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Entrevista

Rita Maestre: “Podemos tiene que renunciar a ser una fuerza de protesta y resistencia”

Rita Maestre: "Podemos tiene que renunciar a ser una fuerza de protesta y resistencia"

Rita Maestre (Madrid, 1988) recibe a infoLibre en la oficina de campaña en la que su candidatura, Adelante Podemos con la gente, trabaja durante los días previos a la votación interna en la que se decidirá quién será el próximo secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid, en sustitución de Luis Alegre. La entrevista se realizó el jueves, apenas un día después de que el principal rival de Maestre, el senador Ramón Espinar, se viera salpicado por la noticia de que ganó dinero con la venta de un piso protegido en 2011 y saliese a dar explicaciones. Unas explicaciones que, para Maestre, son suficientes. "Es mi compañero y le creo", afirmará durante la entrevista la candidata.

No obstante, Maestre muestra a las claras sus diferencias políticas y estratégicas con la lista que encabeza Espinar, que ha afirmado que Maestre representa el ala moderada de Podemos. "Las palabras grandes o las declaraciones grandilocuentes, si no tienen capacidad efectiva de modificar una correlación de fuerzas, no sirven", se defiende la que, desde el año pasado, es también portavoz del Ayuntamiento de Madrid. Y tampoco se muestra de acuerdo Maestre con que estas primarias sean la antesala del congreso que tendrá lugar en Podemos a nivel estatal en unos meses: "Sería tener poco respeto con los militantes del resto del Estado".

Este diario ha solicitado al equipo de Espinar una entrevista con el candidato para los próximos días, antes de que finalice el proceso de elección del secretario general, que comienza este mismo sábado y se extenderá hasta el miércoles.

PREGUNTA: Ya se ha votado la hoja de ruta política para Podemos en la Comunidad de Madrid, y aunque sus documentos han ganado en la mayor parte de las categorías, los votantes han elegido el documento político-estratégico de Ramón Espinar ¿Cómo se pueden conjugar ambas visioneslos votantes han elegido?

RESPUESTA: El documento político-estratégico es algo así como un planteamiento de líneas generales, que después se desarrollan en los documentos que ganó Adelante y que establecen cual tiene que ser la relación con los círculos, con las candidaturas de unidad popular o la política de feminismo de la organización. La hoja de ruta política está bastante clara, y los inscritos han votado de forma clara por los documentos de Adelante Podemos. Pero no hay ningún asunto sobre el que exista una divergencia fundamental entre los dos planteamientos, porque el documento político-estratégico era un documento de líneas fundamentales sobre las que estamos de acuerdo, porque estamos en la misma organización.

P: ¿Qué piensa sobre el debate calle-instituciones? ¿Está de acuerdo con lo que dice Pablo Iglesias sobre que, si no se gobierna, estar en las instituciones sirve de poco?lo que dice Pablo Iglesias

R: Nosotros decidimos hace dos años presentarnos a las elecciones y la consecuencia automática de presentarse a las elecciones y conseguir apoyo popular es entrar en las instituciones. Por lo tanto, cuando hicimos una apuesta política tan clara como fue la fundación de esta fuerza política, entendíamos que las instituciones tienen un valor añadido, que tenía sentido estar allí. Por eso nos presentamos a una institución que teníamos tan pocas esperanzas de gobernar como el Parlamento Europeo, porque estar en las instituciones permite trabajar en la agenda política algunas cosas que no se pueden trabajar desde fuera. No hay que elegir, pero estar en las instituciones sirve para visibilizar temas, luchas, necesidades o demandas que, si no fuera por la entrada de Podemos a los parlamentos, probablemente no hubieran llegado nunca.

P: Póngame un ejemplo concreto

R: Si fuera suceden cosas que no entran en la institución, hay menos capacidad para proponer políticas públicas concretas. Por ejemplo, hoy [por el jueves] en el Parlamento de Aragón se ha aprobado una ley por la que las grandes compañías eléctricas no pueden cortarle la calefacción y la energía a las familias. Eso ha sido impulsado por Podemos, que es una fuerza que está en la oposición. Creo que es una constatación de que dentro de la institución se pueden hacer cosas. ¿Se pueden hacer todas? No. ¿Es mucho más fácil cuando uno está en el Gobierno? Por supuesto. Pero hay que saber conjugar distintos niveles: el de movimiento popular, el de la calle, pero también el de la institución.

