Ante el horror y la ignominia del terrorismo sionista-nazi que Israel está llevando a cabo en su guerra de exterminio contra el pueblo palestino, el Occidente colectivo liderado por Estados Unidos mira para otro lado en vez de parar los crímenes de guerra que el gobierno sionista de Israel está cometiendo con toda impunidad. Pero si bien Israel ha construido un muro de impunidad, gracias a EEUU que mantiene y sufraga el terrorismo de uno de los ejércitos más modernos y preparados del mundo, que se dedica a la matanza y carnicería de mujeres y niños, hoy Sudáfrica se ha convertido en el primer país del mundo que ha plantado cara al genocidio en Gaza y Cisjordania, que estamos viendo en la televisión.
Según el abogado de derechos humanos Craig Mokhiber, y la asesora internacional de la Voz por la Paz judía Phyllis Bennis, se ha abierto una grieta en el muro de la impunidad, como vemos en su artículo Una grieta en el muro de la impunidad de 75 años: la impugnación jurídica de Sudáfrica contra el genocidio israelí. Al presentar una demanda en un documento de 84 páginas el 29 de diciembre de 2023 en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Sudáfrica ha sido el primer país del mundo en tomar “la iniciativa para desafiar el ataque genocida de Israel”. Mokhiber y Bennis recuerdan que fue en 1948 cuando “se adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, que ambas prometían un mundo en el que los derechos humanos estarían protegidos por el Estado de derecho”. Si consideramos lo que está pasando en Gaza hoy, estas declaraciones universales creadas por el colonialismo occidental, han deformado la realidad con rasgos grotescos y absurdos.
En el año 1948 vemos una trágica ironía. Por un lado, las fuerzas israelíes causaron la primera Nabka o catástrofe con la violencia y el desalojo masivo ilegal de cientos de miles de palestinos de sus tierras. Y por otro, apareció “el primer terrorista del Estado de Israel”: David Ben-Gurión. No sorprende, pues, que el primer ministro Benjamín Netanyahu y su gobierno sionista continúen hablando hoy de una segunda Nabka con el genocidio de Gaza, que como el cuadro que pintó Picasso, Guernica, se ha convertido ya en el símbolo de la crueldad humana. Picasso pintó el bombardeo de los aviones de combate alemanes e italianos que llevaron a cabo en la ciudad de Guernica el 27 de abril de 1937, con la complicidad del genocida Francisco Franco en la guerra civil española. Guernica, como la Gaza que hoy vemos en televisión, “quedó reducida a enormes escombros que cubrían a civiles inocentes cuya carne, sangre, huesos y tendones cubrían el desolado paisaje”. En Gaza vemos “una destrucción apocalíptica” de las infraestructuras que existieron, calles, hospitales, ambulancias, campos de refugiados, mezquitas, iglesias y escuelas que “están siendo atacadas deliberadamente sin piedad”. Así lo describe el profesor Raouf Halaby en su artículo De Guernica a Gaza.
Cuando la ONU y el Occidente colectivo se reúnen para llegar a un acuerdo de alto el fuego, ninguna resolución se aprueba porque EEUU bloquea el proceso. Se repite lo que hace años se pedía como la única solución del conflicto: un Estado israelí y un Estado palestino, soberanos y con garantías de seguridad. Y resulta que lo único que se consigue es un permiso de Israel para que entre la ayuda humanitaria. Esto es una burla y un abuso por parte de Israel. Es vergonzoso pedir esta ayuda, sabiendo que Israel está utilizando el hambre como arma de guerra.
No andemos con tapujos porque no hay tiempo: la gente se muriere de hambre y de frío. Lo que el sionista Netanyahu y su gobierno quieren es lo que Joshua Frank señala en su artículo: Hacer que Gaza sea inhabitable. Cuando el Occidente colectivo llega a la conclusión de la necesidad de dos Estados, después de tanta aniquilación y tantos bombardeos masivos, masacres, palizas, torturas y detenciones masivas de civiles, aparece Netanyahu en televisión el jueves pasado y declara que después de la guerra “no habrá ningún Estado palestino”. Y también dijo: “Nadie nos parará, incluyendo a la CIJ”.
Los juristas de Sudáfrica documentan las atrocidades de Israel citando las palabras utilizadas por los miembros del gobierno israelí. Esto lo encontramos en el texto del documento de la pág. 59 a la 67. Vijay Prashad, en su artículo La guerra de Israel contra Palestina y el levantamiento global contra ella, considera que el lenguaje racista utilizado como “monstruos”, “animales”, “jungla”, es “escalofriante”. Ya lo vimos el 9 de octubre cuando el ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que sus fuerzas “están imponiendo un asedio completo en Gaza (…) Estamos luchando contra los animales humanos y actuamos en consecuencia”. Para Mokhiber y Bennis el lenguaje de los funcionarios israelíes es “deliberadamente deshumanizador” porque “incluye descripciones de los palestinos como animales”, utilizando palabras como “infrahumanos”, “insectos”, “alimañas”.
