Cataluña
Pedro Sánchez: de “quiero a Cataluña como nación” a “el debate no es terminológico”
El secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, reiteró este jueves que la reforma de la Constitución que ultima un grupo de expertos por encargo del PSOE no incluirá el término "nación" en referencia a Cataluña, y señaló la necesidad de "gobernar" las diferentes "identidades" que coexisten en España para mejorar el encaje territorial y la convivencia, sin que ello implique, subrayó, "un trato de favor" ni el reconocimiento de "desigualdad alguna" entre ciudadanos.
Sánchez realizó estas declaraciones en una entrevista en Hoy por Hoy (Cadena SER), donde justificó la decisión de no emplear la palabra "nación" porque, a su juicio, en Cataluña hay "un independentismo muy fuerte" que emplea "el término nación como un concepto excluyente, que se está intentando apropiar de la identidad catalana y está diciendo que nación lo que significa es la constitución de un Estado y, en consecuencia, la ruptura de la soberanía nacional y la independencia de Cataluña".
Preguntado directamente por la fórmula que prefiere para constitucionalizar esas característisticas particulares de Cataluña, Sánchez evitó concretar su propuesta y únicamente se dijo "dispuesto a reconocer la singularidad de la sociedad catalana" y a "reforzar esa singularidad en la Constitución". En una línea similar, y al hablar del debate sobre la financiación a Cataluña, admitió la existencia de un déficit fiscal que cifró en el entorno de los 2.000 millones de euros anuales, pero rechazó la fórmula del "pacto fiscal". "Voluntad política y diálogo" fue su receta para el entendimiento.
Modular el discurso
La posición actual de Pedro Sánchez contrasta con la que defendió poco antes de acceder a la Secretaría General del PSOE en julio de 2014. Poco antes de ganar las primarias que lo encumbraron como líder del partido, el Sánchez aspirante recorrió Cataluña y mantuvo una serie de pequeños actos con agrupaciones del PSC, con el fin de recabar apoyos y darse a conocer. Y el 25 de junio de 2014, durante una visita a Barcleona, defendió abiertamente el reconocimiento de Cataluña como "nación": "Quiero a Cataluña como nación", dijo entonces.
“No quiero una Cataluña fuera de España, la quiero en la vanguardia de España, yo quiero a Cataluña como nación, respeto sus singularidades y los valores del pueblo catalán. La Constitución española que nosotros queremos renovar debe reconocer la singularidad de la nación catalana, debe reconocer sus competencias exclusivas en materia económica, lingüística y cultural", reiteró el ahora líder de los socialistas, que además apostó por procurar a Cataluña un trato fiscal "específico, singular" para evitar el "choque de trenes" entre Cataluña y el resto de España.
No es esta la única ocasión en la que Sánchez se expresó acerca de la fórmula con la que debería definirse a Cataluña. En febrero de este año, por ejemplo, opinó que "el debate en Cataluña no es solamente si es nación o no" sino que también son importantes "cuestiones económicas y sociales". Pero ha sido en la antesala de la campaña del 27-S y en la recta final hacia las elecciones catalanas cuando más se ha escuchado hablar al líder de los socialistas sobre esta cuestión.
"Me siento catalanista", proclamó el 6 de septiembre en Tarragona, un día antes de afirmar, preguntado por si Cataluña es o no nación, que "en Cataluña no hay ahora mismo un problema de definición, sino de convivencia y de fractura económica, social y emocional". En reiteradas ocasiones Sánchez ha reivindicado la conocida como Declaración de Granada, que data de 2013 y donde PSOE y PSC sellaron un pacto por la reforma de la Constitución en clave federal y renunciaron a la inclusión de términos como "Estado plurinacional".
El actual Estatuto de Cataluña recoge en su preámbulo que el Parlament catalán definió "a Cataluña como nación", mientras que en el artículo 1 se define a Cataluña como "nacionalidad". El texto del resto de autonomías emplea fórmulas como "nacionalidad histórica" (Andalucía, Aragón, Baleares, Comunitat Valencia, Galicia), "comunidad histórica" (Asturias, Cantabria), "comunidad histórica y cultural" (Castilla y León), "nacionalidad" (Canarias, Cataluña) o "entidad regional histórica" (Murcia).
El debate de los expertos
En paralelo a las declaraciones del candidato a la Moncloa del PSOE, el grupo de expertos que los socialistas conformaron en julio para diseñar la reforma de la Carta Magna continúa debatiendo sin que, hasta la fecha, se haya alcanzado un consenso definitivo entre todos sus miembros. Tras el intercambio de diferentes borradores, este miércoles se celebró la primera reunión física de ese grupo de trabajo. Al igual que ocurrió durante la elaboración de los documentos previos, el punto central del debate fue el encaje de Cataluña.
La propuesta de reforma constitucional del PSOE no define a Cataluña como “nación” ni a España como “Estado plurinacional”
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Varios de los expertos, los próximos a tesis más catalanistas –entre quienes figura el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona Xavier Arbós–, creen que debería definirse a España como "Estado plurinacional" en la reforma. A favor de esas ideas está el argumento de que para el PSC, en Cataluña, sería más fácil transmitir la idea de una España federal con esa definición en la Ley Fundamental como telón de fondo.
Por contra, el resto de constitucionalistas opinan que esa fórmula implicaría un principio de reconocimiento de Cataluña como sujeto político soberano lo que, de forma indirecta, podría facilitar la defensa del denominado derecho a decidir. En una primera fase, este segundo grupo de sabios dio el visto bueno a la petición del resto de hablar de "pluralidad de identidades nacionales" en lugar de simplemente "pluralidad de identidades", pero por ahora su deseo es no ir más allá.
Desde la dirección del partido se transmitió al consejo de sabios el mensaje de que "no hay prisa" para aprobar un texto definitivo, así que el debate continúa. Y habrá otra reunión en persona en próximas fechas. El compromiso de Sánchez es presentar la propuesta de reforma constitucional antes de las generales e integrarla en el programa electoral con el que los socialistas concurrirán a las próximas elecciones generales. Sobre plazos concretos nada se sabe por ahora, a la espera de que los constitucionalistas pacten una versión final y la remitan Ejecutiva del partido.