P: Podemos lleva semanas diciendo que quiere convertirse en el primer partido de la oposición. En la Comunidad de Madrid, ¿qué debe hacer para ello?

R: Creo que hay un ejemplo claro: en la campaña de las municipales, en cuya coordinación yo participé, tomamos una decisión táctica clara, que fue confrontar con el único modelo realmente opuesto al nuestro, que era el del PP. No hablar del PSOE, no interactuar con [su entonces candidato, Antonio Miguel] Carmona, ignorar a una fuerza política que entendimos que no tenía el empuje que tenía la nuestra. Creo que fue una decisión que permitió visibilizar que había dos modelos: el de Ahora Madrid (asimilable al de Podemos), y el del PP. Ésta es la línea correcta, es lo que tenemos que hacer también en la Comunidad de Madrid, y tenemos que ser capaces de escuchar, percibir y recoger los problemas fundamentales de los madrileños. En estos meses nos hemos visto envueltos en una discusión casi politológica sobre las formaciones, la estabilidad y la gobernabilidad, cuando lo cierto es que en nuestra comunidad sigue habiendo desahucios, sigue habiendo salarios de miseria, precariedad juvenil, etc. Podemos tiene que conseguir articular una mayoría en torno a esas demandas, que son susceptibles de convertirse en mayoritarias, y para eso tiene que renunciar a ser una fuerza de protesta y resistencia, tiene que apostar por la voluntad de generar una mayoría social alternativa, tiene que demostrar solvencia y generar confianza en que podríamos hacer una cosa distinta.

P: ¿Esa intención de ignorar al PSOE prefigura su actitud con respecto a los pactos con ellos?

R: Nosotros creemos que la relación con el PSOE tiene que ser una relación laica, es decir, una relación en la que se analice la correlación de fuerzas en cada municipio y en la que no se decrete desde arriba, sino que se escuche la valoración que hacen del PSOE las candidaturas de unidad popular a nivel municipal, y se tenga en cuenta para tomar decisiones al respecto. Es un error que una fuerza política dirigente como es Podemos, joven, que lleva dos años colocando los temas, las palabras y los imaginarios que han articulado la vida política de nuestro país, debata de forma obsesiva sobre cómo debe ser su relación con una fuerza en decadencia, que pierde voto urbano y joven, como es el PSOE. Debe ser al revés, nosotros debemos llevar la iniciativa, jugar a la ofensiva para arrastrar al PSOE hacia nuestras posiciones, como se ha hecho en los ayuntamientos del cambio.

P: ¿Y qué piensa de una eventual confluencia con IU de cara a 2019?

R: En general, creo que es un error entender la confluencia como una suma de las partes, porque creo que precisamente en los lugares donde los espacios de encuentro han sido más exitosos es en aquellos donde no nos conformamos con ser una suma de las partes que estaban ya organizadas. No se trataba de sumar mis cuatro y tus dos, sino de que con los cuatro de uno, los dos de otro y los tres de otro, sumásemos a mucha otra gente en el proceso, sumásemos a la ciudadanía, a la sociedad civil y a los actores sociales isn representación política. Esa es la confluencia interesante, la que multiplica, y eso es lo que tenemos que hacer en la Comunidad de Madrid con ese actor político y con los demás. Me parece, de todas maneras, que está lejísimos, que es un debate que no está ahora mismo presente en Podemos en la Comunidad de Madrid.

P: Desde algunos sectores del propio Podemos se ha planteado que ustedes forman parte de una corriente más moderada. ¿Es Rita Maestre la candidata del Podemos moderado?se ha planteado

R: Creo que es un debate bastante aburrido el de la moderación y el de la radicalidad, profundamente antiguo, el debate de siempre en la izquierda.

