Entrevista
Espinar: “Con un tripartito en el Gobierno, tiene todo el sentido que usemos la resistencia y la protesta”
La carrera de Ramón Espinar (Madrid, 1986) por la Secretaría General de Podemos en la Comunidad de Madrid se ha visto obstaculizada en su recta final por las revelaciones sobre la venta de su vivienda protegida, que salpicaron al candidato la semana pasada. Estas noticias han centrado los últimos días de campaña electoral para las primarias, y Espinar recibe a infoLibre en la madrileña Plaza de Daoíz y Velarde asegurando que sigue sin saber de que se le "acusa".
El candidato responde a las cuestiones sobre su piso, pero se explaya especialmente a la hora de definir su proyecto político, que contrapone al de su rival, Rita Maestre, que aseguró en una entrevista en este diario hace apenas unos días que Podemos debe "renunciar a ser una fuerza de protesta y resistencia" porque eso no genera mayorías suficientes como para alcanzar el Gobierno. "No estoy de acuerdo en absoluto con Rita, porque esta va a ser una legislatura en la que va a haber mucha protesta y mucha gente resistiendo para defender los servicios públicos, y nosotros tenemos que estar de su lado", sostiene Espinar, que afirma que si no consigue ser secretario general rechazará estar en la ejecutiva de Maestre, aunque en caso contrario la invitará a unirse a su dirección.
PREGUNTA: Si tuviera que resumir su proyecto en tres líneas básicas, ¿cuáles serían?
RESPUESTA: La primera tiene que ver con los círculos. Esto es algo que a la gente de fuera de la organización le interesa menos, soy consciente de ello, pero es fundamental. Hasta ahora, en Podemos los círculos han tenido un papel de apoyo, fundamentalmente, han sido montadores de mesas informativas y pegadores de carteles, pero los militantes no han tenido voz en la organización, y yo creo que deben tenerla. Los procesos de toma de decisiones en Podemos están bien como están, las direcciones tienen que tomar decisiones y las grandes decisiones las tienen que tomar los inscritos, pero tiene que haber espacios deliberativos para los militantes, que al final son el cemento del proyecto político y los que lo han levantado. Los círculos deben ser, en los barrios y en los pueblos, nodos de impacto en la vida social y cultural, pero tienen que tener también voz en la toma de decisiones del proyecto político.
El segundo elemento tiene que ver con cómo entendemos nosotros el espacio político del cambio. Nosotros creemos que no se acaba con Podemos, que hay más actores políticos y sociales, como Equo, como IU, como las candidaturas de unidad popular, que tienen que formar parte de la alternativa para la Comunidad en 2019 y con los que tenemos que trabajar desde ya, no en Podemos sino con Podemos. Y el tercer elemento tiene que ver con lo que nosotros llamamos la politización de lo cotidiano. Nosotros nos diluimos y perdemos allí donde la política se convierte en algo que se ve por la tele y de lo que hablan profesionales, y cumplimos con nuestra tarea histórica cuando la política es aquello que le pasa a la gente en sus casas y que transita de problema individual a solución colectiva.
P: Ese último punto entronca con el debate entre calle e instituciones. Póngame un ejemplo de esa politización de lo cotidiano.
R: Hay un compañero en la Asamblea de Madrid, Raúl Camargo, que realiza un trabajo que pasa por debajo del radar, pero que es fundamental. Raúl empieza a trabajar cuando llegamos a la Asamblea sobre las residencias de ancianos, donde no hay ningún tipo de movilización pero donde hay problemas, y empieza a denunciar que hay muchas residencias de ancianos de gestión privada en las que se está atendiendo mal porque no hay recursos. Los propios trabajadores lo dicen, las familias protestan, pero hay un manto de silencio sobre la cuestión. Tras algunas iniciativas parlamentarias de Raúl que, por supuesto, no han alterado la política de la Comunidad de Madrid, pero que han servido para denunciar la situación, hoy hay ya un movimiento organizado de trabajadores y familiares en las residencias. Es un movimiento incipiente, y pequeño, pero es un ejemplo de cómo se puede hacer bien un trabajo institucional y de articulación de comunidad y movilización social, que no significa sólo salir a la calle con una pancarta. De hecho, salir a la calle con una pancarta es una cosa que sucede un día, y nosotros queremos impactar en la vida de este país todos los días.
