La situación en el PP
Pablo Casado, el principal objetivo de las críticas de Moncloa
Las relaciones entre Gobierno y Partido Popular no estuvieron muy bien engrasadas en la pasada legislatura. Es más, afloraron bastantes enfrentamientos y no era raro ver cómo partido y Ejecutivo se pasaban la pelota de algunos temas, sobre todo los relacionados con la corrupción, sin querer asumirlos. Ahora, con el Gobierno en funciones, asistimos a un nuevo capítulo de estos desencuentros que tiene como protagonistas al entorno de la vicepresidencia del Gobierno y a los vicesecretarios. De todos ellos, es Pablo Casado el que más incomoda en La Moncloa, según las fuentes consultadas por infoLibre. No en vano, es él quien más ha representado al partido en debates y tertulias de televisión precisamente por su papel de responsable de Comunicación.
"Quien busque cualquier división, fractura o pelea en el Partido Popular o entre el Partido Popular o el Gobierno pincha en hueso. [...] Estamos unidos en el liderazgo de Mariano Rajoy y en el proyecto político que debe vertebrar toda España. No hay ningún tipo de división [...] Los miembros del Gobierno han hecho un trabajo ingente". Así hablaba este lunes en rueda de prensa la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, en un intento de zanjar las informaciones sobre la existencia de malestar en un sector del Gobierno con el papel que en los últimos meses han desempeñado los nuevos vicesecretarios del partido, esos dirigentes a los que Mariano Rajoy ascendió a la cúpula el pasado junio tras la debacle electoral en las municipales y autonómicas.
El gesto de Levy chocaba con algo que no hizo Soraya Sáenz de Santamaría el pasado viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando se le preguntó por una información del diario El Mundo, en la que se adelantaba el enfado de Moncloa con los más jóvenes del PP, sobre todo a cuenta de la reacción a los escándalos de corrupción. En vez de negar las desavenencias, la mano derecha de Rajoy en el Gobierno recalcó que el Ejecutivo "ha llevado medidas muy contundentes" para frenar la corrupción. "Al final los hechos son muy importantes. Las palabras, desde luego, pero los hechos también", un dardo a los nuevos que tiene un destinatario principal: el responsable de Comunicación, Pablo Casado.
Un asunto "muy puntual"
Al entorno de los vicesecretarios no le preocupa este tipo de roces. Las fuentes consultadas por infoLibre subrayan que preferirían no tener que estar distraídos con este tipo de cuestiones, pero aseguran que es una cuestión "muy puntual" que no tiene "mayor recorrido".
"Todos los llamados nuevos, sobre todo Pablo porque le ha tocado más ese papel, han defendido al partido en los escenarios y en los lugares más difíciles. Y no hay más debate. Si se comete un error, se reconoce. De lo contrario, a seguir avanzando", valora un destacado miembro del Comité de Dirección del PP.
"Es una especie de 'ataque de cuernos', una pataleta de quienes siempre han tenido todo el protagonismo y ahora, con el Gobierno en funciones, se ven fuera de la primera línea", interpreta un veterano dirigente regional del PP. De ahí que no sólo haya que entender esta cuestión en clave sucesoria o en el contexto de que al entorno más próximo a Rajoy le molesta el discurso de mayor contundencia contra la corrupción de dirigentes como Casado o el responsable de Sectorial, Javier Maroto. "Es muy duro que siempre hayas tenido tú la pelota y que vengan otros, jueguen y encima metan goles", añade.
Postura "no coherente"
La misma fuente opina como un nutrido número de dirigentes conservadores consultados para elaborar esta información: que el malestar parte de Santamaría aunque después hayan podido sumarse otros cargos de Presidencia del Gobierno. Ella misma lo dejó entrever el viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando señaló que "si ahora los 40 son los nuevos 30 y estos son jóvenes, estoy encantada por la parte que me toca, que soy de la quinta de alguno de ellos". Una forma de reivindicarse.
infoLibre intentó a lo largo de la tarde del lunes, sin éxito, obtener la versión del equipo de la vicepresidenta del Gobierno en funciones al respecto.
Quienes en el PP defienden la tarea de los vicesecretarios sin fisuras señalan, en referencia a Santamaría, que "no se puede soplar y sorber al mismo tiempo". En definitiva, que "no es coherente" esquivar todas las preguntas sobre corrupción y remitir al partido y que cuando llega alguien, en alusión a los vicesecretarios, y no se pone de perfil, se le critica. Y consideran que los críticos con la tarea de "los Casado, los Maroto y Eva [es Andrea] Levy", como los definió Rajoy, pierden de vista que el Gobierno y el partido son la misma cosa.
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En un sector del PP, Pablo Casado ha sido siempre visto con recelos. Excolaborador de José María Aznar y expresidente de las Nuevas Generaciones del PP de Aguirre, reunía todos los ingredientes para que los marianistas tuvieran dudas sobre el papel que iba a desempeñar. Él, consciente del terreno que pisaba, no ha dado ningún tipo de pábulo a estos asuntos. Pero no ha podido evitar que el expresidente del Gobierno y presidente de FAES le señalara como su candidato favorito a liderar el PP. O que medios de comunicación que actúan de referente para el electorado conservador le ubiquen como el futuro del PP. "En parte por ahí, además de por la presencia mediática, pueden venir lo que está pasando estos días en el PP".
Pese al intento de sectores minoritarios de erosionar el liderazgo de Rajoy y de demandar la convocatoria inmediata de un congreso, el debate sucesorio en el PP no está abierto. La opinión más extendida es que si el actual jefe de los conservadores es relevado lo será por dirigentes de una generación anterior a la de Casado. Él ahora tiene 35 años.
En los últimos meses los vicesecretarios han recorrido gran parte de España. En las conversaciones que han mantenido con militantes, simpatizantes y otros dirigentes han escuchado de forma recurrente que en ellos está el reto de trasladar la imagen de un PP más moderno y pegado a la calle. Ahora, a estos mensajes, se suman los recelos que provocan en Moncloa, donde se les ha apodado como los "limpios y puros", según informó El Mundo.