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Tamames, la tapadera de Vox

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Rafael Sánchez Sánchez

Nos estamos llevando las manos a la cabeza últimamente tratando de entender qué pinta un personaje de 89 años, economista de reconocido prestigio y con pasado político en el comunismo como posible candidato de Vox en una moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Parece un chiste, una broma, una tomadura de pelo, pero en política no se dan pasos en falso, en política nada ocurre por casualidad, o porque alguien se levanta un día y decide cometer una locura. Para nada, la elección de Tamames o la Operación Tamames, como queramos llamarla, está perfectamente pensada y planificada por Vox. Abascal sabe muy bien que no puede de ninguna manera ganar esta moción de censura, como lo supieron en su día Felipe González, Antonio Hernández Mancha, Pablo Iglesias o el propio Santiago Abascal. En todas esas ocasiones se sabía de antemano que no se iba a llegar al gobierno por esta vía prevista en la Constitución, pero se perseguía un objetivo. Todas las mociones de censura tienen un objetivo en sí o por quién la protagoniza. En este caso nos encontramos ante una situación muy peculiar, más difícil de entender, porque no aparece de forma natural como en las anteriores ocasiones en las que se recurrió a este procedimiento previsto en la Constitución para desalojar a un gobierno e instalar otro de forma democrática. Aquí la situación es otra, en esta ocasión lo que se pretende es utilizar a un personaje de reconocido prestigio para conseguir algo básico para cualquier partido, votos, objetivos electorales. Debemos tener en cuenta que no es lo mismo que sea Abascal el que exponga el programa político de Vox en la tribuna del Congreso a que lo haga Tamames.

Vox se encuentra, según algunas encuestas, en una situación de estancamiento o de leve crecimiento, pero el objetivo de Vox no es ser el segundo partido de la derecha, sino sustituir al principal partido de la oposición, y para ello utilizan todas las armas políticas, todos los recursos que se pongan a su alcance. Entonces elegir a alguien como Tamames, con 89 años, con orígenes nada dudosos frente al fascismo, como fue pertenecer en su día al Partido Comunista, tiene como objetivo que ese electorado medianamente formado, votante habitual del Partido Popular, que se “ha atrevido” en alguna ocasión a votar a Vox, tenga ahora menos problemas, menos escrúpulos porque van a presentar como candidato a un personaje que ofrece pocas dudas de ser un político cavernícola, que dice auténticas barbaridades. No, porque además Tamames a sus 89 años tiene la mente muy lúcida, debemos pensar, por tanto, que sabe muy bien lo que dice y por qué lo dice. Entonces, yendo a lo concreto, con la utilización de Tamames lo que pretende Vox es conseguir votos, aunque no gane la moción de censura. Por otra parte, saben muy bien que al presentar la moción benefician al PSOE, pero no les importa porque priorizan su objetivo.

Llegados a este punto debemos mirar al exterior, ver el crecimiento lento pero inexorable de la extrema derecha en el mundo. En Italia preside el gobierno Giorgia Meloni, líder del partido Hermanos de Italia, de clara orientación ultraderechista, que dio clara prueba de ello en un mitin de Vox en la última campaña de las elecciones andaluzas. En Francia Marine Le Pen consiguió en las últimas elecciones su mejor resultado desde que lidera su formación, Reagrupamiento Nacional (antes Frente Nacional). En EEUU Donald Trump aspira a volver a la Casa Blanca en las próximas elecciones. Finalmente hemos sido testigos hace poco en Brasil de la intentona golpista de los seguidores de Bolsonaro tras perder las últimas elecciones. Además, no sabemos cuánto durará Lula, pero el retorno de Bolsonaro en las próximas elecciones es altamente probable. Así pues, nos encontramos a nivel internacional ante un panorama muy preocupante, porque estamos asistiendo al crecimiento de una nueva extrema derecha que se cuela por todos los rendijas de la sociedad, de los medios de comunicación y de las redes sociales. Por eso me gustaría destacar un aspecto de la iniciativa de Vox de presentar a Tamames como candidato en su próxima moción de censura. Me refiero a que el “insigne” y vetusto economista se está paseando por los medios de comunicación exponiendo su posición ante esta iniciativa de Vox. Hace unos días intervenía en un programa de TVE, y, ante las atónitas reacciones de quien le entrevistaba y de los tertulianos presentes, exponía con total naturalidad y plena lucidez su planteamiento ante la iniciativa política de la que va a ser protagonista. Además, aclaró sin inmutarse que a él “no le presentaba Vox”, sino un número suficiente de diputados, tal y como establece la Constitución. Detalló, además, que está preparando un discurso para su intervención en este evento parlamentario. Por tanto si esto se lleva hasta el final, Tamames accederá a la tribuna del Congreso y pronunciará un discurso, sin duda muy bien elaborado, en el que recogerá de forma elegante y argumentada las tesis de Vox. De esta forma, esos ciudadanos que todavía votan al PP, y que les gustaría votar a Vox pero no se atreven porque les da cierta vergüenza, una vez que entre en escena Tamames y nada menos que en la tribuna del Congreso de los Diputados y en los medios de comunicación, va a ser más fácil que inclinen su voto hacia el partido verde. Esta es la realidad, ese es el objetivo que pretende Vox con Ramón Tamames, y cuanto más se retrase la moción de censura más se paseará por los medios de comunicación. Pero además tanto por los medios de comunicación públicos, como pueda ser Televisión Española, como por los medios privados más rancios y más íntimamente ligados a la extrema derecha. Así ocurrió mientras le entrevistaban en TVE, que le llamaron de 13TV. En este último medio el problema es menor, porque sólo convencerá a los ya convencidos.

