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Tomás Muniesa sustituirá a José Ignacio Goirigolzarri como presidente de CaixaBank

Tomás Muniesa en una imagen de archivo.

 José Ignacio Goirigolzarri ha comunicado este miércoles su renuncia voluntaria al cargo de presidente ejecutivo de CaixaBank, que ocupaba desde la absorción de Bankia, en marzo de 2021, y será sustituido por Tomás Muniesa. El hasta ahora vicepresidente asumirá el cargo el 1 de enero de 2025, momento a partir del cual la presidencia del banco dejará de tener funciones ejecutivas, ha informado CaixaBank a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y recoge EFE.

La salida de Goirigolzarri llega al término de un ciclo estratégico para la entidad, que presentará su hoja de ruta 2025-2027 el próximo 19 de noviembre, y en un contexto en el que el Banco Central Europeo (BCE) presiona para separar las funciones ejecutivas y no ejecutivas de las entidades bajo su paraguas.

CaixaBank ha detallado en un comunicado que el todavía presidente ha decidido desvincularse también voluntariamente de todas las responsabilidades que ocupaba en el grupo.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de la entidad desde junio de 2014, se mantiene como primer ejecutivo del banco, informará directamente al consejo de administración y preside el comité de dirección.

El consejo de CaixaBank ha valorado como "enormemente positiva" la gestión llevada a cabo por Goirigolzarri, y ha destacado su "contribución fundamental en el ejemplar y exitoso proceso de integración de Bankia".

Tras haber disparado el beneficio más de un 25 % en el primer semestre del año, hasta 2.675 millones de euros, CaixaBank dará a conocer mañana los resultados financieros correspondientes al tercer trimestre.

Funciones de supervisión del presidente

Las atribuciones de Goirigolzarri se limitaban ya a comunicación, auditoría interna y relaciones institucionales, con gran parte del poder ejecutivo en manos del consejero delegado.

Con el relevo, el banco recupera una estructura similar a la que encabezó Jordi Gual entre 2016 y 2021, cuando la presidencia tampoco tenía atribuciones ejecutivas, y da el primer paso hacia un nuevo periodo de tres años que estará previsiblemente marcado por una relajación de la política monetaria del BCE.

En el borrador de una guía para la gobernanza de las entidades publicada en julio, el Banco Central Europeo aboga con firmeza por la separación de las funciones ejecutivas y no ejecutivas en los órganos de administración, una separación habitual en la eurozona pero que no está marcada en bancos españoles como BBVA, Santander y hasta ahora CaixaBank.

El BCE reconoce que la legislación nacional en algunos países permite que el presidente tenga funciones ejecutivas, pero subraya que "no es la mejor práctica" y recomienda que se "revisen los casos existentes". Como principio general, el banco emisor considera que el presidente del órgano de dirección debe ejercer una tarea de supervisión y recomienda, como mejor práctica, que sea también un miembro independiente.

Fin a la etapa de Goirigolzarri

A sus 70 años, Goirigolzarri es una de las figuras destacadas de la historia reciente de la banca española. Su carrera comenzó en 1994 en el Banco de Bilbao, que luego se fusionó para formar el BBVA, en el que ejerció de consejero delegado entre 2001 y 2009.

Su papel más notable llegó en 2012, cuando fue nombrado presidente de Bankia en uno de los momentos más críticos para el banco y el sistema financiero español.

Tras la fusión con CaixaBank, Goirigolzarri asumió la presidencia de la entidad resultante, que se convirtió en el mayor banco de España en términos de activos. 

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