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Cómic

Los siete magníficos

Portada de 'La Visión', cómic por el que Gabriel Hernández Walta está nominado a los Premios Eisner.

Hace unos días, los medios se daban pellizcos para creérselo: siete autores españoles figuran entre los finalistas a los Premios Eisner, conocidos (ya me perdonarán el recurso facilón) como los Óscar del cómic.

Los cito por orden alfabético: Florentino Flórez, Santiago García, Gabriel Hernández Walta, Albert Monteys, Pere Pérez, Emma Ríos y Paco Roca. Para saber si los ganan o no, habrá que esperar hasta la Cómic-Con de San Diego.

Desde luego, si lo logran no serán los primeros en conseguirlo, ahí están David Aja (cinco Eisner, el último ganado en la última edición de los premios el año pasado y once nominaciones), Marcos Martín, Juan Díaz Canale o Juanjo Guarnido… Pero el desembarco de esos siete magníficos nos ha hecho preguntarnos qué está pasando.

Para averiguarlo, hemos hablado con Gabriel Hernández Walta (candidato, con Tom King, a Mejor Serie Limitada por La Visión); Albert Monteys (que aspira a Mejor Cómic Digital con ¡Universe!, Panel Syndicate) y Emma Ríos (que puede llevarse, junto con Brandon Graham, el Mejor Antología por Island Magazine). A los tres les hemos planteado las mismas preguntas así que, con su permiso, paso del modo reportaje al modo entrevista con tres interlocutores.

Ah, pero ¿existen los "autores españoles"?

Gabriel: Paradójicamente, creo que aunque la mayoría de los autores españoles hacen su propio camino de forma bastante individual, sí que hay cierta conciencia de colectivo. Desde que empecé a dibujar tebeos profesionalmente he encontrado mucha solidaridad entre todos los profesionales del cómic, sin importar su experiencia o el mercado para el que trabajan.

¡Universe!, el cómic digital de Albert Monteys.

Albert: Pese a algunos intentos muy elogiables, los dibujantes de cómic españoles no estamos para nada organizados. Mejor nos iría. Supongo que va con el perfil de esta profesión, dibujar tebeos no es precisamente una actividad social. Por otro lado sí existe, creo yo, un sentimiento de colectivo que tiene su parte más visible en redes sociales y su vertiente más entrañable en lo bien que nos llevamos todos en las múltiples jornadas y salones que hay a lo largo de la geografía del país.

 

Island Magazine, la antología editada por Emma Ríos.

Emma: En mi caso, mi camino ha sido siempre individual. Mi trabajo sale a la luz en EEUU primero, aunque llegue después aquí, magníficamente editada gracias a Astiberri. Pero es la industria americana la que, por el momento, me da de comer.

El sintagma "industria española del cómic", ¿tiene significado?

Albert: Yo he vivido los primeros 20 años de mi carrera sin salir para nada del país. Aunque difícil, hay camino aquí. Lo que pasa es que tanto en Estados Unidos como en Francia o Japón existen industrias mucho más sólidas y con más recorrido que facilitan el vivir de los cómics. Vivimos, ahora mismo, en un mundo tan pequeño que dibujar para el extranjero resulta mucho más asequible. De todos modos, si le preguntas a un francés o a un norteamericano, te darán una visión bastante más apocalíptica de su propio mercado. Todo es cuestión de perspectiva.

Emma: Hay autores y editoriales españoles que están haciendo un magnífico trabajo, pero no existirá una verdadera industria autosostenible, que pueda mantener a sus creadores, hasta que se lea más en este país. Sin lectores es imposible vivir del cómic o la literatura. Soy optimista, y creo que hemos ido a mejor en estos últimos años, pero todavía sigue siendo el gran problema, junto a los elevados impuestos que se le imponen a la cultura en general.

Gabriel: Es una industria en ciernes... aún tiene que conseguir llegar a todo el público potencial que pueda absorber la gran cantidad de trabajos de calidad que se están produciendo para el mercado español.

Ganar el Eisner, ¿cambiará tu vida?

Emma: En absoluto. Pero desde que realizo trabajo independiente con absoluta libertad, y en una situación que parece prácticamente irreal en los tiempos que corren, reconozco que me he vuelto una mercenaria ya que no podré seguir haciéndolo si no se vende lo que produzco. El Eisner proporciona una buena exposición, lo cual, en un mercado tan saturado es muy, muy importante. Además, en este caso, aparte de autoría, he sido nominada por un trabajo de edición, lo que engloba a mucha gente cuya obra podrá verse beneficiada a su vez por la nominación.

Gabriel: Los Eisner son unos premios con mucho prestigio y es lógico pensar que ganarlo aumenta, al menos, la difusión de la obra del que lo recibe. De todas formas, dibujar tebeos es una carrera de fondo y es mejor no confiar en que recibir un premio como éste supondrá un cambio radical en tu trayectoria.

Albert: Dudo que ganar un Eisner cambie nuestras vidas. Dará más visibilidad al trabajo que hacemos y nos facilitará futuros proyectos, que no es poco, pero nos seguiremos sentando a dibujar cada mañana (lo que me parece perfecto).

Bola extra para Emma, la única mujer del septeto.

Créanme si les digo que hubiera preferido no hacer este aparte, pero aun a riesgo de caer en el tópico, lo creí obligado.

"Ahora mismo hay muchas mujeres que dibujan y hacen historietas, pero se sigue fingiendo que no existimos. Algo que creo que ocurre en general, en casi todos los campos de profesionalización. Mi percepción actual es la de que o bien se ignora a las mujeres, o bien se capitaliza el feminismo convirtiéndonos en curiosidades o animales de circo; es un entorno en el que es difícil sentirse cómoda, y más aún ganar".

Emma, a la que pillé de viaje y en principio declinó responder a mis preguntas, aceptó (y se lo agradezco) "sólo porque creo que mi presencia es representativa e importa mucho que estemos aquí, ofreciendo nuestra perspectiva para que se nos escuche. Cuantas más seamos las que podamos hablar, más fácil será que otras se acerquen y que nuestra presencia se vaya haciendo más relevante". Ella quiere creer que "llegará un momento en el que no hagan falta estas preguntas especiales, porque seremos aceptados como algo normal. Y sobre todo como gente".

Lo último. Si pudiera concederte un deseo, ¿cuál me pedirías?

Gabriel: A veces me gustaría que los días tuvieran más horas, para estar más tiempo con mi familia después del trabajo diario.

La heroína en la que nunca piensas

La heroína en la que nunca piensas

Emma: Poder crear con plena libertad sin tener que promocionar mi trabajo, ni preocuparme por las ventas.

Albert: Aprender a dibujar coches. Y caballos. Y zapatos.

Obviamente, continuará…

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