Israel usa Gaza como laboratorio de pruebas de las armas que después venderá en el mercado internacional
Los clientes no tendrán que esperar a que acabe la guerra: ya conocen el nuevo material militar que las empresas israelíes presentarán en las ferias de armamento y durante las visitas de las delegaciones. Las armas en cuestión se presentan en un catálogo en la web oficial del ejército israelí, con breves explicaciones técnicas y “usuarios” encantados con sus experiencias sobre el terreno.
El mortero Iron Sting, de Elbit Systems, les conquistará con su nuevo sistema de guiado, que utiliza a la vez un rayo láser y un GPS, que puede utilizarse con cualquier tiempo, incluso si falla el satélite.
Los lanzamisiles portátiles Holit y Yated son ideales para su uso en zonas densamente pobladas y pueden llegar a zonas inaccesibles para los tanques. Vienen al pelo, porque además de llevar el nombre de dos localidades israelíes cercanas a la Franja de Gaza que fueron atacadas el 7 de octubre de 2023 por Hamás, se utilizan justamente en el enclave palestino, donde se han estrenado.
También se utilizan la ametralladora Negev 7, más potente que su hermana menor Negev 5, el vehículo blindado Ethan, el visor Smash, el jeep Beeri, que lleva el nombre de uno de los kibutz diezmados por los atacantes del grupo armado palestino el 7 de octubre, y otros equipos.
La web del ejército israelí es difundida por la prensa israelí, como el Jerusalem Post, cuyo periodista, transformado en representante comercial, añade armas americanas al catálogo de "innovaciones". Como las bombas gravitacionales y no guiadas (dumb bombs), convertidas en bombas "inteligentes" gracias a un sistema de guiado por GPS llamado JDAM, fabricado por Boeing. La ventaja de este sistema es que puede añadirse a bombas muy potentes, de hasta 900 kgs.
Esas municiones son transportadas –y lanzadas– por cazabombarderos Adir, fabricados por la empresa americana Lockheed y mejorados por Israel Aerospace Industries, añade el Jerusalem Post.
La Franja de Gaza como ‘showroom’
Este pequeño territorio palestino es pues abiertamente un escaparate para el ejército israelí, una sala de exposiciones de la industria militar del país, de sus innovaciones y de las armas que compra a sus proveedores extranjeros, en particular a Estados Unidos.
“No es la primera vez, e incluso es un argumento de venta", declaró a Mediapart Shir Hever, economista israelí y líder de la campaña BDS (boicot, desinversión y sanciones, ndt) para el embargo de armas a Israel. “Lo que no tiene precedentes, sin embargo, es el momento: justo en medio de una ofensiva contra Gaza. Hay que decir que la duración de la actual es excepcional.”
Antony Loewenstein, autor de un ensayo publicado en 2023 sobre el "laboratorio palestino", explicó en una entrevista concedida el 12 de enero de 2024 al Malcolm H. Kerr Carnegie Middle East Center que "durante años, Israel ha estado probando y ensayando un número considerable de tecnologías opresivas sobre los palestinos en Palestina, que luego se promocionan en los campos de batalla de todo el mundo. A menudo se ha considerado a Gaza como el campo de pruebas definitivo de armas de destrucción y vigilancia. [...] Lo que hemos visto en los últimos tres meses, tras la brutal masacre de Hamás, es que la respuesta israelí ha sido de una brutalidad abrumadora. Pero más allá de eso, Israel está haciendo lo que siempre ha hecho, probar y ensayar nuevas armas de destrucción y vigilancia".
El ejército israelí las presenta siempre como destinadas a una mayor eficacia y "humanidad", con el objetivo, en definitiva, de preservar a los no combatientes. La web del ejército israelí elogia así el nuevo misil de mortero Iron Sting: "El sistema en su conjunto permite a las tropas de las IDF apuntar y disparar a células y vehículos terroristas con precisión quirúrgica. Puede incluso penetrar a través de ventanas para minimizar los daños circundantes y, por tanto, los daños a civiles no implicados, que es actualmente una de sus principales prioridades."
