Por razones familiares, conocí muy bien la que considero fracción más civilizada del Ejército, la de los ingenieros militares y, pese a ello, nunca sentí la menor tendencia a incorporarme un uniforme.
Ahora contemplo la exhibición pública de las persecuciones a las militares Gago y Cantera, como punta del iceberg de la mentalidad dominante en la milicia y eso me lleva a recordar, mal que me pese, que las cosas han mejorado sobremanera porque he recordado la situación de esta misma gente a finales de los años 20, descrita en la explicación sociológica del plano inicial de la famosa película del 53 de Rossif (Mourir à Madrid) en la que, con fondo de amanecer campesino y música de Bacarisse dicen aquello de: "Un general para cada doscientos soldados”, soldado más o menos.
Y contemplando a ambas mujeres militares y su amor por el Ejército me viene el recuerdo del famoso verso 20 del Cantar del Mío Cid y comprendo que es por aquí la dirección que ojalá se pueda seguir para encontrar la solución a esta situación.
Porque es evidente que si fallan los planes de esterilización de la población del tercer mundo, junto con los refuerzos ad hoc de las vacunas del Sr. Gates y la geoingeniería, por poner sólo algún ejemplo, más pronto que tarde nos encontraremos en Europa con una tan insoportable presión migratoria que sólo el Ejército podrá intentar resolver. Eso sin contar que los pocos Tiger, que decenios atrás conocí por dentro en la Krauss, en poco más de una docena de años muy poco tiempo podrían frenar a los panzer del Volga. Y esta esquina del continente asiático es tan pequeña.
Así que, la pura lógica nos dice que hay que soportar la situación y esperar la lenta pero segura evolución de tanto paleocerebro, que nunca podrá asimilar la información que habéis tenido la amabilidad de brindarnos acerca de las investigaciones de Stefano Mancuso y la descubierta sensibilidad no ya de las mujeres sino de las plantas.
Pero, en tanto, no hay que abandonar, porque se puede recurrir al buen criterio del pueblo burgalés de hace un milenio y recordar al Campeador, nuevos tiempos nuevos señores, de manera y modo que, otro muy próximo ministro no procedente de puerta giratoria alguna, aprovechara la tendencia actual de creación de un ejército estrictamente europeo para impulsarla allí e ir creando aquí las condiciones adecuadas, separando desde la Academia a los paleocerebros de los neocortex y con estos últimos sería posible el servicio y el buen hacer de las soldados Gago y Cantera.
Juan José Serrano Lorente es socio de infoLibre
Por razones familiares, conocí muy bien la que considero fracción más civilizada del Ejército, la de los ingenieros militares y, pese a ello, nunca sentí la menor tendencia a incorporarme un uniforme.