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El rincón de los lectores

Va por ti, René

René Avilés Fabila, en 2009.

Carmen Peire

Con vuestro permiso, no voy a escribir sobre un libro en particular. Esta vez me toca hacerlo sobre una persona, un escritor apenas conocido en nuestro país, el mexicano René Avilés Fabila, que falleció el domingo 9 de octubre a los 76 años de edad. Estaba preparando un viaje a España. Se había pedido un año sabático en la Universidad porque quería tener tiempo para conocer sitios, lugares y rincones a los que nunca llegaba cuando venía de visita.

Lo conocí personalmente el año pasado en la Feria del Libro. Había leído algunos de sus microrrelatos en diferentes antologías publicadas aquí y estaba considerado uno de los grandes del género breve. Tanto que fue él quien realizó, ya en el año 1970, la primera recopilación de microrrelatos mexicanos: Antología del cuento breve del siglo XX en México. Pero poco podía sospechar, cuando lo conocí, que iba a estar ante un periodista, catedrático, promotor cultural y forjador de varias generaciones de escritores mexicanos. He tenido confirmación de todo ello de forma directa, por jóvenes escritores de ese país que lo reconocen así, como un maestro que les infundió la alegría de las palabras. Porque era una de las personas más divertidas, alegres y hedonistas que he conocido en los últimos tiempos, tanto que el resultado de nuestros encuentros, visitas por el Madrid que no conocía, por las tascas y barrios como Lavapiés ("Mijita, me has traído al chotis más famoso de Agustín Lara") dio como resultado una entrevista, quizá la última que alguien le hizo, y que ha salido publicada en el número de octubre de la revista Quimera. Ni que decir tiene que entre gambas y vermut en la Paloma, el vino de Revueltas con el bacalao, el mercado de San Fernando, el Campo de la Cebada y Tabacalera, fuimos consolidando la ruta de nuestra amistad.

Justo el sábado anterior a su infarto, por la tarde, recibí un correo de él contándome sus planes y esperando un próximo encuentro con las siguientes palabras:

Cada vez que pensamos en España, lo que es frecuente, Rosario y yo recordamos los momentos que pasamos contigo. Tenemos pensado, como te dije, regresar a España... Tengo sabático en mi universidad y quiero de nuevo caminar por Madrid... El poco tiempo que estuvimos juntos fue tan cálido que valió por toda una vida.Rosario

El sentimiento ha sido mutuo.

Nacido en Ciudad de México en 1940, era licenciado en Relaciones Internacionales, aunque le daba corte reconocerlo, pues no le gustaba la diplomacia. Él mismo decía que no quería representar al presidente de su país y que todo eso de cómo sentar a los invitados en una mesa oficial era una vaina. Pero su mamá, como él decía, quería que tuviera un título. Más tarde se fue a estudiar a la Sorbona de París, donde le cogió la matanza de Tlalteloco y a su regreso empezó a dar clases de periodismo y comunicación en la UAM (Universidad Autónoma Metropolitana). "No me gusta la enseñanza y llevo cincuenta años dando clase".

Personaje urbanita ("Una vez vi el mar y, francamente, estaba muy frío") contrastaba su experiencia con la de Rulfo, al que admiraba literariamente, aunque se sentía muy cercano a Arreola: "En aquella época todavía estaba vivo el mundo rural surgido en años de la revolución mexicana, que implicaba recobrar el mundo indígena. Pero yo apenas he visto el campo, me preocupa socialmente no vivir entre árboles. Me gustan las ciudades. Así se fue conformando también mi generación".

"He escrito novelas porque no hay forma de encajar en un microrrelato temas tan complejos como la matanza de Tlatelolco en el 68."

Personaje lúcido y entrañable ("He sido obstinadamente marxista, aunque ahora me veo como una izquierda que no encuentra su sitio, no lo hay en un mundo globalizado por el capitalismo"), me llenó de anécdotas, historias de los grandes escritores mexicanos que le precedieron. Eso siempre produce que la generación posterior viva eclipsada por los anteriores y a veces se olvida la grandeza que también les ha acompañado. Pongo un extracto de lo que me contó y que sale reflejado en la entrevista de Quimera:

A Monterroso lo conocí hace décadas, cuando no era famoso. Sus letras y su conversación resultaban divertidas y profundas, ingenioso y con sentido del humor, sobre todo cuando bebía. Decía cosas chistosas de sí mismo: "Desde pequeño fui pequeño". Monterroso era un tipo divertido hasta que se hizo abstemio. El alcohol le iba bien. Se hizo un tanto solemne, como Rulfo. Arreola, por fortuna, nunca dejó de beber. Vino blanco y tinto. Los llevaba en una cajita, una especie de maletín, e iba mezclando, una copa de blanco, otra copa de rojo, una de blanco, otra de rojo, así hasta que agotaba las botellas.Monterroso

Estuvo becado de joven en el Centro Mexicano de Escritores, que es donde conoció a los grandes escritores anteriores a su generación. Su primera novela, Los juegos, salió en 1967, a la que siguieron otras seis más, entre ellas El gran solitario de palacio (1971) sobre la matanza de Tlalteloco y que escribió en París. Debe mucho de su formación militante a José Revueltas, del que me habló maravillas.

Ha sido articulista y columnista en la prensa mexicana, llegó a ser director de la sección de cultura del diario Excélsior y fundador de su suplemento cultural El Búho. Y cuando yo le preguntaba el porqué de su poca trascendencia en nuestro país me decía que también en el suyo: "Nunca fui diplomático, no me van las mamaderas y no me callo nada". Tan es así que su página web, según la abres, aparece la canción cantada por Edith Piaf, "Non, je ne regrette rien". Y me decía: "No me arrepiento de nada".

Hacía broma de todo, de su nombre y sus orígenes: "Soy mestizo, no presumo de raíces españolas aunque algún Avilés debió de venir con Pánfilo de Narváez". Y hacía bromas con su segundo apellido, Fabila: "Mira que era pendejo, dejarse comer por un oso".

La editorial Menoscuarto está preparando una antología de su narrativa breve. Aunque sea de forma póstuma, podrá ser leído. Si alguien quiere saber más de su obra, que mire en la Wikipedia todos los premios que ha recibido, así como sus 7 novelas, sus 26 libros de cuentos y sus 6 libros de ensayos. Casi nada.

*Carmen Peire es escritora. Su último libro es Carmen PeireEn el año de Electra (Evohé, 2014).

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