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Elecciones autonómicas

¿Qué se juegan los partidos en las elecciones del 25S?

¿Qué se juegan los partidos en las elecciones gallegas y vascas del 25S?

Las elecciones en País Vasco y Galicia del próximo 25 de septiembre se plantean claves para definir en qué situación se encuentra el escenario político. Más allá de sus posibles efectos en la formación de Gobierno a nivel nacional, lo que definirá si los resultados son un triunfo o una derrota depende de las aspiraciones y la situación de la que parten los partidos: el PP aspira a seguir gobernando en Galicia y a no pasar a la irrelevancia en Euskadi, mientras que el PSOE busca sacar a los conservadores de la Xunta y no perder su condición de segundo partido, además de amortiguar la caída en el País Vasco. Podemos, por su parte, aspira a convertirse en segunda fuerza en ambos territorios, mientras que Ciudadanos tiene como meta conseguir representación en los dos parlamentos autonómicos.

Con la formación de Gobierno a nivel estatal estancada, los focos se dirigirán durante las dos próximas semanas a Galicia y País Vasco, comunidades en las que la campaña empieza a las 00.00 de este viernes pero que llevan de precampaña ya varias semanas. En Euskadi, la actualidad gira fundamentalmente en torno a la imposibilidad de que el candidato de EH Bildu, Arnaldo Otegi, pueda presentarse a los comicios, mientras que en Galicia la duda principal es si el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, revalidará su mayoría absoluta.

A continuación, infoLibre realiza un análisis detallado de lo que se juegan los principales partidos en ambas comunidades.

País Vasco

PNV

Los nacionalistas vascos tienen al alcance de la mano repetir su victoria de 2012 en las próximas elecciones. Ese año, el PNV obtuvo un 34,6% de los votos y 27 escaños, un resultado casi diez puntos por encima del que consiguió EH Bildu –que además ocupa seis actas menos que el PNV–, y todas las encuestas apuntan que los nacionalistas serán los claros vencedores de unos comicios en los que, no obstante, la duda estará en saber si obtendrán la mayoría suficiente para gobernar.

En la actualidad, el Gobierno liderado por el lendakari Íñigo Urkullu está únicamente sustentado por los 27 escaños de su partido –de 75 que tiene el Parlamento Vasco–, si bien ha conseguido sacar adelante los presupuestos autonómicos (a excepción de los de 2013) gracias a pactos con PP y PSE. Y quizá dependa de ellos tras las próximas elecciones, ya que la entrada de Elkarrekin Podemos –la coalición de Podemos con Ezker Anitza, la rama vasca de IU– provocaría, según pronostican las encuestas, un descalabro de los socialistas y los conservadores que, no obstante, podría seguir sirviendo al PNV para mantenerse en Ajuria Enea.

Pero los nacionalistas vascos –que actualmente controlan la mayoría de los ayuntamientos, las tres diputaciones forales y la Lehendakaritza–, además de la posibilidad de seguir en el Gobierno autonómico, se juegan dar un golpe encima de la mesa demostrando que siguen siendo el primer partido de Euskadi, ya que en las dos últimas elecciones –las generales de 2015 y 2016– fue Podemos (y posteriormente Unidos Podemos) quien se alzó con la victoria, con una diferencia de más de cuatro puntos el pasado junio.

A su favor cuentan con tener al candidato mejor valorado –Urkullu consigue un 6, según la encuesta de Gizaker para EiTB hecha pública este miércoles– y también con haber mejorado su posición desde hace unos meses, ya que el Euskobarómetro de enero pronosticaba que los nacionalistas conseguirían entre 21 y 22 escaños y el sondeo de Gizaker estima que el PNV se quedará en 27 diputados. El barómetro del CIS hecho público este jueves plantea incluso la posibilidad de que los nacionalistas mejoren sus resultados de 2012 obteniendo hasta 28 actas.

EH Bildu

Si para el PNV el objetivo es ganar con solvencia las elecciones, la formación abertzale tiene como meta principal seguir siendo la primera fuerza de la oposición en el Parlamento Vasco. Y es que EH Bildu, que en 2012 obtuvo el 25% de los votos y 21 escaños, se va a jugar la segunda posición con Elkarrekin Podemos, con quien se disputa al electorado soberanista de izquierdas. Por de pronto, la precampaña de EH Bildu está girando en torno a su candidato, Arnaldo Otegi, y la inhabilitación que pesa sobre él para presentarse a las elecciones, ratificada hace unos días por la Junta Electoral y contra la que el partido ha interpuesto un recurso en el Tribunal Constitucional que no ha sido admitido a trámite.

