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Crisis de los refugiados

Las ONG denuncian que España no cumplirá el compromiso de acogida de refugiados por su "falta de voluntad política"

En lo que llevamos de este año 2017, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha contabilizado un total de 117.795 llegadas de inmigrantes a suelo europeo. Un total de 2.408 personas murieron en el intento. Con estas desoladoras cifras, que se vienen repitiendo año a año, los países de la Unión Europea se comprometieron, en el año 2015, a tomar medidas para dar protección a los demandantes de asilo que llegaban hasta las costas de Grecia o Italia o que vivían en campos de refugiados de Líbano o Turquía. Sin embargo, los compromisos adoptados por los países han quedado en buena parte en papel mojado, no llegando a las cifras de personas reubicadas o reasentadas acordadas. 

El próximo 26 de septiembre finaliza el plazo para cumplir el compromiso de acogida de refugiados adquirido por España hace dos años. Según los datos y a falta de menos de un mes para esa fecha, se incumplirá lo prometido por el Gobierno. El número de personas que tenían que ser acogidas por nuestro país era de 17.337,tanto por la vía de la reubicación –es decir, la acogida de personas procedentes de Grecia e Italia– como por la del reasentamiento –el traslado de personas de países externos a la Unión Europea, principalmente Turquía o Líbano–. De ellas, tan sólo han llegado 1.888, es decir, el 11% de lo asegurado por el Ejecutivo. De esta manera, a falta de 15.449 personas por llegar, España ocupa uno de los peores puestos en materia de acogida dentro de la Unión Europea.

En el año 2015, y con el objetivo de aliviar la presión migratoria de Grecia e Italia, los Veintiocho acordaron que los países de la UE deberían reubicar a un total de 160.000 refugiados, de los cuales a España le correspondía la cifra de 15.888. Sin embargo, tras la revisión de la Comisión Europea, se acordó que esa cifra se reduciría a 106.000 –9.323 para España–, siempre y cuando la diferencia entre ambas cifras se dedicase a reasentamientos de personas procedentes de Turquía, según explica a infoLibre María Jesús Vega, portavoz de Acnur en España. De esta forma, la cuota total impuesta por Europa continúa siendo la misma: 17.337. Sin embargo, según informaron este lunes las autoridades comunitarias, España sólo ha reubicado a 1.257 personas. Por otro lado, en cuanto al reasentamiento, el compromiso adquirido por España era de 1.449 personas, de las cuales han llegado 631

En términos generales, la Unión Europea tampoco alcanzará los objetivos previstos desde hace dos años. Tan sólo ha recibido a 43.948 refugiados –26.769 reubicadas y 17.179 reasentadas–, lo que representa el 24% de lo prometido.

Falta de voluntad política

El incumplimiento de estas cifras, según señalan la mayoría de ONG, se explica por múltiples factores, si bien todas coinciden en apuntar a la falta de voluntad política como el principal motivo. "Lo primero que hay que destacar es la falta de compromiso serio con los acuerdos adoptados por los países", explica Paloma Favieres, coordinadora del Servicio Jurídico de Cear, quien añade que "la Comisión Europea ya dijo en abril que existía una falta de voluntad". Ya en ese momento, en su décimo informe sobre Reasentamiento y Traslado, las autoridades comunitarias avisaron de que el número total de refugiados "se encontrará lejos de los objetivos previstos para septiembre de 2017" si se mantenían los ritmos de acogida y no se aumentaban los esfuerzos estatales. 

"La explicación es multicausal, pero la principal es que España ha sido un país de paso, no de acogida", coincide Paula San Pedro, responsable de Incidencia Política de Acción Humanitaria en Oxfam Intermón, que apunta, además, que las peticiones de asilo han aumentado, pero las plazas disponibles para la acogida no se han incrementado de manera paralela, lo que influye también en el incumplimiento de los compromisos. No obstante, "la falta de infraestructuras también es falta de compromiso político", añade. 

En este sentido, en el mes de mayo, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Afonso Dastis, explicó en el Congreso que el Gobierno "está haciendo todo lo que está en su mano" para cumplir el objetivo, pero que "es difícil" porque el Gobierno no puede decidir a quién acoge, sino que son los servicios comunitarios los que lo indican en función de la cifra de personas que pueden acogerse al reasentamiento o a la reubicación.