P: Pero está ahí.

R: Yo creo que no. El 15M contribuyó a apartar esa cuestión, entre otros muchos debates y palabras de la discusión de la izquierda histórica. Lo que puso encima de la mesa el 15M es que las etiquetas, los adjetivos, las chapas y las pegatinas que cada uno nos ponemos a nosotros mismos no sirven de nada si no tenemos la capacidad real de cambiar las cosas, y por lo tanto radical o moderado no son palabras que uno se ponga a sí mismo o le pongan los demás, es tu capacidad real o no de cambiar algo en la esfera política en la que tú trabajas. Radical significa que tu acción política tenga alguna efectividad, algún resultado. Lo contrario, por muchas etiquetas o banderas que uno se ponga a sí mismo o le ponga a los demás, no es ser radical. Por eso es una discusión que me suena a antigua, y hago lo posible por abandonarla, porque creo que es una concepción previa a la irrupción del 15M y a la aparición de Podemos, por la cual el tablero político está ya definido en una escala del 0 al 10 y uno tiene que colocarse en unas posiciones fijas. Cuando ese tablero estaba estipulado así y el 0 era la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha, no existía una capacidad de organizar una mayoría alternativa a las políticas del PP y del PSOE, que eran exactamente las mismas durante la crisis. En ese tablero sí caben los conceptos de moderación o radicalidad, pero esas categorías ya no nos sirven porque no son capaces de generar ruptura, no son capaces de convencer más allá de las etiquetas, y nosotros renunciamos a esas etiquetas.

P: ¿Cuál sería su primera decisión, la más urgente, si fuera elegida secretaria general?

R: Poner en marcha una acción clara de coordinación entre los distintos espacios: círculos, consejos territoriales, consejos municipales, círculos sectoriales… Llevar a cabo un engrasamiento de la organización, que ahora funciona de forma más bien dispersa. Y también creo que hace falta de forma urgente un trabajo de dinamización política de los círculos y espacios de participación, un calambrazo nuevo, al que lleguemos a través de una asamblea ciudadana para decidir cuales son nuestros objetivos y nuestra hoja de ruta política.

P: ¿Una asamblea a nivel estatal?

R: No, autonómico. Una de las propuestas que han sido aprobadas por los inscritos es la Asamblea en movimiento, que consiste en ponerle perspectiva política al trabajo cotidiano, una vez superada la fase de las campañas electorales en la que hemos estado durante estos dos años. Y eso hay que hacerlo empezando por abajo, en la discusión de los círculos. Lo que nosotros hemos planteado, y los inscritos han votado, es que una vez al año nosotros nos dotemos de una hoja de ruta política con objetivos concretos. Esa tarea es urgente: salir del ensimismamiento propio de estos últimos meses, en los que hemos hablado mucho de Podemos, porque tenemos que empezar a hablar de la sociedad madrileña, de lo que necesita, y de cómo podemos seguir trabajando para articular una mayoría más fuerte.

P: Si ganan las primarias, ¿formará una ejecutiva con miembros de la candidatura de Espinar?

R: Habrá que ver cómo salen las primarias, qué apoyo tiene cada quién y cómo queda configurado finalmente el Consejo Ciudadano, pero sí, mi apuesta es clara por la integración. Hemos defendido el sistema proporcional de elección, que venía de Reinicia [el proyecto de los anticapitalistas, que se fusionó con la lista de Ramón Espinar]. Nosotros incluimos las buenas ideas vengan de donde vengan, y creemos que esa idea recoge un espíritu generalizado en Podemos en la Comunidad de Madrid, que es el de que hace falta acabar con una cultura de la plancha, que pudo ser útil en un momento en el que teníamos que construir una máquina de guerra electoral muy eficiente, muy rápida y muy ágil. Lo que la organización demanda ahora es que se integren las diferencias.

P: Pero ese sistema proporcional de elección del que habla finalmente no se va a poder aplicar porque la Comisión de Garantías estatal no lo ha permitido. Ustedes, de hecho, pidieron a la ejecutiva estatal que rectificase esa decisión. ¿Cree que se está pervirtiendo la voluntad de los inscritos?