P: Pablo Iglesias ha comentado en las últimas semanas que estar en la institución sirve de poco si no se gobierna, y usted me acaba de poner un ejemplo de lo contrario. ¿Qué piensa de esta afirmación?ha comentado en las últimas semanas
R: Así formulado, no estoy de acuerdo. Pero como lo ve Pablo es de la siguiente manera. Aquí hay un ciclo que tiene que ver con recoger demandas ciudadanas y llevarlas a las instituciones, y ahí hay dos opciones. Opción A: que las instituciones devuelvan esas demandas en forma de política pública, y entonces hay una satisfacción de la demanda y un buen trabajo de la institución, y opción B: que la institución diga que no. Estamos en un momento en el que buena parte de las demandas ciudadanas que tienen que ver con la creación de empleo o con los servicios públicos están lastradas por la ley Montoro, el techo de gasto, el artículo 135 de la Constitución, que Rajoy sea presidente del Gobierno… y hay poco margen de maniobra en el parlamento, porque incluso con un sistema de mayorías como el que hay ahora, hay un marco normativo que te sujeta. Es la gran mentira del PSOE: pedir políticas públicas cuando has pactado una ley de estabilidad presupuestaria que las impide. A eso es a lo que se refiere Pablo, a que si no cambiamos el Gobierno es muy difícil generar soluciones estructurales. Ahora, ¿estar en las instituciones sirve? Es evidente. La clave es hacia donde orientamos el trabajo de las instituciones, y yo estoy de acuerdo con Pablo. Creo que en el Congreso estamos solos, porque hay un tripartito que va a gobernar unido en las grandes cuestiones, de forma que lo que necesitamos es abrir el Congreso a la gente y a las calles.
P: Y en la Comunidad deMadrid, ¿qué se debe hacer?
R: En la Comunidad estamos en un marco desolador. Las proposiciones no de ley tienen muchas posibilidades de ser aprobadas por Ciudadanos y el PSOE, porque suelen ser brindis al sol y simplemente no se aplican, pero, en las grandes cuestiones, Cifuentes tiene el apoyo inquebrantable de Ciudadanos y saca adelante una iniciativa tras otra. Pensar que la aritmética parlamentaria de la Asamblea de Madrid permite otra cosa que ser oposición es tener un mal diagnóstico de lo que pasa. Ciudadanos es una fuerza cuya funcionalidad es permitir que el PP gobierne y que nosotros no lo hagamos, y todo lo que se salga de entender eso es miope.
P: Ustedes han conseguido vencer con su documento político-organizativo, pero el resto de la hoja de ruta política que fue elegida por los militantes la semana pasada es la de la candidatura de Rita Maestre. ¿Cómo se puede conjugar, por ejemplo, su propuesta de tener una actitud “impugnatoria” con el bipartidismo con la propuesta de Maestre de mantener relaciones diferentes con elfue elegida por los militantes la semana pasada PSOE según el municipio?
R: La relación con el PSOE, en términos de formar gobiernos, está fijada, porque hay consultas a los inscritos. Creo que lo que discutíamos en los documentos eran matices organizativos y diferencias políticas, y el proyecto político-estratégico que salió elegido era el nuestro. A mí me hubiera gustado que hubiera salido también nuestro proyecto organizativo, porque hay cosas que me duele que se hayan quedado en la gatera, por ejemplo la creación de un consejo territorial paralelo al Consejo Ciudadano con voz de todas las direcciones locales y de los círculos. Pero, en realidad, creo que el partido se puede gestionar con un documento de finanzas que no compartes al 100%, o con un documento de órganos que no compartes al 100%, pero es más difícil hacerlo con un documento político que no compartes.