El problema en este punto radica en quiénes son las personas susceptibles de ser acogidas por los países de la Unión Europea. Si bien a las costas griegas e italianas llegan personas procedentes de varias nacionalidades, las que pueden acogerse al programa de reubicación son de Siria, Yemen y Eritrea, por lo que la presión "convierte a Grecia e Italia en una ratonera", según Favieres. 

Por otro lado, las organizaciones coinciden también en apuntar que el compromiso adquirido por España es de los más pequeños de la Unión Europea, por lo que su incumplimiento es, si cabe, más grave. "El compromiso es ridículo en comparación con el de otros países de la UE", apunta Verónica Barroso, portavoz en asuntos de refugiados e inmigración de Amnistía Internacional España. "España se comprometió a traer a 500 personas mensuales. No han llegado ni 200 en los últimos dos meses", denuncia. "Llevamos dos años esperando que las autoridades españolas dejen de decir que van a acelerar el número de llegadas y lo hagan de verdad, pero ya es tarde: España habrá cumplido sólo con una mínima parte de lo comprometido", asegura Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España. 

Sistema de acogida obsoleto

La falta de voluntad política, tal y como apunta San Pedro, además de interferir a la hora de "tomar en serio" los compromisos adoptados, también influye en la falta de infraestructuras y de un sistema de acogida adecuado. Las organizaciones coinciden en señalar este último factor como otra de las causas del incumplimiento de los objetivos de la Unión Europea. "Es evidente que el nivel de implementación es muy bajo. A pesar de la voluntad de subir plazas, en 2015 y 2016 no se ha empujado el programa para hacerlo", informa Vega, con quien coincide Favieres, que solicita un "sistema potente y anclado para soportar el pico elevado de la inmigración". "La obligación es estar preparados, porque se puede hacer", añade. 

Por otro lado, las ONG destacan la buena voluntad de las comunidades autónomas y ayuntamientos en el proceso de acogida. Si bien éstas no tienen ninguna competencia específica, "han dado una respuesta muy positiva", indica Vega, quien señala además que la coordinación entre éstas y el Estado es fundamental para conseguir que los compromisos se cumplan. 

La competencia de la reubicación corresponde al Ministerio del Interior en coordinación con el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que gestiona los centros de acogida, donde las personas que llegan pasan seis meses. En el caso del reasentamiento, por su parte, el Gobierno no tiene nada que decir, pues lo gestiona directamente Acnur. "Aunque las comunidades tengan voluntad, no tienen ninguna potestad para acoger, tan sólo se encargan de dotar a las personas reubicadas de los servicios sociales básicos como la sanidad y la educación", explica San Pedro. 

Falta de compromisos vinculantes

No todos los países de la Unión Europea se acogieron en el año 2015 al programa de reubicación y reasentamiento para dar protección a los demandantes de asilo. De hecho, Hungría y Polonia se negaron en rotundo a aceptar a personas reubicadas procedentes de Grecia e Italia, mientras que la República Checa únicamente ha aceptado a 12. Ante esta situación, Bruselas amenazó con abrirles un expediente, que podría terminar en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Según Favieres, el problema de que acabe en la justicia europea es que no está determinado si estos acuerdos son vinculantes o no, por lo que, en el caso de que rechacen expedientarles, se podría sentar un precedente peligroso en el sentido de que los demás países europeos podrían rechazar igualmente la acogida de refugiados, agravando su situación.

Continuidad de la acogida una vez finalice el plazo

Con el dibujo de este escenario en el que múltiples factores influyen en que España incumpla los compromisos alcanzados, todas las organizaciones insisten en que la voluntad política es el factor fundamental para conseguir que la cifra de refugiados prometida por el Gobierno llegue a España. "Lo más importante es la voluntad y que se cuente con todos los actores implicados en el asilo", afirma Vega, quien demanda a su vez una adecuada planificación y una renovación de las estructuras encargadas de llevar a la práctica la acogida. 

Por otro lado, otro factor importante señalado por Favieres es la "continuidad" de la acogida "a partir del 27 de septiembre". En este momento, además, las ONG coinciden en la necesidad de que España adopte un compromiso mensual y que informe de él a las autoridades comunitarias para que éstas puedan saber la cantidad de plazas disponibles en nuestro país y, de esta manera, se agilice el proceso de acogida. 

Además, la apertura de otras vías legales y seguras para que más personas puedan llegar a España también contribuiría a reducir la cifra del objetivo de reubicación, tal y como explica Barroso. "Los esfuerzos no son suficientes y por eso estamos sufriendo un retraso brutal", denuncia. 

 

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