Según la encuesta de Gizaker para EiTB, la formación abertzale se encuentra en un pañuelo con Elkarrekin Podemos, a la que superaría por dos puntos y medio y tres escaños para hacerse con el 20,7% de los votos y 17 actas, un bajón importante con respecto a 2012 que, no obstante, le permitiría seguir siendo segunda fuerza en el Parlamento Vasco. En otros sondeos, no obstante, el resultado está más apretado: es el caso de la proyección del Gobierno vasco de junio, que pronosticaba un empate a 17 escaños entre EH Bildu y Elkarrekin Podemos, y del CIS de este jueves, que plantea un escenario  en el que los abertzale obtendrían 16 escaños, por entre 15 y 16 de la coalición.

En el frente soberanista, no obstante, EH Bildu tendrá que encarar un panorama complicado para sus intereses, ya que el independentismo se encuentra en niveles muy bajos en Euskadi. Según el Sociómetro vasco, la encuesta realizada por la Lehendakaritza, en febrero únicamente el 19% de los encuestados –el mínimo histórico– quería que el País Vasco se independizase, un porcentaje que subió al 23% en el sondeo de junio. 

Elkarrekin Podemos

Para la coalición de Podemos e IU, el objetivo es el mismo que para EH Bildu: ser el segundo partido en el Parlamento Vasco. El partido morado ha ido perdiendo fuerza desde hace unos meses, ya que el Euskobarómetro de enero le daba entre 19 y 21 escaños, una proyección que se redujo a 17 actas en el sondeo de julio del Gobierno vasco y a únicamente 14 según la encuesta para EiTB de este miércoles. No obstante, Euskadi es un territorio especialmente favorable para Elkarrekin Podemos, que ganó las elecciones generales de junio con el 29% de los votos.

Su candidata es Pili Zabala, hermana de José Ignacio Zabala, torturado y asesinado por los GAL en 1983. Con ese perfil, Elkarrekin Podemos busca arañar votos de los sectores soberanistas del electorado para competir con EH Bildu y, además, evitar las tiranteces internas presentando como candidata a una persona que, si bien ha sido impulsada por el sector errejonista del partido –el que domina la dirección vasca–, procede de la sociedad civil y evita tiranteces en Podemos Euskadi, que tiene un sector pablista y otro anticapitalista con un peso muy destacado.

La pugna entre Elkarrekin Podemos y EH Bildu, no obstante, puede tornarse en colaboración después de las elecciones. Y es que una mayoría exigua del PNV no le impediría gobernar –en el Parlamento Vasco no se permiten los votos negativos, y es impensable que el PP se alinee con EH Bildu y Elkarrekin Podemos–, pero sí le situaría en una situación de debilidad que permitiría a las fuerzas de izquierda sumar un importante número de votos en las votaciones parlamentarias.

PSE

La batalla de los socialistas vascos es por amortiguar su caída. Y es que, de los 16 escaños con los que cuentan en el Parlamento Vasco actualmente, podrían pasar a tener únicamente ocho, según la encuesta difundida este miércoles por EiTB y también según el barómetro preelectoral del CIS. Otros sondeos son igual de pesimistas para con el PSE: el del Gobierno vasco de junio pronosticaba que conseguirá nueve actas, las mismas que proyectaba el Euskobarómetro de enero. 

Parece claro que los socialistas dejarán de ser tercera fuerza, y su lucha está en mantenerse en el cuarto puesto y no pasar al quinto, ya que la distancia que separa ahora mismo al PSE del PP es prácticamente testimonial: la encuesta de Gizaker para EiTB da un 10,7% de los votos a los socialistas y un 10,3% a los conservadores. Pero a pesar de su descalabro, el papel del PSE en el Parlamento puede ser clave para que el PNV forme una mayoría, ya que los nacionalistas ya gobiernan con los socialistas en ayuntamientos y en las tres diputaciones forales, y los votos del PSE podrían ser claves para otorgar al PNV la mayoría en el Parlamento Vasco.

El resultado del PSE también tiene una lectura interna, ya que su candidata y baronesa autonómica, Idoia Mendia, es uno de los apoyos más decididos del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Por tanto, el previsible mal resultado de los socialistas vascos puede afectar negativamente a Sánchez, que se encuentra en mitad de un fuerte debate interno.

PP

Si los socialistas tienen un panorama sombrío por delante, el de los conservadores no es mucho mejor, aunque es cierto que parten de una posición peor. No obstante, todas las encuestas vaticinan que el PP perderá varios de los diez escaños con los que cuenta ahora mismo en el Parlamento Vasco: la que hizo pública este miércoles EiTB pronostica que conseguirá ocho, los mismos que le da el CIS, y el sondeo del Gobierno vasco de junio proúnicamente siete actas.