P:¿Y con un documento de relaciones con otros partidos que no se comparte, como les pasa a ustedes con el de Rita Maestre?
R: No hay una contradicción flagrante entre un documento y otro, y en todo caso lo bueno que tiene ser una herramienta política democrática y abierta es que la solución al problema de las discrepancias entre unos y otros lo resulven los inscritos en consultas.
P: Rita Maestre ha afirmado en infoLibre que Podemos no puede ser una fuerza política "de protesta y de resistencia". ¿Está de acuerdo?
R: Niego la mayor. Yo creo que, con un tripartito de PSOE, PP y Ciudadanos en el Gobierno del Estado, tiene todo el sentido que utilicemos la resistencia y la protesta. No estoy de acuerdo en absoluto con Rita, porque creo que esta va a ser una legislatura en la que, por la composición del Gobierno y por los recortes que ha anunciado la UE, va a haber mucha protesta y mucha gente resistiendo para defender los servicios públicos, y nosotros tenemos que estar de su lado. Eso no quita para que nosotros tengamos una vocación ganadora y de gobierno, pero una vez has ido a las elecciones y no has ganado, tienes dos opciones: vivir la ficción de que vas a ser un gobierno en la sombra jugando a aritméticas parlamentarias imposibles, que es algo que yo he discutido muchas veces con compañeros de Podemos, o asumir el hecho de que hay tres fuerzas políticas que van a gobernar juntas, sabiendo que al PSOE se le puede hacer oscilar, pero que ahora mismo se encuentra en el proyecto de país del PP. Por tanto, nuestro papel es la oposición, y si la oposición está sólo en el parlamento, será una oposición mucho menos útil que si es capaz de articular poder popular y fuerza social suficiente como para dos cosas: resistir a las agresiones a los derechos de la mayoría y construir comunidad y soluciones desde la comunidad a problemas sociales.
P: ¿Eso implica mantener un tono duro?
R: El tono es una cuestión de cada uno. Hay gente que tiene un tono más duro y otros más amable, y yo en la propia Asamblea de Madrid veo a muchos errejonistas con tono muy duro y no hay ningún problema con ello. Lo que hay detrás de esa pregunta es si tenemos que ser más firmes y si tenemos que decir algunas verdades del barquero, y yo creo que sí, que debemos hacerlo. El tono es una cuestión de estilos, y a mí me gusta desde el tono retador de Rafa Mayoral hasta el tono más institucional y solvente de Carolina Bescansa. Afortunados nosotros que tenemos portavoces con diferentes estilos y diferentes tonos.
P: Pero, a la hora de generar una mayoría electoral, ¿esas "verdades del barquero" de las que habla, o la forma de expresarlas, pueden perjudicarles a la hora de convencer a gente decepcionada con el PSOE que no les ve a ustedes como una opción clara?
R: Lo que dice la sociología es que, del millón de votos que se nos fue entre el 20D y el 26J, hay cuatro grandes bolsas de votantes: un 20% de votantes de IU que no votaron a Unidos Podemos; un grupo pequeño de gente que nos votaba en clave patriótica, de defensa de la soberanía, y se ha decepcionado con la defensa de la plurinacionalidad; un grupo más grande que venía del PSOE y volvió al PSOE o fue a la abstención; y el grupo más grande de todos, que es el que nos ha percibido como un partido más, normalizados e institucionalizados. Hay dos recetas para volver a convencerlos a todos: la primera, convencerlos de que podemos ganar, de que somos la alternativa al PP, y la segunda no convertirnos en un partido más, ser capaces de convertirnos en un movimiento popular y que, en el Congreso o en cualquier otra institución, no pase con nosotros un fenómeno habitual: que cuando tú tomas posesión del cargo, el cargo toma posesión de ti.