Tamames se pasea por los medios de comunicación y, entre broma y broma, está colando sus mensajes y beneficiando a Vox. Esta es la realidad, no es otra, y por eso, atentos, muy atentos a esta insólita maniobra política

Antes de terminar me gustaría hacer referencia brevemente a otro intelectual más que ha colaborado y colabora con la extrema derecha, Fernando Sánchez Dragó. A Dragó le adjudican, y así debe de ser, la idea de proponer a Ramón Tamames como candidato de Vox en la moción de censura. Dragó es sin duda otro “intelectual” y prolífico escritor de sorprendente evolución, pues desde un comunismo inicial ha hecho un recorrido ideológico que transcurre por el anarquismo y por una amplia gama de ideologías exóticas o esotéricas, para terminar vinculado —igual que Tamames— a Santiago Abascal, hasta el punto de ser su “biógrafo personal”.

Tras este análisis me gustaría destacar como conclusión que lo de Tamames es una operación política milimétricamente calculada para conseguir algo más que un puñado de votos. Lo que persigue Abascal con la Operación Tamames es avanzar, aunque sea lentamente, hacía su ansiado sorpasso al PP, y no es descartable que lo acabe consiguiendo. Su estrategia es clara, en un reciente mitin Abascal ha etiquetado al Partido Popular de centroizquierda. Irónicamente ha dicho que "el PP es el PSOE con diez años de retraso”. Con este tipo de mensajes lo que pretende es atraer a votantes del PP desencantados y alejados de la “moderación de Feijóo”. Está en su derecho, las estrategias y las maniobras políticas son libres, pero el peligro viene —y todos deberíamos pensarlo y tenerlo claro— de las consecuencias de que se produzca este sorpasso.

Así pues, si las cosas le salen bien a Abascal y Tamames sube a la tribuna del Congreso a pronunciar su discurso, Vox habrá dado un paso muy importante en su estrategia política. De momento ya lo están utilizando, Tamames se pasea por los medios de comunicación y, entre broma y broma, está colando sus mensajes y beneficiando a Vox. Esta es la realidad, no es otra, y por eso, atentos, muy atentos a esta insólita maniobra política. 

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Rafael Sánchez Sánchez es socio de infoLibre.

Nos estamos llevando las manos a la cabeza últimamente tratando de entender qué pinta un personaje de 89 años, economista de reconocido prestigio y con pasado político en el comunismo como posible candidato de Vox en una moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Parece un chiste, una broma, una tomadura de pelo, pero en política no se dan pasos en falso, en política nada ocurre por casualidad, o porque alguien se levanta un día y decide cometer una locura. Para nada, la elección de Tamames o la Operación Tamames, como queramos llamarla, está perfectamente pensada y planificada por Vox. Abascal sabe muy bien que no puede de ninguna manera ganar esta moción de censura, como lo supieron en su día Felipe González, Antonio Hernández Mancha, Pablo Iglesias o el propio Santiago Abascal. En todas esas ocasiones se sabía de antemano que no se iba a llegar al gobierno por esta vía prevista en la Constitución, pero se perseguía un objetivo. Todas las mociones de censura tienen un objetivo en sí o por quién la protagoniza. En este caso nos encontramos ante una situación muy peculiar, más difícil de entender, porque no aparece de forma natural como en las anteriores ocasiones en las que se recurrió a este procedimiento previsto en la Constitución para desalojar a un gobierno e instalar otro de forma democrática. Aquí la situación es otra, en esta ocasión lo que se pretende es utilizar a un personaje de reconocido prestigio para conseguir algo básico para cualquier partido, votos, objetivos electorales. Debemos tener en cuenta que no es lo mismo que sea Abascal el que exponga el programa político de Vox en la tribuna del Congreso a que lo haga Tamames.

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