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Y la invasión zombi arrasó España

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A lo largo de mi carrera, he podido seleccionar, comprar y programar un buen número de series internacionales. Siempre fue uno de mis trabajos preferidos. Hoy en día, acaban llegando todas y cada de las producciones que adquieren cierta relevancia.

En la época del monopolio de TVE, era imposible que sólo un operador fuera capaz de adquirir la amplia producción internacional que el mercado generaba. Posteriormente, con el asentamiento de Telecinco y Antena 3 vivimos un curioso proceso que acabó por derivar en la práctica desaparición de las series extranjeras de las programaciones de las cadenas. La competencia entre ellas les obligaba a incluir solamente producciones capaces de alcanzar audiencias muy amplias. El género no acababa de superar el listón. Se trataba de un producto muy seguido por el público joven y urbano, pero con escaso rendimiento entre las audiencias más adultas y de núcleos rurales.

La llegada de Cuatro y laSexta revolucionaría la oferta de series en la televisión en España. Para las dos cadenas se trataba de uno de los pocos productos con los que podía ofrecer una clara alternativa a los grandes operadores. Cuatro arrancó en noviembre de 2005. En poco tiempo conseguiría una buena selección de series y, por encima de todas ellas, House, que supuso un extraordinario éxito en España. Meses después, laSexta iniciaba sus emisiones con un problema evidente. Sólo podía comprar aquello que el resto de cadenas había dejado libre. Como Consejero Delegado de laSexta dediqué mucho tiempo a rebuscar en el mercado. Al final, conseguimos una variada oferta de títulos que iban de NAVY a Los Soprano; de Bones a Entourage; de El Mentalista a Family Guy. Sin embargo, nos faltaba algo esencial, un gran éxito que pusiera a laSexta en la batalla por el liderazgo del entretenimiento.

En 2010 el equipo de programación y compras, con Luis Fernambuco y Álex Flórez, seguía de cerca cualquier novedad que surgiera en el mercado. Las grandes cadenas controlaban buena parte del mercado y quedaban muy pocas oportunidades disponibles. Un día leí una nota en una revista americana sobre una extraña serie que la cadena AMC pretendía lanzar con un planteamiento absolutamente rupturista. Se trataba de hacer una serie sobre zombis. Finalmente, se anunció el estreno de The Walking Dead para la noche Halloween. Esa misma noche estuvimos pendientes de su estreno.

Cuando la vi por vez primera en mi despacho me quedé impresionado. Como espectador televisivo no conozco a nadie más cobarde. Me atemoriza el género de terror y todo lo que se acerque al gore me provoca espasmos. Sin embargo, la tensión de la trama del episodio piloto, la intriga que planteaba, la extraordinaria calidad de la producción y la incertidumbre que dejaba en el aire me impactaron. Decidimos ir a muerte a adquirirla antes de que nadie pueda interponerse. En España, el lanzamiento de la serie en Estados Unidos pasó absolutamente desapercibido. Esto nos ayudó a movernos con cierto sigilo. Los derechos para nuestro país los manejaba Fox Channel. Juan Ruiz de Gauna, nuestro Director General, les llamó con una oferta poco habitual, la adquisición de los derechos en abierto prácticamente de un día para otro. Normalmente, este tipo de negociaciones suelen alargarse varias semanas, pero no deseábamos entrar en un proceso de competencia con otros operadores en cuanto se apercibieran de su existencia.

En enero de 2011 se estrenó en abierto el primer episodio tras una brutal promoción que incluía la utilización de todos los recursos de la cadena. Además de la campaña diseñada por el área de autopromociones, pedimos a todos los programas que buscaran la manera de apoyar el lanzamiento utilizando cada uno su propio lenguaje. La idea era la de generar un acontecimiento que atrajera más espectadores de lo habitual en el estreno. Entre las muchas aportaciones que recibimos, como siempre, la de Sé lo que hicisteis fue especialmente divertida.

El estreno fue el mayor éxito de la historia de laSexta. Por vez primera, una serie era líder de audiencia. Esa temporada 2010-2011 fue la primera ocasión en la que la cadena colocó un espacio entre los más vistos de toda la oferta televisiva. Fue, además, la serie extranjera más vista de toda la temporada. Vale la pena recordar también el promo homenaje de Sé lo que hicisteis dedicado al éxito del estreno.

Seis años después, The Walking Dead es uno de los mayores éxitos comerciales de la televisión mundial. No muy apreciada por buena parte de la crítica más selecta, ni reconocida con galardones de prestigio, la pasada temporada, en Estados Unidos, la serie fue la más vista de la temporada entre la audiencia de mayor interés publicitario, entre 18 y 49 años, doblando en cifras a producciones como Juego de Tronos. En España, sigue siendo uno de los títulos de referencia del canal FOX. Curiosamente, en abierto la serie consigue resultados muy por debajo de su impacto internacional. El obligado periodo entre el estreno en la televisión de pago y su pase en abierto castiga sus cifras de audiencia. A cambio, sigue manteniendo el poco honorable galardón de ser una de las series más pirateadas en nuestro país.

En todo el mundo, The Walking Dead sigue manteniendo una extraordinaria fidelidad de sus seguidores. La sexta temporada terminó en alto, con un potente cliffhanger (un gancho de guión). La expectación quedó suspendida durante unos meses. En Estados Unidos, el impacto de la serie es tal que cada semana se emite Talking Dead, un programa donde sus creadores y los actores principales repasan las claves de cada episodio. Lo increíble es que también figura entre los 20 espacios más vistos de la temporada. El emitido hace unos meses tras el final de la sexta temporada fue uno de los más seguidos.