P: Ustedes abogan por "politizar el dolor" y por movilizar a personas que lo están pasando mal pero que no les votan a ustedes. ¿Por qué piensa que no han sido capaces de hacerlo?
R: Porque perciben que la política no va con ellos, que es una cosa que ven por la tele y que pase lo que pase en ese escenario van a seguir viviendo igual que vivían. La clave de la participación política no está en hacer el mejor diseño metodológico para participar en una web. Eso está bien, pero es un error concebirlo como la clave de la participación. La clave, lo que moviliza a la gente, es la sensación de que, participando en política, las cosas cambian, y no hemos sido capaces de convencer a mucha gente de que participando en política nosotros íbamos a ser su mejor oportunidad para cambiar las cosas. Esa es nuestra principal tarea histórica, y ese es nuestro principal error en un ciclo en el que ha habido muchos aciertos.
P: Pero, ¿por qué no lo han conseguido, qué es lo que han hecho mal?
R: Cuando una fuerza política consigue en dos años cinco millones de votos y consolidarse como el principal partido de la oposición, creo que lo que hay, fundamentalmente, son aciertos. No se trata de fustigarse con errores, sino de avanzar en seguir llegando a gente a la que no hemos llegado todavía. Nosotros tenemos muchas limitaciones frente a los partidos tradicionales. El PP y el PSOE son partidos que, en los sitios donde les va bien electoralmente (al PP en Galicia o en Madrid o al PSOE en Andalucía), tienen una implantación social brutal. Y hay cosas que hay que aprender de ellos, por ejemplo esa: hay que tener implantación social, hay que tener locales en los barrios, hay que impactar en la vida de la gente más allá de salir por la tele. Eso son cosas que no son un error, porque no se trata de que hayamos renunciado a ellas, pero no nos ha dado tiempo a hacerlas.
P: Pero sí es verdad que la lista de Rita Maestre y la suya plantean cosas diferentes para atraer a esa parte del electorado que no les vota…
R: La diferencia está fundamentalmente en la identificación de quiénes son "los que faltan". Si son bolsas de votantes, entonces tendremos que ir a un discurso de normalización que nos permita parecernos al PSOE, porque efectivamente nuestro principal electorado en disputa está en el PSOE. Esa es una forma de verlo que apunta a lo electoral, pero yo tengo otra. Yo creo que nuestra principal tarea histórica no es apuntar al electorado, sino politizar lo cotidiano y que el dolor se convierta en política y en acción colectiva, y para eso se necesita una receta diferente, que consiste en tener mucha credibilidad, en que la gente no tenga la sensación de que somos un partido más, y en que empiece a conocer Podemos no sólo por lo que dice en la tele el coletas o el de las gafas,sino por lo que hace Podemos en su barrio o en su pueblo: las despensas solidarias, la mediación intercultural, las actividades culturales... lo que los círculos hacen por generar tejido vivo en los barrios y en los pueblos.
P: Si el miércoles es elegido secretario general, ¿qué cree que es lo más urgente que hay que llevar a cabo en Podemos en la Comunidad de Madrid?
R: A pesar de todo lo que he dicho, creo que lo más urgente que hay que hacer es hablar con la otra lista y ver cómo vamos a trabajar juntos y cómo hacemos compatibles dos modelos de Podemos, que son diferentes pero que tienen muchas más similitudes que diferencias. Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, después de un proceso que nos ha polarizado.
P: En una ejecutiva presidida por usted, ¿habría miembros del proyecto de Maestre?
R: Esa es una cosa que hay que hablar, hay que ver qué disposición tienen ellos, porque eso todavía no lo hemos hablado. Si pierdo, yo no estaré en la ejecutiva, porque pienso que es un obstáculo y creo que quien se ha presentado a candidato a secretario general, con mucho apoyo, y pierde, tiene que dar un paso atrás y dejar trabajar. En caso de que yo ganara, Rita estaría invitada a colaborar, pero de la misma forma que digo que estaría encantado de que Rita colaborara conmigo, yo no estaré si pierdo, daré un paso atrás. Hay formas diferentes de concebir esto y de entender esa responsabilidad, y creo que si pierdo no me consideraré legitimado para dirigir el proyecto.