Netanyahu ha invocado versículos bíblicos que hablan sobre la guerra contra Amalec, en el primer libro de Samuel (1 Sm 15, 2-3, 7, 31). Amalec se convirtió en el enemigo de Israel debido a que las tribus pre-israelitas intentaron asentarse en el sur de Palestina. El Señor del universo le dijo a Saúl: “Ataca a Amalec, consagra sin miramientos al exterminio todas sus pertenencias y mata hombres y mujeres, muchachos y bebés, vacas y ovejas, camellos y asnos”. Y esto es lo que Netanyahu y su gobierno sionista-nazi están haciendo hoy en Gaza.
Guernica, como la Gaza que hoy vemos en televisión, quedó reducida a enormes escombros que cubrían a civiles inocentes cuya carne, sangre, huesos y tendones cubrían el desolado paisaje
Prashad subraya que los ataques militares israelíes y las palabras de estos funcionarios “plenamente respaldados” por EEUU y muchos de los gobiernos de la Unión Europea, han provocado la ira y las protestas masivas. Y observa que todo esto “es suficiente como punto de referencia para la acusación de genocidio. En la audiencia ante la CIJ, Israel no pudo responder de manera creíble a la denuncia sudafricana”. Mohkhiber y Bennis ven la demanda de Sudáfrica como un “instrumento para intensificar las movilizaciones globales de la sociedad civil, exigiendo a sus gobiernos que cumplan con las obligaciones impuestas a todas las partes de la Convención sobre el Genocidio”.
Ya hemos visto movilizaciones de protestas, sentadas, desobediencia civil, defensores de derechos humanos, activistas judíos, organizaciones religiosas, movimientos en los EEUU y en todo el mundo. Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller, ha declarado que “es un signo de los tiempos que sea un país del Sur Global, de África, de los BRICS, que asuma el liderazgo moral para tratar de detener lo que está ocurriendo en Gaza”. Y puntualiza: “Tenemos que pasar a un paradigma completamente nuevo en el que trabajemos juntos como la única humanidad para acabar con la idea de que Rusia, China y el Sur Global son el ‘enemigo’ de la humanidad”.
La decisiva actuación de Sudáfrica de sentar a Israel en el banquillo de los acusados, con otras naciones que la están apoyando, demuestra que el Sur Global ha roto las ataduras del control de la era colonial. Esta decisión tiene una importancia transcendental para el futuro porque Occidente, (el Norte Global), apoya el genocidio de Israel contra el pueblo palestino. Pero como Prashad opina, “el Norte Global ha ido perdiendo lentamente su control sobre la economía mundial, la tecnología y las materias primas”. Esto lo ha dejado “con pocos instrumentos para mantener el poder económico”. Y China, que “ha estado reciclando las ganancias globales en proyectos de infraestructura en todo el mundo”, ha ido ganando lentamente el control de la economía mundial.
La respuesta del Norte Global ha sido como se esperaba: militarizar todo con un gasto masivo. Prashad destaca que “tres cuartas partes del gasto militar mundial corresponden a los estados de la OTAN”. El Norte Global utiliza a “Ucrania y a Taiwán como palancas para provocar a Rusia y China a conflictos militares con el fin de "debilitar", en lugar de disputar el creciente poder energético ruso y el poder industrial tecnológico chino a través del comercio”. Es decir, el Occidente colectivo en vez de ofrecer paz y desarrollo, solo asegura guerras permanentes. Como Prashad advierte, detrás de la guerra genocida israelí en Gaza, que se deteriora cada día que pasa, hay un objetivo más profundo: “la legitimidad del proyecto de la OTAN”.
El periodista de investigación Max Blumenthal, de Grayzone, nos muestra un video que se puede ver en los dos enlaces que indico más abajo: “una espeluznante realidad” y “la psicosis anti-palestina” de una sociedad israelí que se burla del sufrimiento y la tortura de los palestinos. Me gustaría que los líderes de los países europeos vieran este video para oír cosas como: "Los palestinos son unos hijos de perros. Que se queme su pueblo. Gaza, Gaza, puta. No hay civiles inocentes. Torturad a los hombres. Celebremos la fiesta judía, la Janucá, derribando casas en Gaza. El ejército tiene que golpear más duro. Todos los palestinos son terroristas. El sionismo es una entidad sin fronteras y en constante expansión".
A mi juicio, este video es suficiente para que la CDJ juzgue la demanda de Sudáfrica contra el sionismo israelí.
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Juan José Torres Núñez es socio de infoLibre.
Ante el horror y la ignominia del terrorismo sionista-nazi que Israel está llevando a cabo en su guerra de exterminio contra el pueblo palestino, el Occidente colectivo liderado por Estados Unidos mira para otro lado en vez de parar los crímenes de guerra que el gobierno sionista de Israel está cometiendo con toda impunidad. Pero si bien Israel ha construido un muro de impunidad, gracias a EEUU que mantiene y sufraga el terrorismo de uno de los ejércitos más modernos y preparados del mundo, que se dedica a la matanza y carnicería de mujeres y niños, hoy Sudáfrica se ha convertido en el primer país del mundo que ha plantado cara al genocidio en Gaza y Cisjordania, que estamos viendo en la televisión.