Así las cosas, el PP depende de los resultados del resto para poder ser decisivo en Euskadi. Y, aunque en público confían en que el hecho de que el PNV vaya a necesitar su apoyo tras el 25S pueda beneficiarles de cara a conseguir la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, en privado son cada vez más pesimistas porque asumen que no tendrán otra opción que apoyar a los nacionalistas: el otro eventual bloque sería el de EH Bildu, totalmente incompatible con el PP.

Ciudadanos

El partido de Albert Rivera tiene todas sus esperanzas puestas en la provincia de Álava. El sistema electoral vasco establece que cada una de las tres provincias escoge 25 parlamentarios cada una, a pesar de que Álava tiene mucha menos población que Gipuzkoa o Bizkaia, por lo que en ese territorio son necesarios muchos menos votos para obtener un escaño. Eso, unido al hecho de que tradicionalmente en Álava los partidos nacionalistas tienen menos fuerza, da esperanzas a Ciudadanos de conseguir representación parlamentaria.

Las encuestas, en este sentido, no se ponen de acuerdo. El barómetro del CIS pronostica que el partido naranja se quedará fuera del Parlamento Vasco, pero otros sondeos proyectan que podría obtener un acta por Álava a expensas de UPyD, que anunció hace unas semanas que renunciaba a presentarse a los comicios. Así lo expone el sondeo hecho público este miércoles por EiTB y también el del Gobierno vasco de junio, que preveía que Ciudadanos obtendrá un 4% de los votos en Álava y únicamente un 1,7% y un 2,3 en Bizkaia y Gipuzkoa, respectivamente.

Galicia

PP

Para Alberto Núñez Feijóo, el ser o no ser en estas elecciones pasa por revalidar la mayoría absoluta con la que ha gobernado los últimos ocho años. Y es que hay pocas dudas de que el PP se hará con una victoria clara en las elecciones del próximo 25 de septiembre, pero tendrá difícil gobernar si no consigue al menos 38 de los 75 escaños, el límite que marca la mayoría absoluta, ya que en ese supuesto PSdeG, BNG y En Marea podrían pactar para desalojarlo de la Xunta.

El barómero preelectoral del CIS hecho público este jueves pronostica que Feijóo revalidará su mayoría absoluta. Por el contrario, según el sondeo que preparó Sondaxe para La Voz de Galicia el pasado 28 de agosto, los conservadores se quedarían a un escaño de esa marca y lejos de las 41 actas que obtuvieron en el año 2012. Eso les impediría gobernar a no ser que Ciudadanos obtenga representación, como pronostica NC Report en su sondeo para La Razón, que plantea que el partido naranja tendrá dos escaños y que el PP obtendría 39. Y es que Albert Rivera lo dejó claro hace unos días: "Si Feijóo no logra la mayoría y depende de nosotros, Galicia tendrá gobierno", afirmó.

No obstante, los votos que puede perder el PP en favor de Ciudadanos pueden jugarle una mala pasada si el partido naranja no consigue escaño, ya que podrían restarle los apoyos necesarios para conseguir la mayoría absoluta. Por ello, el discurso público de los conservadores se está dirigiendo a los votantes de Ciudadanos: la última llamada ha sido del secretario general del PP autonómico, Miguel Tellado, que aseguró hace unos días que "en Galicia el candidato de Ciudadanos se llama Alberto Núñez Feijóo".

En Marea

La batalla de En Marea es otra: si el PP pelea por ganar las elecciones con mayoría absoluta, la coalición de Anova, IU y Podemos busca convertirse en la fuerza hegemónica de la izquierda en Galicia para tratar de liderar un hipotético Gobierno que desalojase a los conservadores de la Xunta. Y, según la encuesta de Sondaxe para La Voz de Galicia, lo conseguirá: el sondeo pronostica que la coalición obtendrá 18 escaños y el 23,8% de los votos, por los nueve diputados y el 13,9% que obtuvo Alternativa Galega de Esquerdas –la alianza de Anova e IU– en 2012. 

La encuesta de NC Report para La Razón, sin embargo, relega a En Marea al tercer lugar en el Parlamento de Galicia, con sólo 15 actas, y el CIS es el más cauto, ya que refleja lo estrecho de las diferencias entre PSdeG y En Marea pronosticando un empate. Y es que el orden en el que terminen quedando posicionados los partidos de la izquierda tiene efectos más allá de las elecciones gallegas, ya que un acuerdo entre PSdeG, En Marea y BNG para hacer presidente de la Xunta a Xoaquín Fernández Leiceaga o a Luis Villares, sostienen fuentes de En Marea, podría ser utilizado por Unidos Podemos en el Congreso para reforzar su discurso de que es posible un acuerdo entre PSOE y la coalición con el apoyo de los nacionalistas.