P: Y, en caso de que Maestre lo viera como usted, ¿integraría a miembros de su candidatura en la ejecutiva?
R: Sí, sí, absolutamente. Hay miembros de la candidatura de Rita con los que yo vengo militando desde la universidad, y con los que me voy a encontrar muy cómodo trabajando porque así lo he hecho siempre. Pero también hay algunas cosas que habrá que hablar, porque en su lista van seis personas de las que dimitieron en bloque en abril, y yo creo que le hicieron mucho daño a este proyecto en un momento muy sensible. Habrá que ver cómo se trabaja con gente con la que ha habido diferencias fuertes, como ellas.
P: Tanto ustedes como el proyecto de Maestre llevaban entre sus propuestas la implantación de un sistema de votación proporcional para estas primarias ¿Cree que la decisión de la Comisión de Garantías de no permitirlo y seguir con el sistema mayoritario respeta la voluntad de los militantes madrileños?
R: Como en todo conflicto de jerarquía normativa, el problema es que los militantes ahora han dicho una cosa pero en Vistalegre dijeron otra. Garantías ha interpretado que lo que tiene vigencia son los estatutos de Vistalegre, e invitan a revisar el modelo de elección de cara a la próxima asamblea ciudadana estatal. A mí no me gusta la decisión de Garantías, me hubiera gustado tener ya un sistema proporcional, pero también creo que cuando uno milita y es dirigente de una organización, lo responsable es respetar las decisiones de una instancia que es independiente y está al margen de la disputa partidaria en Podemos.
P: ¿Cree que no había margen para implantar el sistema proporcional dentro de los estatutos de Vistalegre?
R: No me voy a meter a interpretar lo que ya ha decidido Garantías. Lo siguiente a Garantías es un tribunal de justicia ordinario, y yo me quedo con la decisión de Garantías, ya está, no voy a entrar a discutirla. Me hubiera gustado que hubiera sido de otra forma, y si lo llevaba en el documento es porque creía que era posible, pero ya está, creo que no hay que remover más las decisiones de un órgano con jerarquía superior a otro.
P: Los dirigentes más cercanos a la dirección estatal y a Pablo Iglesias, como es su caso, han pasado de tener a Anticapitalistas enfrente, como ocurrió en los primeros meses de Podemos, a compartir lista con ellos. ¿Por qué?
R: Hemos estado discutiendo de política durante un mes y hemos llegado a 120 páginas de documentos conjuntos, es decir, que hemos construido un consenso político sobre hacia donde tenemos que ir. Si lo que evaluamos son los dos años anteriores, tenemos más diferencias, pero si lo que estamos evaluando es hacia dónde vamos, nos hemos dado cuenta de que, aun teniendo algunas diferencias que hay que trabajar, estamos sustancialmente de acuerdo con la orientación del proyecto.
P: ¿Es este congreso de Madrid un prólogo del estatal que se celebrará en unos meses?
R: Va a tener impacto en la Asamblea estatal, eso es evidente, porque aquí se han abierto debates que se van a abrir también allí. Otros no: hay cuestiones como la plurinacionalidad o la relación con las confluencias que serán debates diferentes, pero la opinión que yo tengo hoy sobre cómo tiene que estar Podemos en las instituciones o sobre el trabajo con los círculos la voy a tener dentro de cinco meses exactamente igual. Por lo tanto: ¿hay una anticipación de debates? Sí, pero hay otros que no se anticipan, y yo estoy centrado en la Comunidad de Madrid.