Sin hacer un spoiler completo a quienes no han visto el comienzo de la nueva entrega de The Walking Dead, pero sin obviar el fenómeno del que habla todo seguidor de la serie, la séptima temporada acaba de arrancar con la muerte violenta de uno de los únicos seis personajes que aún persistían desde el primer episodio, de la manera más descarnada y salvaje, con un bate cubierto de alambre de espino. Un arma terrorífica con nombre propio, Lucille. Todos los personajes principales grabaron una escena con su muerte para evitar que se reventara la sorpresa a los espectadores. Y el episodio no se adelantó a la prensa, como a veces se hace con los finales de temporada. Esta vez el bombazo se reserva para el primer episodio. En Talking Dead, como no, han explicado todos los detalles de una de las emisiones más esperadas de la actual temporada televisiva.

La serie promete brutalidad y sufrimiento

, pero ninguna de las 252 muertes anteriores había conmocionado a los seguidores de la manera en la que ésta lo ha hecho. Y eso que estaba así descrito en el cómic que ha dado origen a esta serie, en su redondo número 100. El actor que encarna al personaje salvajemente golpeado dice que no ha procesado aún la violencia de la secuencia: “A lo mejor me golpea con su impacto en dos meses, o el año que viene, o cuando tenga 45 años un día me echo a llorar de repente en la cocina”.

Tanto el creador del cómic, Robert Kirkman, como uno de los productores ejecutivos de la serie, Scott M. Gimple, deliberaron durante un año sobre si era buena idea trasladar el desenlace de la sexta temporada al primer episodio de la séptima y dejar colgados a todos los fans durante largos meses con ese gancho. Lo que desde luego han conseguido es ruido en las redes sociales, tanto a favor como sobre todo en contra. “Mensaje pillado”, dice Kirkman: “La audiencia moderna no es muy feliz con los ganchos argumentales, pero tenemos mucha confianza en que va a ser una gran temporada y que ha merecido la pena la espera”.

Kirkman promete que la séptima entrega, la que se está emitiendo, está tan renovada, hay tantos nuevos personajes, ambientes y escenarios que es como ver una ficción nueva. No quiere que los espectadores sientan: “¡Aún sigo viendo esta misma serie!”.

El creador del cómic en el que se basan, Robert Kirkman, es ya una gran estrella en el mundo de las historietas. Ha trabajado incluso para Marvel, como freelance. Su último proyecto, que está previsto que empiece a rodarse próximamente, es conocido como Five Year y trata de una familia que se enfrenta a la inminente caída de un meteorito. Siguiendo el esquema de The Walking Dead, consistirá en tandas de 16 episodios. Está previsto que dure cinco temporadas. Se grabará en Corea del Sur y se emitirá en la plataforma de streaming Viki.com.

Gimple por su parte entró en la segunda temporada de la serie como guionista y terminó haciéndose con las riendas tras la partida de Glen Mazzara. Éste, a su vez, sucedía al hombre que puso en marcha el proyecto, Frank Darabont, que abandonó The Walking Dead al acabar la primera temporada. Para muchos aquello sonaba al fin de la producción. Era todo un peso pesado en Hollywood. Darabont nació en un campo de refugiados del nazismo, y más tarde su familia húngara emigró a Estados Unidos dónde Frank encontró su lugar en el cine. Su primer éxito como director y guionista fue la adaptación de una novela de Stephen King, la película Cadena Perpetua. Entre otros muchos largometrajes, también le debemos La milla verde y ha asesorado a Spielberg en Salvar al soldado Ryan y en Minority Report.

Otra vez, no ¡por favor!

Otra vez, no ¡por favor!

Pero con los caminantes muertos tuvo más problemas y aún hoy está en un durísimo litigio con AMC, el canal que emite la serie en Estados Unidos. Darabont acusa a los ejecutivos de la cadena de sociópatas y mezquinos. Cuando la serie debutó siendo un éxito internacional absoluto, triunfando a la vez en 120 países, le recortaron el presupuesto. La disputa fue histórica. Darabont creó la serie y la llevó a la cadena a cambio de quedarse un 10% de los ingresos. Las cláusulas con las que este porcentaje se aplicaban son vistas de muy diferente manera por los dos lados. Hay 280 millones de dólares en juego.

Darabont se había encontrado el cómic en una librería, y cuando se interesó en adaptar el material, Kirkman, el autor, se mostró enormemente halagado. Juntos colaboraron en perfecta armonía. Darabont explicaba allá en 2010 porqué en la serie nunca se ha usado la palabra zombi, mientras en el cómic y en los videojuegos se utiliza profusamente. Darabont pidió la confirmación a Kirkman de su teoría. Los personajes de la historia no conocerían la palabra zombi, cuando todo se desencadenó. De esta manera, lo que ocurre es algo nuevo para ellos, mucho más impactante. Entre las curiosidades de la serie, recopiladas por docenas, destaca el que la música de la cabecera se hace menos melódica cada temporada para remarcar que el mundo que retrata es cada vez más lúgubre.

Es curioso que tanto The Walking Dead como Juego de Tronos sean adaptaciones de sagas vivas, que aún se están escribiendo, ambas llenas de muertos, ambas imaginadas por dos autores gordos, sonrosados y barbudos. Tan parecidos, que son como dos edades de un mismo hombre. Kirkman, por cierto, se mostró en junio decepcionado porque George R.R. Martin haya anticipado a su equipo el final de Juego de Tronos. Más tarde matizó que decepcionado era una palabra equivocada y reconoció su amor por la serie y su autor. Y volvió en un tuit a insistir: “George R.R. Martin es mucho mejor escritor de lo que yo seré jamás. Y Juego de Tronos es mi serie favorita de la televisión”.

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