Víctimas con heridas nunca vistas
Pero la guerra actual es claramente una carnicería que arroja un balance terrible: el lunes 29 de enero, el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás y adoptado por la ONU, informó de que, desde el 7 de octubre de 2023, han muerto en la Franja de Gaza 26.400 palestinos, en su mayoría mujeres y niños.
Es imposible por el momento atribuir la magnitud de la pérdida de vidas y la destrucción a ninguna munición en particular, nueva o antigua. No sólo porque Israel ha lanzado todas sus armas a la guerra –aviación, infantería y marina–, sino también porque la censura militar es especialmente meticulosa esta vez, mucho más que en operaciones anteriores.
“Es difícil determinar si Gaza es hoy un laboratorio o un showroom de la industria militar israelí más que en anteriores ofensivas, porque el ejército da muy poca información", señala Shir Hever. “De hecho, sólo informa sobre armamento extranjero o de importancia menor. Se ve la publicidad que hacen las pequeñas empresas como Smartshooter, de la que no sabíamos nada hasta hace unos meses [ha desarrollado el visor Smash - nota del editor], pero las grandes empresas son bastante discretas".
Shir Hever, como otros, toma nota de los testimonios de médicos del hospital Al-Shifa, que han visto lesiones en víctimas de bombardeos que nunca antes habían tenido que tratar. "Según uno de los cirujanos, es como una cuchilla que hace cortes muy limpios en la carne y el hueso. He visto fotos de algo que parece un misil giratorio que corta a medida que avanza. Desde el punto de vista tecnológico, parece un paso atrás, cortar con cuchillas en lugar de explosivos. Pero aún no sabemos qué es esa nueva arma", asegura.
El ejército israelí fue consultado sobre este punto en particular, pero no respondió a nuestra solicitud de información.
Es la primera vez que se utiliza la inteligencia artificial como arma. Se trata de una guerra gestionada por la inteligencia artificial.
Se han revelado algunas partes del secreto. El 14 de diciembre, la CNN publicó una evaluación de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos. Según este estudio, entre el 40% y el 45% de las 29.000 municiones aire-tierra lanzadas durante los dos primeros meses de la guerra contra el enclave palestino eran no guiadas. El estudio no menciona el sistema de guiado JDAM, cuyo uso elogia el Jerusalem Post.
El uso de bombas de gran potencia explicaría en parte el espantoso número de muertos y heridos civiles, incluidas familias enteras diezmadas en un solo ataque. También ha sido documentado, en algunos casos, por organizaciones de derechos humanos como Amnesty International. El propio ejército israelí ha reconocido el uso de municiones "inadecuadas" al menos en una ocasión. Fue tras el bombardeo aéreo de dos edificios del campo de refugiados de Al Maghazi, en el centro de la Franja de Gaza, que causó la muerte de al menos 85 personas el 24 de diciembre.
Una "fábrica de objetivos" alimentada por IA
Otra explicación sería la inteligencia artificial (IA), o más bien un nuevo sistema de definición de objetivos mediante IA. Nos acercamos a una ciencia ficción digna de las peores películas. De nombre Habsora (góspel), es un sistema que "tritura" cantidades astronómicas de información a la velocidad del rayo y entrega "objetivos" en tiempo real, en mayor número de lo que "decenas de miles de oficiales podrían hacer", según un oficial citado en la investigación de Yuval Abraham publicada en la revista israelí +972.
Demasiados "objetivos" que comprobar antes de disparar. En Gaza se ha aplicado la decisión de hacer aceptable un número sin precedentes de muertes de civiles para alcanzar un objetivo militar, es decir, un combatiente de Hamás, sea cual sea su rango: es la llamada doctrina Dahiya, que debe su nombre al bastión de Hezbolá en Beirut. En otras palabras, destrucción a gran escala. El creador de esta doctrina es el general Gadi Eizenkot, que fue jefe del Estado Mayor y ahora es miembro de la Knesset, el Parlamento israelí, y forma parte del Gabinete de Guerra.
