Derechos humanos
Indignación y gritos contra la barbarie por el asesinato en Brasil de la activista y política Marielle Franco
Miles de personas recordaron este jueves a Marielle Franco, la concejala y activista de Derechos Humanos asesinada la noche del miércoles en Río de Janeiro. Se escucharon gritos contra la barbarie y críticas contra las autoridades regionales y de Brasil. "Luto e luta" (Luto se transforma en lucha), "Policía asesina, no nos va a hacer callar" o "Policía militar tiene que acabar", gritaron miles de personas congregadas frente al Concejo Municipal, en el centro de la ciudad, donde se velaban los cuerpos de Franco y del conductor que la acompañaba, Anderson Gomes.
"Mujer guerrera que murió por el pueblo", gritaron cientos de personas congregadas en las puertas del cementerio donde Marielle fue enterrada. A la misma hora se sucedían las movilizaciones en varias capitales del país, la más numerosa frente a la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, para protestar por el crimen y exigir justicia. Su muerte, apenas tres días después de denunciar los excesos de la policía en las favelas y cuando se cumple un mes de la intervención del Ejército en la Seguridad Pública en Río de Janeiro, pone en serios apuros a las autoridades, que fueron blanco de la indignación popular y que deben dar una respuesta a las demandas, tanto internas e internacionales, de una investigación rápida y concluyente.
El vehículo en el que viajaba recibió nueve impactos de bala, tres le dieron en la cabeza y otros tantos alcanzaron al conductor. Solo una asesora de Franco consiguió sobrevivir y su testimonio será fundamental para la investigación, aunque la policía maneja la hipótesis de un crimen premeditado y cree que los asesinos siguieron el coche de la activista durante cuatro kilómetros por la ciudad antes de su asesinato.
La activista era relatora de una comisión municipal creada para fiscalizar la intervención en Río de Janeiro y se había pronunciado abiertamente en contra de la presencia del Ejército en un vídeo en el que participaron varios artistas para denunciar lo que consideraban una "farsa". "Otro homicidio de un joven que puede entrar en la cuenta de la Policía. Matheus Melo estaba saliendo de la iglesia ¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?", se preguntó Franco en un mensaje colgado en las redes sociales un día antes de su muerte.
Mujer, negra y originaria de la Maré, el mayor complejo de favelas de Río, Marielle encarnaba el sueño de millones de personas en Brasil. Un hecho traumático en su juventud, la muerte de su mejor amiga víctima de una bala perdida en la Maré, la animó a trabajar en la denuncia de la violencia en las comunidades.
Estudió una carrera, se lanzó a la política y se convirtió en la quinta legisladora municipal más votada en las elecciones de 2016 de la mano del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Era socióloga, de 38 años y con una hija de 20, Marielle fue asesinada en la noche del miércoles cuando transitaba en un coche por el centro de Río de Janeiro, tras participar en un acto político con mujeres negras.
La noticia de su muerte provocó miles de reacciones de repudio y obligó al Gobierno a dar respuestas. El presidente Michel Temer calificó el crimen como de "extrema cobardía" y prometió que no quedará impune, mientras su ministro de Justicia, Torquato Jardim, encuadró el crimen en la ola de violencia que sufre Río y subrayó que no "pone en jaque" la "eficacia" de la intervención federal en la seguridad de Río.
Su asesinato ha tenido un gran impacto fuera de las fronteras de Brasil ha llevado a varias organizaciones internacionales a exigir una investigación urgente y transparente.
La portavoz en Ginebra de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Liz Throssell, pidió que las pesquisas "se hagan lo antes posible" y de forma "completa, transparente e independiente, de modo que (sus resultados) puedan verse como creíbles".
La Policía de Brasil mata a uno de los sospechosos del asesinato de la activista Marielle Franco
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En Brasil se han multiplicado las voces que piden Justicia y lloran la muerte de Merielle, entre ellas la de su amigo Caetano Veloso. "Estoy triste, tan triste y el lugar más frío de Río es mi cuarto", cantó Veloso para expresar su dolor en un emotivo vídeo que compartió en redes sociales.