El futuro del PSOE
Los críticos tienen “casi aseguradas” 17 dimisiones en la Ejecutiva del PSOE y presionan para sumar la definitiva
Los cargos críticos con Pedro Sánchez siguen decididos a poner fin a su etapa al frente del PSOE y, en consecuencia, están explorando todas las vías posibles para conseguirlo incluso antes del Comité Federal convocado este sábado para discutir sobre la pertinencia de celebrar primarias para elegir secretario general el 23 de octubre y un congreso a principios de diciembre. Una de esas vías es la dimisión de la mayoría de los miembros de la Ejecutiva del partido (el órgano de dirección), lo que, según los estatutos, conlleva el cese de la dirección.
Pues bien, los desafectos a Sánchez aseguran tener "prácticamente aseguradas" 17 dimisiones en la Ejecutiva, tal y como aseguran a infoLibre fuentes de este sector crítico. En todo caso, el sector que lidera Susana Díaz no ha decidido todavía si optará por la dimisión masiva o buscará la salida de Sánchez en el Comité Federal.
De la Ejecutiva forman parte, actualmente, los 26 dirigentes que tienen áreas de responsabilidad más nueve vocales sin cartera asignada. En total, 35 pesonas. No obstante, hay otros tres dirigentes que formaron parte de ella en el pasado pero que ya no están en este órgano. Se trata del fallecido Pedro Zerolo y los dimisionarios José Ramón Gómez Besteiro y Javier Abreu. Incluyendo a estos tres dirigentes el número de miembros de la Ejecutiva alcanzaría los 38.
La cuestión es que ambos sectores –afines y detractores de Sánchez– discrepan sobre el número de dimisiones necesarias para forzar su caída en la Ejecutiva. Si sólo se tuvieran en cuenta a los 35 dirigentes actuales, como sostienen los afines a Sánchez, serían necesarias 18 firmas para tumbar al secretario general. Mientras que, si como defienden los críticos, los cálculos se hicieran incluyendo a Zerolo, Gómez Besteiro y Abreu las firmas necesarias serían 20.
Dado que los críticos aseguran tener ya 17 firmas y estos tres últimos dirigentes ya no forman parte de la Ejecutiva, a los partidarios de derrocar a Sánchez ya les darían los números, siempre según su interpretación de los estatutos.
Presiones a Montón y Jiménez
No obstante, para garantizar que logran su objetivo en cualquier caso, los críticos quieren tener la promesa de dimisión de 18 dirigentes de la Ejecutiva actual. De ahí que estén presionando para sumar a su plan a la consejera de Sanidad valenciana, Carmen Montón, y al exlíder del partido en Navarra, Roberto Jiménez, según ha podido confirmar infoLibre. Les bastaría con que uno de ellos accediese a dimitir para llegar al objetivo de las 18 dimisiones.
Este periódico ha intentado, sin éxito, conocer la versión de Carmen Montón y Roberto Jiménez. La primera es consejera de Sanidad del Gobierno valenciano de Ximo Puig, uno de los barones alineados contra Sánchez. El segundo fue el líder del PSOE navarro y, en su día, perteneció al sector de la ex ministra Carmen Chacón, que también defiende la necesidad de que Sánchez deje su cargo. Por eso, en el sector crítico creen que esos dos miembros de la Ejecutiva pueden ser "más permeables" a las presiones.
En la reunión de la permanente de la Ejecutiva del PSOE celebrada el pasado lunes, Montón no habló mientras que la intervención de Jiménez sorprendió positivamente a los próximos a Sánchez ya que defendió que no le gusta un congreso ahora, pero que la decisión la tiene que tomar el Comité Federal.
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Fuentes del entorno de Jiménez confirmaron a infoLibre, este miércoles a mediodía, que mantiene su misma posición: no piensa dimitir porque considera que eso supone "la implosión del partido" y no es la forma "correcta de hacer las cosas, con independencia de que el secretario general sea Pedro Sánchez o Susana Díaz". Eso sí, en caso de que el Comité Federal desautorizase la propuesta de celebrar ya el congreso y Sánchez no dimitiese, la situación cambiaría. "En ese supuesto sí que dimitiría al entender que el Comité Federal estaría echando a la Ejecutiva", explican esas mismas fuentes.
La decisión de activar la carta de la dimisión masiva de los miembros de la Ejecutiva es "muy sensible", como admiten partidarios de Susana Díaz, y por eso la decisión no está tomada, aunque consiguiesen las firmas necesarias.
Los afines a Sánchez creen esa dimisión es un auténtico "golpe interno" y que tendría un fuerte impacto en términos de imagen entre la militancia. Los detractores del secretario general, sin embargo, recuerdan que a Sánchez no le tembló el pulso para hacer algo similar cuando, en febrero de 2015, destituyó al líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, y montó una gestora.