R: Pervirtiendo no, pero no respetando, sí. Nosotros hemos dicho claramente a la Comisión de Garantías que respetara la que ha sido la decisión del 90% de los inscritos de Podemos en la Comunidad de Madrid, que han participado en este proceso y han dicho de forma abrumadora que apostaban por un método proporcional. Y, por lo tanto, reivindico que esa decisión democrática sea respetada.

P: ¿Cree que hay algún componente político en la decisión de la Comisión de Garantías?

R: Espero que no, porque Garantías debería ser un órgano imparcial que medie en los conflictos en la organización, así que sería preocupante.

P: ¿Pero usted lo piensa?

R: No tengo elementos para valorarlo.

P: ¿Cree que los órganos estatales de Podemos se están manteniendo neutrales en el proceso de primarias en la Comunidad de Madrid?

R: Siempre es complicado el posicionamiento en un proceso que está teniendo tanto seguimiento como el madrileño, así que espero que sean neutrales.

R: ¿Pero cree que lo están siendo?

R: Es complicado. Los matices son siempre difíciles de medir.

P: Ustedes incluyen en su lista a varios de los dirigentes que dimitieron de la anterior dirección. ¿Por qué piensa que son las personas más adecuadas para resolver las diferencias que ha habido en el pasado?dimitieron de la anterior dirección

R: Personas que hayan formado parte del ciclo anterior hay en todas las candidaturas. Lo que nosotros hemos hecho en Adelante es apostar por superar las diferencias que previamente han generado tantos conflictos en la organización, por eso es una candidatura que, desde el primer momento, escenificó el encuentro de personas que venían de lugares distintos y que tenían la voluntad de abandonar una fase de conflictos y apostar por una fase de entendimiento. Y eso es lo que hemos hecho tanto durante la campaña, en la forma de debatir y entendernos con el resto de los equipos, como en nuestro proyecto político, que ha tenido el favor mayoritario de los inscritos.

P: ¿Ve el proceso de Madrid como un preludio del congreso estatal que se celebrará en unos meses, el Vistalegre 2?un preludio del congreso estatal

R: No lo veo así. Que los debates vayan a ser similares no significa que sea un preludio de nada, sería tener poco respeto con los militantes del resto del Estado. Asumir que Madrid es una primera parte sería asumir que hay mucha gente que no va a poder tomar partido en esta discusión porque vive en Castilla-La Mancha, por ejemplo. La discusión en Madrid tiene demandas y necesidades que probablemente se den en todo el Estado, pero de lo que estamos hablando aquí es de la Comunidad de Madrid, y suficiente trabajo tenemos aquí como para hablar de siguientes pasos.

P: El proceso está siendo duro, con bastantes alusiones entre compañeros. ¿Cómo ve el día inmediatamente posterior a que se anuncien los resultados? ¿Está garantizado que todos se unan en torno a un proyecto?

R: No creo que esté siendo un debate particularmente duro, al contrario, creo que estamos haciendo un ejercicio de debate entre compañeros que se contrapone de forma evidente a lo que sucedió en el PSOE en las últimas semanas. Por mi parte y la de mi equipo será difícil encontrar declaraciones en las que acusemos, señalemos o incluso critiquemos a otros compañeros; de hecho, cuando a mí me preguntan por qué diferencias hay con otros proyectos, me he negado a señalarlas y he decidido explicar nuestro proyecto en positivo, sin necesidad de nombrar o caricaturizar a los demás. Y eso es una receta que los inscritos aprecian, porque nos diferencia de los partidos viejos, en los que el debate fraterno no existe. Estoy segura de que, una vez que termine esta fase, tendremos todos la generosidad y la honestidad de seguir trabajando por el proyecto.

P: Le pregunto en positivo entonces. ¿Cuáles son las líneas maestras de su proyecto?