P: Y teniendo en cuenta estos debates que tendrán lugar también en ese Vistalegre 2, el escenario que hay ahora en el congreso en la Comunidad de Madrid, ¿prefigura el escenario que se verá en el congreso estatal, por ejemplo a nivel de alianzas entre corrientes?
R: Pues no lo sé, lo veremos. Son más ejes de debate, es más complejo el debate en la Asamblea estatal que en la de la Comunidad de Madrid. Yo creo que sí, que estamos a las puertas de una reconfiguración de Podemos a nivel interno. Creo que hay corrientes que se han asentado, porque Anticapitalistas estaba ahí desde siempre, pero la gente de Íñigo [Errejón] también se ha asentado como una corriente y que eso tiene que ser respetado y debe tener voz en la organización.
P: Con respecto a la noticia que fue publicada hace unos días sobre su piso en Alcobendas, se ha conocido recientemente que usted podía haber renunciado a la vivienda mientras se estaba construyendo sin perder dinero, en lugar de esperar a firmar la escritura para después venderla. ¿Por qué no lo hizo, si es una práctica bastante habitual?sobre su piso en Alcobendas
R: Hay una cosa que hay que decir, que ya he explicado varias veces y que no he tenido fortuna para que se recoja en los medios. Cuando yo le pido autorización a la Comunidad de Madrid para vender el piso, tanto la comunidad como la cooperativa tienen derecho de tanteo sobre el piso al precio al que lo compré, y no lo ejercen.
P: Pero le pregunto por antes de firmar la escritura en 2010.
R: Antes de escriturar… yo no recuerdo en qué momento exactamente tomé la decisión de vender el piso, y no sé si fue antes o después de firmar la hipoteca, no sé a partir de qué momento no podía dar marcha atrás, porque hay un momento en el que ya no puedes devolver la vivienda. No fue así, ya está, pero es importante saber que tanto la cooperativa como la Comunidad tuvieron la oportunidad de quedarse el piso al mismo precio al que yo lo compre y rehusaron hacerlo.
P: Desde algunos sectores se le ha acusado de una contradicción entre su discurso público sobre la vivienda protegida y el hecho de haber ganado dinero con la venta. ¿Cree que existe esa contradicción?
R: Eso me parece acojonante. Que un tipo, en el ejercicio de su actividad pública, denuncie la venta masiva de vivienda pública para gente que la necesita a fondos buitre –lo que constituye en mi opinión una golfada–, y haya gente que diga que esa denuncia está invalidada porque unos años antes, cuando no estabas en el ejercicio del cargo público, vendiste un piso y ganaste 19.000 euros... Lo que se busca, y no es la primera vez que pasa con Podemos, no es denunciar la venta de un piso, sino decir "estos son como todos los demás, no tienen credibilidad y no tienen derecho a la palabra en política". Yo por ahí no voy a pasar: voy a seguir denunciando la situación de la vivienda pública, voy a seguir diciendo que la vivienda pública no es un negocio sino que sirve para satisfacer el derecho a la vivienda de la gente, y voy a seguir diciendo que ese derecho a la vivienda yo lo intenté satisfacer en un momento en el que me equivoqué, eché mal las cuentas y me fui a comprar un piso que no me podía pagar. No entiendo de qué se me acusa.
P: No le habló de una comparación con la venta a fondos buitre, sino a la diferencia entre mantener que la vivienda pública no es un negocio y haber ganado 19.000 euros con una vivienda protegida.
R: Ganar 19.000 euros vendiendo en la estricta legalidad y siguiendo estrictamente las instrucciones de la Comunidad de Madrid… no veo el problema. Entendería la crítica si hubiera vendido el piso ahora, en el ejercicio del cargo público, porque puedes decirle a un cargo que está sometido a criterios éticos mucho más estrictos. Pero yo vendí el piso cuando no tenía ni idea de iba a existir Podemos.
