consecuencia directa" de las exigencias de su formación, que ha arrancado "victorias para la limpieza de la vida política". En definitiva, se apuntó el tanto de la retirada. "Esta primera victoria nos alienta aún más a remarcar con fuerza las otras dos condiciones que hemos puesto sobre la mesa", aseguró. 

Esas palabras hicieron pensar al PSOE que ya se había removido un obstáculo fundamental para la investidura de Díaz. Pero la marcha atrás de Chaves y Griñán era condición necesaria, que no suficiente. Tanto Podemos como Ciudadanos, en declaraciones en público y en privado, insistieron en que nada está hecho ni hay ningún pacto cerrado

Condiciones de los emergentes

Rodríguez negó "tajantemente" que hubiera alcanzado "ningún tipo de acuerdo con el PSOE" para facilitar la investidura de Díaz. "La presidenta confunde el deseo con la presión. Es una forma de presionar y yo no la veo sana. Trasladar a los ciudadanos que no hay Gobierno de la Junta y que hay un bloqueo es reconocer la incompetencia propia", lanzó la secretaria general del partido morado. Rodríguez ha recordado que no basta con la salida de Chaves y Griñán: que su partido puso otras dos condiciones sobre la mesa, "asumibles y a coste cero". A saber, que la Junta no trabaje con bancos que ejecuten desahucios y la reducción de altos cargos (quiere que la Administración funcione sólo con consejeros y viceconsejeros). 

"De esas otras dos condiciones no se ha hablado aún, ni se han movido aún", se quejaban a infoLibre fuentes próximas a la secretaria regional de Podemos, que recalcan que en la primera votación emitirán, con toda seguridad, su no. ¿Y para las siguientes? Desde el entorno de la líder autonómica se señalaba que tampoco sería extraño que la formación convocase un referéndum entre sus bases para que digan qué hacer. 

La misma actitud rocosa también se halla en Ciudadanos. "No ha ocurrido nada que nos haga cambiar de postura", indicaban en el círculo de quien fue candidato a la Presidencia de la Junta, Juan Marín. El partido naranja, como pidió Rivera el sábado, quiere que conste "por escrito" la renuncia de Chaves y Griñán y que el PSOE-A acepte el decálogo de medidas contra la corrupción que la formación le trasladó el pasado 4 de abril. "Y aún no ha habido respuesta", denuncian. "La responsabilidad de que no haya Gobierno será de quien convocó las elecciones anticipadamente, cuando tenía un Ejecutivo de coalición [con IU] y unos Presupuestos aprobados", abundan en el entorno de Marín, que precisan que en cualquier caso no votarán en ninguna de las rondas sí a Díaz. En caso de acuerdo, podrían cambiar su no por la abstención. 

La federación, más aferrada al 'no'

IU, mientras, considera "superficial" el debate de la marcha de Chaves y Griñán –así lo calificó el coordinador regional, Antonio Maíllo– y mantiene su apuesta por el rechazo a la investidura en todas las votaciones. "No vemos posible votar abstención, incluso si fuéramos necesarios. Que cada cual tome de su propia medicina", expresa un alto cargo de la federación andaluza. 

Los socialistas insisten en que no están "preocupados" por las palabras del resto de fuerzas políticas. "Poquito a poco", recalcan, con las mismas palabras, dos miembros del Gobierno en funciones. "Como pasa con las masas tectónicas, el desplazamiento es lento pero irreversible", ilustra uno de ellos. 

El PSOE-A cree que hay mimbres para el acuerdo, tanto con Podemos como Ciudadanos. Con los primeros, está dispuesto a "buscar fórmulas" para evitar más desahucios, partiendo de la base de que la ley que aprobó el bipartito está paralizada porque el Ejecutivo de Mariano Rajoy la llevó al Constitucional. Y subraya que ha eliminado más altos cargos que ninguna otra comunidad y más entes instrumentales de los comprometidos. "Seguramente se pueda reducir algo más. Pero no estamos de acuerdo con que todos los directores generales sean funcionarios, con que haya una Administración de funcionarios". Respecto a las condiciones de C's, los socialistas responden que "se quedan cortos", porque la Junta quiere ir un paso más allá en materia de transparencia y lucha anticorrupción. 

Usar la campaña electoral

"Esta es la semana crucial –asegura otro de los consejeros del Gobierno–. Estamos bajando al detalle. Y aunque ellos digan que no hay acercamientos, sí que se está hablando, otra cosa es que no radiemos lo que se dice". 

Los socialistas trabajan con la hipótesis de que la investidura no será posible a la primera, pero sí intentarán que prospere en la segunda intentona, hacia finales de la próxima semana. Atrayendo hacia la abstención a Podemos y Ciudadanos, "sin perder de vista al PP", que "empieza a estar apretado", si finalmente son los emergentes los que posibilitan la elección de Díaz, quedaría desplazado, entienden, de la centralidad del tablero. 

En el partido y en la Junta se estima que se podrá convencer a los de Iglesias y los de Rivera porque ambos están en plena "pugna" por hacerse con la corona de laurel del cambio y, a la vez, aparecer en la moderación. Por eso, los socialistas creen alejarse la posibilidad de que la investidura llegue tras las municipales y autonómicas del 24 de mayo

No obstante, si la elección de Díaz no se produjera la semana próxima, el PSOE-A está dispuesto a aumentar la presión y a convocar plenos en el Parlamento durante la campaña electoral, que se prolongará del 8 al 22 de mayo. Con ello, obligaría a retratarse varias veces a todos los partidos, sin esperar por ello "un desgaste". Todo lo contrario. Anticipa que la presidenta saldría reforzada, ya que los ciudadanos, alega, no entenderían que se prolongase "el bloqueo". Mario Jiménez ya dejó ver el sábado que se podría habilitar la campaña para convocar tantas sesiones plenarias como fueran suficientes, con el argumento de que el PSOE-A defiende una "agenda propia", al margen del 24-M. "No vamos a consentir que nadie pretenda mezclar los procesos. A partir del comienzo de la campaña, el proceso de investidura, si no está culminado, va a seguir, y la campaña no va a ser un impedimento para que Andalucía tenga un Gobierno. El mandato para que el Parlamento le dé un Gobierno a Andalucía no puede paralizarse por nada ni por nadie", aseveró.

El pacto anticorrupción aleja a Ciudadanos del PSOE y complica la investidura

Dos semanas para negociar

"Podemos y C's no podrán aguantar tanto, y tampoco el PP. Podemos necesita gestos de moderación y de responsabilidad institucional", razona un miembro de la Junta.

La imagen que devuelve el espejo es diferente, pues, según a quién se pregunte. La oposición sigue anclada en el no. El PSOE, mientras, ve "más receptivos" a Podemos y C's, y más "cerrados" al PP y a IU, "despechada" por la ruptura del Ejecutivo de coalición y la convocatoria de elecciones para el pasado 22 de marzo. Aún quedan días para negociar, reitera. Cerca de dos semanas. "Una eternidad en política", señala un alto cargo, quitando importancia a la sensación de rechazo generalizado a la presidenta. Díaz tiene una herramienta poderosa en la mano: a nadie, en principio, parecen convenirle unos nuevos comicios en septiembre. 

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