R: La primera, conformar un Podemos ganador, que no renuncie a su esencia fundamental, que es la voluntad de ser mayoría y de trabajar para dividir el campo político entre una mayoría y una minoría. Ese es el camino que abrió el 15M, colocando de un lado a la mayoría social y de otro a los poderosos, y creo que Podemos recogió parte de ese trabajo, pero tenemos que seguir haciéndolo, porque hay muchas personas con pensiones indignas, con sueldos bajos o sin empleo que todavía no apuestan por el cambio, y esa es la gente a la que tenemos que convencer y atraer hacia el cambio político.

La segunda clave tiene que ver con un Podemos feminista y feminizado. Estas dos palabras abren muchas vías de trabajo, pero fundamentalmente se resumen en la necesidad de trabajar en una cultura política de consenso, de diálogo y de acuerdo entre compañeros, de integración de las diferencias, de respeto a la pluralidad y de fin de la confrontación entre bloques. La apuesta es clara por una organización en la que asumamos que tenemos diferencias, como en todos los grupos humanos.

Y también hacemos una apuesta firme por la descentralización, por la capacidad de decisión de los municipios y los territorios y la construcción de una instancia intermedia entre las dimensiones municipal y autonómica. Una apuesta por una organización en la que territorios, círculos y municipios tengan mayor capacidad de acción, es decir, de gestión de recursos, de financiación y de herramientas para trabajar políticamente. Además, apostamos por impulsar desde abajo, pero con el apoyo de la dirección, iniciativas para dinamizar la vida política de los círculos y los consejos.

P: Con respecto a la primera de esas líneas, ¿por qué cree que Podemos no ha atraído a ciertos sectores?

R: Hay muchas respuestas a esta pregunta. Una tiene que ver con la desconfianza hacia las organizaciones políticas, de forma generalizada. Hay un mantra conservador según el cual todos los partidos son iguales, y eso se une a la herencia del franquismo sociológico, por la cual se desconfía de la política. Esta especifidad es española y poco a poco se va deshaciendo, porque avanzamos cada vez más en una línea de democratización, según la cual la política no es algo de lo que avergonzarse.

En segundo lugar, creo que se debe a que hacer política no se trata sólo de contarle la verdad a la gente, sino que también se trata de tener la capacidad de articularlo políticamente, de construirlo y generar la confianza en uno mismo y en su propia organización, y probablemente esto aún no lo hemos logrado y es la tarea fundamental del nuevo tiempo.

P: El miércoles saltó la polémica noticia sobre el piso de Ramón Espinar. ¿Qué le han parecido sus explicaciones?sus explicaciones

R: Creo que Ramón demostró desde el minuto uno que en Podemos hacemos las cosas de una manera distinta, tardó muy poco en salir a someterse a una rueda de prensa dura con muchísimas preguntas y respondió a todas ellas. Le conozco desde hace muchos años, es mi compañero y le creo.

P: ¿Qué le parece que compañeros suyos como Irene Montero o Pablo Iglesias hayan dicho que la noticia es una muestra de que es el proyecto de Espinar el que da miedo a las élites?Irene Montero

R: A las élites lo que les da miedo es nuestra capacidad real para cambiar las cosas. Las palabras grandes o las declaraciones grandilocuentes, si no tienen capacidad efectiva de modificar una correlación de fuerzas, no sirven. Y eso es lo que les ha dado miedo a los poderosos desde que empezó Podemos, esa es la línea contra la que han trabajado.

P: ¿Cree, como ha dicho el propio Espinar, que la noticia tiene intención de influir en el proceso perjudicándole? como ha dicho el propio Espinar

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R: Es una noticia que no beneficia a nadie, que no beneficia a Ramón, que no me beneficia a mí, y que no beneficia a nadie.

P: ¿Pero cree que está dirigida a interferir en el proceso?

R: Desconozco absolutamente las razones por las que un medio de comunicación saca una noticia como ésta en un momento como éste. Pero tiene que quedar claro que, a diferencia de los partidos viejos y de lo que sucedió en el PSOE, en Podemos las decisiones las toma la gente que vota. Y por eso reivindicamos un proceso político democrático, sin tutelas, sin injerencias y sin que Prisa ejerza de árbitro.

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