Sánchez apuesta para presidir el Congreso por Armengol, un perfil feminista y dialogante para armar una mayoría

El PSOE propondrá a Francina Armengol, expresidenta de Balears, como nueva presidenta del Congreso tras el paso a un lado de Meritxell Batet y como solución de consenso para lograr una mayoría progresista en la Mesa de la Cámara Baja este jueves.

Según ha informado este martes el PSOE en un comunicado, la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE realizará el miércoles esta propuesta al Grupo Parlamentario Socialista. Ferraz destaca de ella: "Armengol milita desde los años noventa en el Partido Socialista de Illes Balears y atesora una amplia experiencia y servicio en la vida pública y parlamentaria. Ha desarrollado su labor en las principales administraciones: concejal en el ayuntamiento de Inca en sus inicios, diputada después en el Parlament de Illes Baleares, consellera del Consell Insular de Mallorca y la primer mujer presidenta de la Comunidad Autónoma en 2015, cargo que revalidó en 2019".

El partido pone en valor asimismo: "Francina Armengol es una política cercana a la realidad cotidiana de los ciudadanos, representa la lucha por la igualdad de las mujeres, la justicia social y la apuesta por la convivencia basada en el diálogo".

Armengol, añade el PSOE, es "también ejemplo de un país que convive con naturalidad en la riqueza que suponen las diversas lenguas que se hablan en España, además de una dirigente comprometida con la transición ecológica". "Estamos convencidos de que representará a nuestro país, como tercera autoridad del Estado, con la máxima solvencia, igual que hizo su antecesora en el cargo Meritxell Batet", señala el comunicado.

Una de las primeras 'sanchistas'

Francina Armengol es una figura política que ha estado siempre al lado de Pedro Sánchez desde que llegó a la Secretaría General del PSOE. La política fue la líder territorial que más fuerte defendió al actual presidente cuando fue defenestrado por la cúpula del partido y compartió sus tesis de que había que votar no a la investidura de Mariano Rajoy.

Su sintonía con Ferraz siempre ha sido total y decidió aceptar el ofrecimiento de Sánchez de encabezar la lista por Balears este 23 de julio después de perder la Presidencia autonómica el 28M. El archipiélago está ahora gobernado por el Partido Popular, con el apoyo externo de la ultraderecha.

Armengol también ha sido una política convencida en las coaliciones y ha tenido en su Govern miembros de Podemos y de los nacionalistas baleares. Por eso, su trayectoria sirve de gancho para lograr el voto tanto de Sumar como del resto de fuerzas necesarias parar lograr tener una mayoría frente al bloque de de las derechas.

Una votación de infarto

La Mesa del Congreso se constituye este jueves por la mañana en la Cámara Baja, con la primera y vital votación para elegir la Presidencia. Este es el primer gran test del bloque progresista para ver si puede amarrar este órgano, encargado de dirigir la vida parlamentaria.

Se trata, por lo tanto, del primer examen de Sánchez también para armar esa mayoría que le permita asegurarse la investidura.

En esta ecuación deben ir de la mano el PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV, BNG y Junts. En el aire están ahora mismo los votos de este último partido, que ha convocado una Ejecutiva el mismo jueves por la mañana para decidir in extremis si apoya la candidatura socialista.

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Los diputados serán llamados uno a uno por orden alfabético, y cada parlamentario escribirá un solo nombre en la papeleta, que depositará en la urna. Presidirá el Congreso quien obtenga el apoyo de la mayoría absoluta, 176 diputados. Si no se obtuviera dicha mayoría, se procedería a una segunda votación entre los dos diputados con más votos, y será elegido presidente el que concite mayores apoyos, según consta en el reglamento de la Cámara.

Los socialistas llevan días negociando con todos los partidos fuera de foco y la orden de Sánchez es que se debe hacer con la máxima discreción para no enturbiar un pacto muy complicado y que requiere de muchas sensibilidades. La figura de Armengol es del agrado de la izquierda y de los nacionalistas por su conocimiento de la diversidad de España, pero también tiene un talante muy institucional, como ha demostrado durante su etapa en Balears y con su conexión con la Casa Real durante los veranos en Palma.

Además, supone la imagen de la diferencia frente al PP y Vox, que ahora gobiernan en su autonomía. Ella, además, hace gala de una política económica con marcado carácter social y ha sido una firme defensora de aplicar políticas ecologistas.