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El rincón de los lectores

Cómo duele esta patria

Photocall de Fernando Aramburu por su nuevo libro Autorretrato sin mí

Nieves Álvarez Martín

En el inicio del verano, la escritora nos recuerda el interés de Patria, de Fernando Aramburu, una de las novelas con más repercusión de los últimos años.______________

Tengo estupendas amistades allí, sé de su honestidad, trabajo riguroso y comprometido, su creatividad exenta de algarabía, sus afectos sin estridencias, su sencillez, su generosidad y su fuerza cuando quieren conseguir algo. Admiro lo que son y, a veces, no comprendo lo que quieren ser, pero respeto sus planteamientos vitales porque sé, estoy segura, que, en casi todos los casos, nacen de algo en lo que no está ajena nuestra cobardía, nuestros miedos, nuestras miserias, nuestra falta de conocimiento y reconocimiento de la realidad y el poco interés por el diálogo de nuestros gobernantes, que prefieren la imposición y los tribunales, a la palabra. Y también nosotras, las personas honestas que hemos dicho “de eso mejor no hablar” y nos hemos confundido.

 

Podría estar escribiendo de diferentes pueblos de los que está formado nuestro mapa, nuestro país de países, nuestra convivencia plural y rica en contrastes. Pero no, en esta ocasión, hablo de un solo pueblo. Y no me refiero a Cataluña (tan protagonista últimamente, tan malentendida), me refiero al pueblo vasco, a tantas personas que conozco allí, a lo que he aprendido en su compañía. Pero, sobre todo, me refiero a Patria, ese novelón de Fernando Aramburu, que me tuvo subyugada desde la primera a la última página, que me metió dentro de los personajes, me obligó a respirar desde su propia piel, a ponerme en su lugar, a descubrir la nobleza y la miseria, el dolor, el miedo, la locura, la cobardía.

Según fui adentrándome en la trama (real como la misma vida y la misma muerte) recordaba la tan careada Transición (en la que no se tuvo el valor de arreglar algunas cosas que siguen pendientes: de aquellos lodos vienen estos barrizales en los que andamos estancados), las manifestaciones, el “gora euskadi askatuta”, el “libertad, amnistía y estatuto autonomía”, recordaba la juventud de entonces, las ilusiones de ahora, la democracia fallida, el dolor por lo perdido y por lo ganado, la necesidad de reconocer las pérdidas y ganancias, lo poco que hemos profundizado, en cuánto han sufrido algunos pueblos (casi todos) de esta España nuestra que nos hiere el corazón y el pensamiento y no atiende a razones, que sigue helando la palabra en las bocas de quienes intentan cambiarlo todo, para integrar a unos y a todos.

Patria es una de esas novelas magistralmente construida, que va adelante y atrás, que te pone en el punto de mira de lo que pasó, de lo que vivieron y sufrieron los protagonistas. He sentido la evolución emocional e ideológica de dos amigas (Bittori y Miren) la incomprensión ante lo que está pasando de sus maridos y amigos: Txato, con su no comprender por qué a él, y Joxian con su cobardía y su dejar que las cosas pasen como tengan que pasar. La historia de dos familias, en otro tiempo unidas, a las que el “conflicto”, ETA y el miedo, separan, confunden, ignoran, hacen casi imposible la reconciliación.

Leyendo, escuchando el sonido de cada personaje, me parecía estar conversando con Luis Mari, Aitor, Ainhoa, Nekane, amigos y amigas (a quienes quiero y hace tiempo que no escucho) que, cuando hablaban en castellano, utilizaban los verbos en el modo condicional, sustituyendo al pretérito imperfecto de subjuntivo, elidiendo palabras y centrándose en verbos y nombres sin muchas florituras lingüísticas ni adjetivos.

Patria es, sin duda, al menos para mí y me consta que para muchas personas lectoras, una de las mejores novelas, equiparable a las más grandes de los clásicos. He sentido el deseo de que no terminase nunca, de seguir conociendo (a través de la voz excepcional de Aramburu) lo que él sabe, lo que él siente, lo que él es capaz de transmitir de una forma tan dolorosamente brillante.

*Nieves Álvarez Martín es escritora y artista plástica. Nieves Álvarez Martín

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