P: ¿Cree que ha podido existir sobreactuación en su estrategia de afirmar que los poderes económicos publican la noticia porque no quieren que usted sea secretario general?su estrategia de afirmar
R: Hay un documento de los que obran en poder de los medios que sólo tenemos la Comunidad de Madrid y yo. Nadie más. Y yo le aseguro que no lo he puesto en conocimiento de los medios de comunicación. Además, viendo cómo se han sucedido los acontecimientos, sabiendo que quien tenía la información la conocía desde hacía un mes y la publicó a las ocho de la mañana del día siguiente al que yo había formalizado mi candidatura a la Secretaría General… yo creo que hay una operación que tiene una intencionalidad clara. ¿Qué nos hemos podido equivocar en usar un tono demasiado alto? ¿Qué yo he podido ser demasiado agresivo denunciándolo? Si eso ha sido así, pido disculpas, porque creo que uno, cuando está emocionalmente afectado, puede ser que tenga una salida demasiado agresiva. Pero que hay una intencionalidad política en la publicación de esta información es innegable, y que hay parte de esta información que sólo conocíamos la Comunidad de Madrid y yo también es innegable.
P: Usted mismo ha dicho que los poderes económicos no quieren que sea secretario general, y que se presentará para que haya una lista a la que la gente pueda votar para parar una ofensiva de ese poder económico. Siguiendo ese razonamiento, ¿las élites prefieren la candidatura de Rita Maestre?
R: Creo que ese es un silogismo que no funciona. Que alguien vaya contra ti no significa que vaya a favor de otro.
P: Pero si se dice que hay un Podemos que da miedo, se supone que hay otro que no.se dice que hay un Podemos que da miedo
R: Rita representa en la Comunidad de Madrid una familia que es legítima, que es de Podemos y responde a los intereses de Podemos con propuestas diferentes a las mías. Por Rita tengo mucho respeto personal, y además mucho cariño. Pero antes me preguntaba si nosotros no hemos sobreactuado… yo también me pregunto si no ha habido una sobreactuación mediática en el tratamiento informativo de la cuestión.
P: El viernes, usted no quiso agradecer expresamente a la candidatura rival su apoyo tras la publicación de la noticia sobre su piso. El sábado, Pablo Iglesias publicó un tuit diciendo que no había sido tibio defendiendo a sus compañeros en otras circunstancias y que tampoco lo sería defendiéndolo a usted. ¿Cree que la gente próxima a Íñigo Errejón, incluida su lista rival, sí está siéndolo?
R: Tanto Íñigo como Rita han sido impecables y lo agradezco mucho. Y sobre lo demás, me voy a reservar la opinión.
P: ¿Eso implica que hay gente que no ha sido tan impecable?
Rita Maestre: “Podemos tiene que renunciar a ser una fuerza de protesta y resistencia”
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R: Me voy a guardar la opinión.
P: Pablo Iglesias criticó la "miseria moral" de dirigentes de IU como Cayo Lara o Gaspar Llamazares, que afirmaron en Twitter que la venta de su piso era un caso de especulación. ¿Comparte el calificativo de Iglesias?criticó la "miseria moral"
R: Yo soy una persona que, a día de hoy, por mi condición de portavoz de Podemos en el Senado, podría ingresar en torno a seis y siete mil euros mensuales, dependiendo del mes, pero gano tres salarios mínimos, como fija el límite de Podemos. Podría tener chófer y coche oficial por valor de 4.000 euros al mes, pero he renunciado y además he solicitado que ese dinero se destine a mejorar las condiciones de los trabajadores de cafetería y de limpieza del Senado. Es decir, creo que soy una persona que, en el ejercicio de mi cargo público, no sólo he actuado con honestidad, sino que además he renunciado a un montón de privilegios. Creo que acusar en las condiciones en las que me ha acusado alguna gente es profundamente injusto. En el caso de Llamazares, me gustaría saber a qué ha renunciado él en el ejercicio de sus cargos públicos en los últimos años para darme a mí lecciones de moral.