Además, un eventual sorpasso de En Marea al PSdeG serviría para decantar la particular lucha que mantienen los socialistas y la coalición desde las elecciones generales de diciembre. En los comicios del 20D fue En Marea quien se llevó el gato al agua, ya que consiguió el 25% de los votos por el 21,3% del PSdeG, pero los socialistas dieron la vuelta a la tortilla el 26J al obtener un 22,25% de los sufragios, mientras que la coalición tuvo que conformarse con el 22,18%.

PSdeG

El PSdeG es la otra cara de la moneda en la batalla por el liderazgo de la izquierda en Galicia. Los socialistas buscarán mantener el segundo puesto que ya obtuvieron en las pasadas generales y evitar verse superados por En Marea, con quien, en caso de que Feijóo no obtenga la mayoría absoluta, deberán entenderse para buscar una coalición de izquierdas. Quizá por ello, ni unos ni otros están siendo especialmente duros con su rival de la izquierda en campaña, a pesar de que hay una competencia directa entre Villares y Leiceaga por la Presidencia de la Xunta si Feijóo no logra los apoyos necesarios.

Las encuestas se muestran divididas sobre el lugar que terminará ocupando el PSdeG en el Parlamento de Galicia. Sondaxe pronostica que los socialistas caerán de los 18 escaños con los que cuentan ahora mismo a tan sólo 15, lo que les haría perder el segundo puesto, pero el sondeo de NC Report para La Razón es más optimista para con el PSdeG: según su proyección, el partido obtendría 17 diputados y el 19,1% de los votos, lo que le serviría para seguir siendo segunda fuerza pero no para conformar una alternativa de izquierdas. El CIS, por su parte, le da 16 escaños, por entre 15 y 17 de En Marea.

Los problemas de Xoaquín Fernández Leiceaga, se acumulan sin embargo dentro de su propio partido. Y es que el candidato fue elegido tras un proceso de primarias en el que pesos pesados del socialismo gallego –entre ellos el exministro Jose Blanco, el exsecretario general del PSdeG Pachi Vazquez o el alcalde de Vigo, Abel Caballero– apoyaron a su rival, si bien Leiceaga contó con el respaldo de Pedro Sánchez. Por tanto, un buen resultado supondría un espaldarazo para el secretario general, pero un batacazo provocaría que se recrudecieran las críticas internas que encabeza Caballero, muy molesto al haber perdido el pulso con Sánchez por la designación de las listas para los comicios autonómicos.

BNG

Los nacionalistas parecen tener garantizada la representación, después de dos batacazos seguidos en las elecciones generales de diciembre y junio: en las primeras obtuvieron un 4,32% de los votos, mientras que en las segundas se quedaron en el 2,89%. En ninguno de los dos comicios el BNG obtuvo actas en el Congreso, pero las elecciones autonómicas son harina de otro costal para los nacionalistas, que seguirán siendo casi con total seguridad la cuarta fuerza del Parlamento de Galicia.

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Así lo reflejan las encuestas. Según la publicada por La Voz de Galicia hace unos días, el BNG se quedaría con cinco diputados –ahora tiene siete– y un 7,4% de los votos, por las siete actas y el 10,1% que obtuvo en 2012, cuando ya fue superada por AGE, lo que supuso un duro golpe para el partido. NC Report en La Razón también pronostica que los nacionalistas conseguirán representación: en este caso, no obstante, el sondeo únicamente da al BNG dos diputados, los que corresponden al 5,3% de los votos. La importancia del BNG, no obstante, se vería reforzada si Feijóo no consigue la mayoría absoluta (o si, en caso de que Ciudadanos consiga representación, el PP no suma con el partido naranja), ya que sería clave para la formación de un Gobierno de izquierdas.

Ciudadanos

La pelea del partido naranja es por entrar en el Parlamento de Galicia. Si había dudas sobre el apoyo de Ciudadanos al PP si consigue representación, Rivera se encargó de despejarlas hace unos días, pero en campaña la formación tendrá que buscar su propio perfil, ya que los sondeos vaticinan que tendrán un resultado muy ajustado a la hora de obtener escaño. Según el barómetro del CIS de este jueves, será en Pontevedra –la provincia donde más débil es el PP– donde Ciudadanos se jugará el todo por el todo.

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