Pues eso, de entrada me afilo los cuernos todas las noches (como otros se limpian los dientes), me cepillo el rabo y me dejo en la nevera un par de niños tiernos para el desayuno. Lo siento, no puedo evitarlo: Soy comunista.
El otro día vi en TV una entrevista que Gabilondo le hizo al Gran Wyoming recientemente, en que este decía ser rico sin ningún rubor ni arrepentimiento. ¿Por qué había de tenerlo? ¿Es que ser rico, o sentirse rico, es incompatible con tener conciencia social? ¿Con ser honesto y cumplidor de tus obligaciones? ¿Con desear lo mejor para tus conciudadanos? ¿Con trabajar y luchar por conseguirlo?
Yo no soy rico, pero me siento rico. Tengo trabajo fijo, casa, coche, una esposa, dos hijas y dos yernos maravillosos, todos con buena salud, pronto un nieto y hasta dos perros que me llenan de lametazos. Me siento inmensamente rico, pero eso no evita que me duela el alma de ver lo que está pasando a mi alrededor.
Cómo lo están pasando muchos de mis conciudadanos que son expulsados de sus casas, que no tienen trabajo, o quien les cuide y asista, que no tienen qué comer, no pueden calentarse, no los atienden en el médico o “simplemente” las están pasando canutas y tienen mil y un problemas que esta pútrida sociedad les ha causado directamente o no les ayuda a resolver.
No quiero que me toque la lotería (igual soy el único), pero no quiero. No lo necesito. Que le toque a alguien que lo necesite. Yo no quiero lotería. Quiero una sociedad más justa, donde la fuente de riqueza de las personas sea su trabajoy no la burda especulación financiera, la burla del Fisco y el latrocinio de guante blanco. Aunque los bancos puedan ser un mal necesario.
Una sociedad en la que cada uno tribute según sus posibilidades y no según los mil y un “trucos financieros” y que garantice a sus ciudadanos los servicios básicos según sus necesidades. No requiere lo mismo una familia de dos que una de seis miembros, ni un niño que un anciano o atleta que un parapléjico.
Donde un Estado laico sea el responsable y el garante de todos los servicios básicos, con una enseñanza laica y en valores integradores, cívicos y sociales. Donde Curas, monjas y secuaces (D.RA.E.) tengan libertad para expresar sus opiniones pero no puedan ni intentar imponer sus convicciones a nadie.
Donde la Justicia sea igual para todos sin diferencias de casta o nacimiento. A la que los menos favorecidos puedan recurrir si trabas y sentirse protegidos y en la que nadie pueda indultar por su capricho.
Donde nadie tenga dos trabajos (o diez cargos) mientras otros ninguno y nadie tenga dos casas (o doscientas) cuando otros son expulsados de la suya.
Donde nadie pueda abusar de su situación de privilegio económico para disponer unilateralmente del trabajo, vida o recursos de los demás.
Sumergidos de lleno en esta profunda estafa que llaman crisis, las eléctricas ganaron en 2012 6.300 millones de euros, (y dicen que aún les debemos otros 28.000 ) los bancos (sólo hasta septiembre del 13) 6.702 millones (un 98 % más que 2012), Repsol 2.060 millones, Telefónica 3.928 (más lo de las otras operadoras) y así sucesivamente. Si todos estos recursos, y algunos más, hubieran sido públicos no sería necesario ningún recorte. A estas alturas ¿alguien cree de verdad que la gasolina es proporcionalmente más barata que cuando la Campsa?, ¿y el suministro eléctrico mejor o más asequible? y ¿qué me dicen de la telefonía y otros muchos servicios?.
En mi opinión, sanidad, educación, servicios sociales, agua, vertidos, energías, transportes públicos, comunicaciones y bancos, al menos, deberían ser siempre públicos o férreamente controlados por el Estado.
Y si alguno de ustedes está de acuerdo con lo que aquí digo, lo siento mucho. Vayan tentándose cada noche frente y posaderas a la espera de ver crecer nuevas protuberancias porque, amigo, usted es también “un comunista”.
Victor Poblador es socio de infoLibre
Pues eso, de entrada me afilo los cuernos todas las noches (como otros se limpian los dientes), me cepillo el rabo y me dejo en la nevera un par de niños tiernos para el desayuno. Lo siento, no puedo evitarlo: Soy comunista.