Sánchez se vuelca en la agenda de la guerra y pide unidad política para evitar "un error histórico"
Todo lo que hasta hace nada estaba ocupado por la pandemia, ahora lo ocupa la guerra. La invasión de Ucrania, la respuesta ante el presidente ruso, Vládimir Putin, y las consecuencias económicas derivadas del conflicto monopolizan desde hace días la acción del Gobierno y lo harán también en las próximas semanas. La agenda de Pedro Sánchez se ha llenado de encuentros internacionales con líderes europeos y en España se intensifican también los contactos con los partidos políticos, los agentes sociales y las Comunidades Autónomas en busca de una unidad de acción que en Moncloa consideran básica para la estabilidad de la legislatura y para hacer frente a lo que se avecina.
Tras la inédita unanimidad con la que se rubricó el acuerdo en la conferencia de presidentes del pasado domingo en La Palma, el Ejecutivo se pone ahora en marcha para trasladar ese nivel de consenso al seno de la Unión Europea, primero, y al Congreso de los Diputados, en segundo lugar. En una entrevista este pasado lunes en laSexta, Sánchez ya anunció el inicio de una gira continental en busca de apoyos entre los socios europeos para la ansiada reforma del mercado energético que permita el control de precios de la electricidad. Y ya se conocen más datos de esa gira que arrancará este mismo miércoles.
Tras la sesión de control en el Congreso, Pedro Sánchez recibirá en Moncloa al primer ministro croata, Andrej Plenković, y posteriormente viajará a Bratislava para reunirse con su homólogo eslovaco, Eduard Heger. Ya el jueves visitará Bucarest y lo previsto es que el viernes participe en Roma en una cumbre que congregará a los primeros ministros de Italia, Portugal y Grecia. También ha confirmado el Ejecutivo que Sánchez viajará a Dublín y a Berlín, con fechas aún por confirmar.
El objetivo es llegar al crucial Consejo Europeo del 24 de marzo con las alianzas suficientes como para poder impulsar una propuesta que el Gobierno español lleva defendiendo desde hace meses en Bruselas, de momento con escaso éxito: desacoplar el precio del gas del de la energía eléctrica para conseguir bajar el recibo que pagan los ciudadanos. El Gobierno reconoce que es optimista con la posibilidad de que finalmente se acabe regulando ese mercado y que las posturas de muchos gobiernos europeos han cambiado tras el estallido de la guerra.
De concretarse la medida se trataría de un éxito del Ejecutivo español que le permitiría además afrontar de otro modo las rebajas fiscales que ya ha comprometido para el Plan Nacional que aprobará en el Consejo de Ministros del 29 de marzo: “Lo haremos”, dijo el presidente en la entrevista de laSexta, aunque añadió: “Lo más relevante no es bajar los impuestos, es regular el precio del gas que está infligiendo un coste inasumible para los ciudadanos”. Aun así, también confirmó que su gobierno tomará medidas para “proteger a las personas más vulnerables y amortiguar las consecuencias de la guerra y que el reparto de la carga sea justo”.
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Si la agenda del presidente estará copada en las próximas semanas con su gira internacional de cara al Consejo Europeo, en España el Gobierno se volcará en ahormar una amplia mayoría parlamentaria de cara al decreto del 29 de marzo. También este miércoles arrancará una ronda de conversaciones con todos los grupos parlamentarios que por parte del Ejecutivo pilotarán las tres vicepresidentas y el ministro de la presidencia. Nadia Calviño, Yolanda Díaz, Teresa Ribera y Félix Bolaños estarán al frente de unas conversaciones que empezarán con el PP en busca de un consenso equiparable al alcanzado en La Palma. “Ahora lo que toca es que todos estén detrás del Gobierno para empujar juntos en la negociación con Europa y mandar un mensaje de unidad en estos momentos”, sostienen en la Moncloa.
Esa demanda de unidad es el mensaje más repetido también en público por parte del Gobierno, después de las críticas de su propio socio de coalición por el envío de armas y también por el anuncio de un mayor gasto militar para los próximos presupuestos. “Todos debemos contribuir en esta situación de la unidad política”, remarcó este martes en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la portavoz, Isabel Rodríguez, que también reclamó que “la posición del presidente sea reforzada por el parlamento y las Comunidades Autónomas para “dar serenidad y tranquilidad”.
Rodríguez repitió que “el Gobierno tiene claro dónde tiene que estar España y haremos todo lo que tengamos que hacer para defender nuestra posición y para defender el proyecto europeo” e hizo un llamamiento: “La situación es inédita e histórica, y no estar en este acuerdo también sería un error histórico”, concluyó. Nadie es capaz de descartar que las posturas ante la guerra puedan provocar un aumento de las tensiones en el seno de la coalición. En Moncloa niegan que el conflicto en Ucrania haya variado los planes de la legislatura y descartan un adelanto electoral. Varios socios del Gobierno, sin embargo, empiezan a percibir con recelo que se estén acumulando elementos sobre la mesa que podrían señalar ese horizonte, como los anuncios de Pedro Sánchez en relación al envío de armas o al aumento del gasto militar que chocan frontalmente con Unidas Podemos. “La voz del Gobierno es solo una y en política exterior la marca el presidente”, recuerdan en la Moncloa.