“Es la primera vez que se utiliza la inteligencia artificial como arma", afirma Shir Hever. “Es una guerra dirigida por la inteligencia artificial. Deberíamos preguntarnos realmente quién controla a quién. El soldado recibe tantos objetivos para "procesar" que sólo comprueba una cosa: el sexo del objetivo designado. Si es una mujer, puede no disparar. Si es un hombre y le dicen que el disparo podría causar 80 bajas colaterales, dispara de todos modos".
Seguro que Habsora atraerá la atención de los clientes de la industria militar israelí. La web del ejército israelí hace un comunicado halagador de “La fábrica de objetivos 24 horas".
La inteligencia artificial es el nivel superior de tecnología sobre el que el sector militar-industrial ha forjado su reputación en las últimas décadas. Hay que reconocer que la alta tecnología fue incapaz de impedir que el 7 de octubre los combatientes de Hamás cruzaran la valla de seguridad que rodea la Franja de Gaza. Al mantener encerrados a los palestinos, se suponía que proporcionaría una protección infalible al territorio israelí.
Pero ese fracaso no debería perjudicar mucho al sector y a grandes empresas como Elbit Systems, Rafael Advance Systems e Israel Aerospace Industries, especialmente conocida por sus drones, muy utilizados en asesinatos selectivos.
“Yo pensaba que ese fracaso de la tecnología provocaría su rechazo, pero lo que anuncian las empresas israelíes es exactamente lo contrario", afirma Shir Hever. “Afirman tener muchos clientes. Y los que hoy compran armas a Israel son principalmente Estados occidentales. Suecia en primer lugar, porque acaba de entrar en la OTAN y teme a Rusia. Luego vienen Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia. Tanto es así que Elbit Systems ha anunciado que va a recurrir a sus antiguos empleados, ya jubilados, para satisfacer los pedidos”.
Hace once años se estrenó The Lab, un documental dirigido por Yotam Feldman sobre la industria militar israelí, su lugar en la economía, sus vínculos con la clase política y las decisiones que ésta toma. "Cuando Israel vende un arma, ya ha sido probada. Por eso la demanda es tan fuerte, aporta miles de millones de dólares al país", afirma el general Benyamin Ben-Eliezer, que entonces era ministro de Comercio e Industria.
La diferencia con la actualidad es el número de vidas palestinas perdidas bajo las ruinas de Gaza.
El ejército israelí admite haber inundado los túneles de Hamás en Gaza
El martes 30 de enero, el ejército israelí admitió haber inyectado "grandes volúmenes de agua" en los túneles utilizados por el movimiento islamista palestino Hamás en la Franja de Gaza para "neutralizarlos", asegurando al mismo tiempo que no comprometía el acceso al agua potable de la población civil. "Se han desarrollado diversas herramientas para meter grandes volúmenes de agua en el interior de los túneles", afirmó el Ejército en un comunicado.
"Esta capacidad se ha desarrollado de forma profesional, incluyendo el análisis de las características del suelo y de las canalizaciones" en las zonas afectadas para garantizar que no se produzcan daños en las capas freáticas, dijo, refiriéndose a un método utilizado sólo en lugares en los que sería "apropiado".
Apodado el "metro de Gaza" por los militares israelíes, el laberinto de túneles excavados por Hamás bajo la Franja de Gaza se utilizó inicialmente para eludir el bloqueo impuesto por Israel después de que Hamás llegara al poder en el territorio en 2007.
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Se excavaron cientos de túneles bajo la frontera con el vecino Sinaí, en Egipto, para trasladar personas, mercancías, armas y municiones entre Gaza y el mundo exterior. Tras la guerra entre Israel y Hamás en 2014, Hamás amplió la red, de la que pueden salir sus combatientes para disparar sus cohetes hacia suelo israelí. En un estudio publicado el 17 de octubre de 2023, el Instituto de Guerra Moderna de la academia militar americana de West Point menciona 1.300 galerías que cubren 500 kilómetros.
Traducción de Miguel López